La oración es un acto muy importante para dirigirse a Dios. Somos capaces de expresar nuestros sentimientos más profundos como por ejemplo agradecer, hacer peticiones, confesar secretos o compartir logros. Sin embargo necesitamos saber que no hay una «relga» que nos diga que cuanto más tiempo le dediquemos, más rápido se cumplirán nuestros pedidos. Es un momento de reflexión, pero en el que no siempre se encuentran respuestas.

Ahora te preguntarás, «Si no voy a recibir ninguna recompensa, ni voy a recibir respuesta a mis preguntas, ¿qué recibo a cambio de orar?». Para encontrar esta respuesta, recordemos el ejemplo más grande que tenemos: Jesús, que se retiró al desierto más de una vez para orar.

Estos son algunos puntos que pueden ayudarnos a comprender un poco mejor el impacto que puede tener nuestra oración.

1. Establece nuestra relación con Dios

Una oración de fe lleva al amor de Jesús. Nos recuerda que somos criaturas y que una relación amorosa con Dios es una manera de encontrar la paz consigo mismo.

En nuestra vida cotidiana nos enfrentamos a situaciones con muchas reglas para convertirnos en buenos cristianos. Es cierto, hay mandamientos por ejemplo, pero no son los que nos hacen cristianos, lo que nos permite serlo es recibir a Cristo y todo su amor.

Por lo tanto, lo que se necesita para construir una relación que traiga amor y gracia con Jesús es la oración. Con ella permites que su amor venga a ti, un amor que vive para ti y se preocupa por ti. En esta conversación también le escuchas, porque Jesús habla directamente a tu corazón. Abandonas el orgullo y la creencia de que puedes hacer todo por ti mismo.

2. Nos ayuda a superar la tentación

Una oración sincera no nos permite ceder a las tentaciones causadas por el miedo y los vicios. Fortalecerá tu fe y te permitirá enfrentar lo que te desanima. A través de ella, es posible cambiar nuestros puntos de vista, también nos permite alejar los malos deseos para que no dañen nuestro corazón.

En la oración nuestras mentes y afectos cambian de manera positiva porque estamos más cerca de Jesús y no queremos que Él sea testigo de acciones que nos distancien y nos alejen de su amor.

3. Nos ayuda a determinar la voluntad de Dios

La oración es crucial para determinar la voluntad de Dios, y eso nos brinda paz. Dios nos habla cuando lo buscamos, lo cual nos da el consuelo de su plenitud. Su voluntad trae sentimientos cálidos, nos indica el camino a seguir y nos devuelve al primer tema: su amor.

En la oración Dios nos moldea, nos hace más suyos, más buenos, después de todo estamos creando una relación más íntima con el bien mayor.

Así que ora con fe, habla con Dios sobre lo que te aflige, pídele que te muestre el camino y cuáles son sus deseos o el propósito que tiene para tu vida. A través de ella, podrás encontrar sanación, ayuda y salvación.

Artículo elaborad por José Gomes, para más reflexiones suyas puedes visitar https://oracionya.com/