

Hablar de persecución a cristianos hoy en día parece ser un tema retrógrado. Pareciera que todo aquello quedó atrás, en tiempos del Imperio Romano, las arenas, la tortura, las catacumbas, las rejas y el coliseo.
Muy lejos, por allá en los siglos de la iglesia primitiva, ¿verdad? Tenemos la impresión de que la cristiandad es libre para vivir la fe, predicar el evangelio y portar la cruz sin mayor dificultad.
Este video de «Proyecto Despierta» es actual. La madre Gloria Cecilia quien fue secuestrada en el año 2017 y aún es rehén de un grupo de yihadistas, es la protagonista de esta historia. Este es su mensaje:
La persecución no es tema del pasado
Las cifras oficiales entregadas por la lista de la persecución 2021 informan que:
— 1 de cada 8 cristianos, de distintas confesiones, son perseguidos solo por creer en nuestro señor Jesucristo.
— De los 700 millones de cristianos en el mundo, 340 millones viven en lugares con altos niveles de persecución y hostilidad. Es decir, que alrededor del 45% es próximo a esta realidad.
— 50 países del mundo están catalogados como persecución alta, muy alta o extrema.
— 1 de cada 4 países en el mundo, perseguirá y oprimirá cristianos de manera sistemática y extrema.
— La tendencia va en alza, desde 2014 a la fecha (agosto de 2021) las cifras oficiales indican que la violencia anticristiana ha aumentado un 12 % en todo el mundo.
*Puedes consultar estas cifras en la página «Puertas Abiertas (sirviéndole a los cristianos perseguidos)».
Durante la pandemia la persecución no se detuvo
Este número no disminuyó, la violencia afecta a diferentes ámbitos de la vida cristiana (ámbito privado, ámbito familiar, ámbito social, ámbito de iglesia y ámbito nacional).
En hospitales, casas de enfermos, sanatorios, vacunatorios etc, se le prohibió tanto a sacerdotes católicos como a ministros de otras confesiones, administrar el sacramento de la unción de los enfermos, rezar con ellos o dar ayuda espiritual de cualquier manera.
Aun cuando los pacientes y sus familias lo solicitaron, tomando las medidas sanitarias correspondientes, muchos fallecieron sin poder confesarse ni comulgar.
Hoy podemos ver cómo en Afganistán (país que ocupa el 2do lugar en la lista de persecución 2021) los talibanes entran a hogares y templos donde los creyentes no solo son golpeados y encarcelados, sino asesinados.
Las esposas y niñas son secuestradas por el hecho de creer en el Señor y no querer renegar de su fe, son considerados infieles que no merecen vivir.
El dolor de las hermanas franciscanas es profundo
Al perder un miembro de su comunidad, al ser asaltadas por el grupo yihadista, todo duele, todo pesa hasta lo más profundo.
Es el mismo dolor que viven las familias afganas y millones de cristianos al rededor del mundo hoy en día.
Las persecuciones cristianas las vemos como actuales, pero aún nos parecen hechos muy lejanos. Allá en Corea del Norte, Afganistán o Libia, países prohibidos de toda predicación, donde el solo hecho de tener una biblia en casa puede significar ir a la cárcel.
Y… ¿qué pasa en América Latina?
Creemos que en occidente todo va bien, podríamos pensar que estamos muy por fuera de esas realidades, pero lamentablemente no es así.
Colombia, por ejemplo (país de la madre Gloria) está catalogado como «país con alta persecución y violencia anticristiana». Lo que viven los indígenas que desean convertirse al cristianismo a manos de otros indígenas son horrores.
Quemas de casas, asesinatos, destrucción de cosechas etc. Pero también de manos del narcotráfico, zonas enteras dominadas por narcos donde cualquier actividad religiosa queda prohibida.
Mujeres que han querido hacer la transición de sembrar coca a sembrar café o cacao, también viven amenazadas y con miedo, todo debe pasar por la aprobación del traficante de la zona.
En Chile, país donde vivo, en octubre de 2020, vimos dos iglesias arder en la capital. Yo miraba el humo desde mi balcón, entre lágrimas, dolor e incertidumbre de no saber qué hacer, grupos violentos celebraban el acto.
En las zonas rurales de la región de la Araucanía, desde 2015 a la fecha 155 iglesias han sido quemadas (templos y capillas) con el Santísimo dentro, sin poder rescatar nada.
Y hace poco vimos a los constituyentes eliminar la bandera de la cristiandad de la convención argumentando que somos un país laico.
Entonces al observar y analizar estos hechos recientes (que son muy pocos comparados con lo que en realidad sucede), nos podemos dar cuenta que la persecución no es un evento del pasado ni de medio oriente.
La persecución es una realidad que aumenta cada día, llevar la cruz se paga caro. ¡Qué Dios nos otorgue fortaleza en todo momento para defender nuestra fe!
La esperanza no quedará defraudada
Es bueno recordar lo que dijo el papa Francisco: «Llevar la cruz es el precio del amor verdadero».
Intentarán matarnos, encerrarnos y oprimirnos hasta que desaparezcamos. Probablemente nos cancelen, nos alejen en nuestros círculos sociales y laborales, pero tomemos ejemplo de tantos santos y mártires de la iglesia.
Como por ejemplo el cardenal Van Thuan, él nos recordó que podemos ser libres tras las rejas (te recomiendo leer su libro «El Gozo de la Esperanza»).
Nada nos podrá separar del amor de Cristo, y es el evangelista Lucas quien nos alertó de estas situaciones:
«Felices ustedes si los hombres los odian, los expulsan, los insultan y los consideran unos delincuentes a causa del Hijo del Hombre.
Alégrense en ese momento y llénense de gozo, porque les espera una recompensa grande en el cielo.
Recuerden que de esa manera trataron también a los profetas en tiempos de sus padres» (LC 6, 22-23). Es en el Evangelio donde encontramos fuerza y consuelo.
Oremos por la madre Gloria Cecilia y su pronta liberación
Oremos por Oriente Medio, por toda Latinoamérica y por todo los cristianos del mundo. Pidámosle al Señor que nos otorgue perseverancia y al Espíritu Santo nos ayude a dar testimonio de su amor.
Así se nos vaya la vida en ello para poder vivir lo que nos enseñó santa Teresa de Jesus: «En tiempos recios, amigos fuertes de Dios».
¡Un fuerte abrazo, oro por ti!
Artículo elaborado por Paulina Maria de la Cruz.
Parece se que, los principales persecutores del Cristianismo, son el Comunismo y el Islamismo.
Me gustaría saber la opinión del Papa Francisco sobre estos enemigos históricos del Cristianismo. Por otra parte, me gustaría saber por qué algunos miembros de la Iglesia han sido cómplices defendiendo y uniéndose a movimientos comunistas.