Y si nos levantamos

«¿Y si nos levantamos?» es la nueva campaña de Coca-Cola Iberia que apuesta por un estilo de vida más saludable e invita a los ciudadanos a «levantarse» contra el sedentarismo, el cual, según la Organización Mundial de la Salud, es uno de los principales problemas de salud pública en la actualidad.

Elementos apostólicos:

Me llama la atención, como primera impresión, el poder del símbolo. El video está cargado de imágenes sencillas que llegan a un mensaje más profundo. Utilizando la imagen de las sillas en distintos lugares: en el comedor, oficina, en el sillón para ver T.V, en el tren, etc. nos transmiten na idea muy fuerte que despierta en el interior una especie de rebeldía.

En este sentido, me parece interesante, rescatar esa experiencia de rebeldía que genera la conciencia de esclavitud con la imagen de las sillas que dominan el mundo. Nadie quiere ser controlado, nadie quiere que le pasen por encima, que se impongan sobre uno. Al ser humano le genera rechazo, repulsión. ¿Por qué? A partir de esta rebeldía ante la esclavitud, podemos abordar el tema de cómo la libertad es una facultad intrínseca en la persona. El hombre no está hecho para ser esclavo, sino para tomar las riendas de su existencia, para optar por aquello que lo realiza sin coacciones, sin imposiciones, desde su autonomía personal, desde su ser más profundo y auténtico hacia el despliegue que su misma naturaleza reclama.

Por otro lado, podríamos extraer de este video una analogía con la vida cristiana. Uno tristemente puede ser un católico sedentario. Uno puede acomodarse en esquemas ya establecidos y aprendidos, uno puede sentirse seguro al participar en una especie de «gueto» religioso o instalarse en sus creencias descansando en la mediocridad de estar a gusto con simplemente no hacer el mal o vivir en la rutina de una fe que no trasciende la propia vida ni la de los demás.Sin embargo, eso es lo contrario de la vida auténticamente cristiana. Como ha insistido el Papa Francisco: «Cuando la Iglesia no sale de sí misma para evangelizar se vuelve autorreferencial y entonces se enferma». Cuando la Iglesia se vuelve sedentaria, se acomoda, se instala, se cierra en sí y no se abre a la dinámica del amor universal, de la misión siempre novedosa de anunciar el tesoro que hemos encontrado, se convierte en un virus no sólo para uno mismo sino que infecta a todo alrededor. En el mundo el bien es mucho más fuerte que el mal, debido a que el mal es la ausencia de este. Sin embargo, si somos «malos buenos», si somos conformistas, si dejamos de hacer el bien que tenemos que hacer, el mal avanza con nuestra No Presencia y la ausencia se hace más grande. Pero, si el Bien se levanta, arrasaremos con todo lo que venga a nuestro paso.

¿Y si nos levantamos? ¿Y si nos proponemos vivir una vida cristiana plena, libre, auténtica? ¿Y si nos decidimos por cambiar este mundo? Son cuestionamientos que podríamos utilizar para despertar en las personas la voz de sus conciencias que les reclama ser ellos mismos y así transformar la realidad desde el bien que tenemos a nuestro lado… en nosotros mismos.