Hoy quiero compartirte el contenido de un nuevo canal de YouTube llamado «Dad, how do I?» (Papá, ¿cómo lo hago?), en el que Rob Kenney, quien fue abandonado por su padre a los 12 años y posteriormente educado sin figura paterna, comparte una serie de videos en los que regala consejos y tips útiles para los jóvenes que viven su misma situación. 

Sus videos responden a aquellas situaciones en las que cualquier joven hubiese ido a buscar la ayuda de su papá. Pensemos en cuando tenemos la necesidad de afeitarnos la barba, de vestirnos formal y ponernos una corbata, cuando queremos comenzar a conducir o necesitamos cambiar una llanta.

Sus útiles consejos no solo le sirven a los más jóvenes, sino a toda persona que necesite desempeñar una tarea que normalmente haría con más eficacia un hombre (sabemos que hay cosas que se le dan mejor a papá).

También es un canal perfecto para aquellas madres solteras que a veces no saben cómo enseñarle a sus hijos ciertas cosas y que recurren a conocidos o a Google para informarse mejor.

Muchos pensarían que son cosas sencillas y simples de la vida cotidiana, pero la verdad es que son detalles llenos de sentido y significado para quien las vive. Te comparto su más reciente video ¡We need each other! en el que muy conmovido le agradece a su público por tan maravillosa respuesta ante su iniciativa.

En su canal podrás encontrar consejos desde cómo hacer el nudo de la corbata, hasta cómo cambiarle el aceite a un carro. Abrió su canal hace solo un mes y ya tiene dos millones de suscriptores. 🙌🏻

*Puedes activar los subtítulo en español en la parte inferior derecha.

La necesidad de crecer con un papá

Esta es una historia con la que me identifico, desde los siete años también es mi experiencia. Si bien es cierto que cuento con una excelente madre y que mi abuelo materno ha sido esa figura paterna en mi vida, también hay momentos en que la ausencia de un papá conmueve de particular manera. 

He descubierto que lo importante (y es lo que podemos descubrir en parte por este canal), es la necesidad de encontrar medios, caminos y formas de perdonar, sanar y seguir amando. Este hombre hace un magnífico trabajo al ser consejero práctico de los jóvenes que tal vez no tienen a quién recurrir para llevar a cabo estas tareas que parecen tan sencillas. 

Está en nuestras manos que experiencias como estas (para algunos más dolorosas que para otros), se conviertan en oportunidades para vivir la vocación al amor cristiano. Que no se contenta con sanarse y amarse, sino que le urge sanar y amar a los demás.  

Papá ¿cómo lo hago?

Son muchos los jóvenes que hoy acuden a familiares, amigos, conocidos o Internet para obtener orientaciones que debieran ser proporcionadas propiamente por un papá. Esto como fruto de la gran cantidad de abandonos paternos. 

Los medios virtuales en ningún momento van a reemplazar la figura del padre en la vida, ni sus consejos ni su cariño. Si bien dan respuesta a diversos interrogantes prácticos, no logran suplir el rol que desempeña un padre. Pero qué hermoso es ver el ejemplo de Rob Kenney, quien vio la necesidad de compartir con otros, eso que tal vez él nunca tuvo de pequeño.

Esta pregunta: «Papá ¿cómo lo hago?», es una que hacemos con frecuencia cuando somos pequeños y el «cómo» se convierte en nuestro diario vivir. El interrogante conlleva una presencia importante, como es la relación de padre e hijo. Relación en la que para el niño hay un superhéroe, para el adolescente un confidente, para el joven un guía y para el adulto un sabio compañero.

Mi papá ha sido mi abuelo, tío, padrino…

Muchos hemos contado con esa figura paterna trasladada a otra persona. Por ejemplo abuelos, tíos o padrinos que han sabido ofrecer de alguna manera una relación de apoyo y cercanía cariñosa que brinda a la persona un pilar verdadero. 

Pero lo más importante es que estas personas con su presencia constante y cercana, logran ser fuente de comunión en el amor. Permiten sanar heridas, conocer el perdón y continuar amando desde un corazón que ha sanado.

Es esto, lo que a mi juicio desea realizar, de manera virtual, Rob Kenney. Dar consejo y pseudo-cercanía para aquellos que no han tenido la posibilidad de contar con esa figura paterna en la vida. 

Son cosas simples, pero esenciales

Algunas personas pensarán que el buscar cómo se usa una máquina de afeitar, cómo se cambia un neumático, cómo hacer el nudo de la corbata, cómo reparar algo en la casa, entre muchas cosas más, es algo normal y simple. Y lo es, cuando has crecido con un padre a tu lado.

Pero la verdad es que si bien son necesidades sencillas, también son momentos que generan vínculos confidentes que fortalecen los lazos familiares. Fortalecimiento que no es posible reemplazar si no contamos con la presencia de un padre.

Aquí no es solo el hijo el que se ve afectado, sino el padre. En su ausencia se pierde de experiencias gratificantes como la de ver al pequeño que crece y quiere verse formal. La alegría de resolver la angustia del joven al que se le viene el mundo encima cuando se le pincha un neumático y no sabe qué hacer… 

Esto no quiere decir que si no tenemos uno no aprendamos a hacer este tipo de cosas. O que nuestra madre no nos las pueda enseñar también, pero son cosas que normalmente desempeña un hombre y que enseña de manera muy natural a medida que sus hijos van creciendo.

Si bien es necesario que como hijos sin padre, el corazón sea sanado y aprenda a seguir amando, también es necesario que el corazón del padre se perdone, se sane y ame.

¡Gracias Rob por este gesto de amor y por esta iniciativa que le seguirá sirviendo a millones! Déjanos saber en los comentarios qué opinas sobre este tema.😉