

Dios sigue amando al mundo. Lo sigue amando sin interrupción.
Dios amó de tal manera al mundo que le dio a su Hijo. Dios ama al mundo y también hoy sigue dándole a Jesús por vuestro medio y por el mío. Exactamente como Jesús, que vino al mundo porque Dios amaba al mundo, su Padre amó al mundo y Jesús fue el don de Dios al mundo.
De la misma suerte también nosotros, cada uno a su manera, tenemos que ser ese amor y esa ternura del Padre respecto al mundo — Seremos juzgados sobre el Amor, pág. 32