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Catholic-link.com – Probablemente nadie ha sido explícito, pero a lo largo de mi vida, se me ha dado a entender que tener sentimientos tristes, melancólicos y poco alegres está mal; es decir, sentirse mal está mal.

Ciertamente no es un afán de sufrir porque si, sin mayor pretexto, o de buscar instancias a propósito para deprimirse, pero es una realidad de nuestra humanidad: Somos frágiles y probablemente más de alguna vez en nuestra vida no nos vamos a sentir del todo bien.

Incluso el mismo Jesús se sufrió y lo pasó mal:

«Y por haber experimentado personalmente la prueba y el sufrimiento, el puede ayudar a aquellos que están sometidos a la prueba» (Hebreos 2, 8)

Es fácil caer en la tentación de sentirse culpable por permitirse estos sentimientos de tristeza, es decir, te tienes mal por sentirte mal.

Nuestras penas, tristezas y debilidades son oportunidades para dejarnos abrazar y tener un profundo encuentro lleno de consuelo y amor con Jesús. Obviamente Él  y tu preferirían tener otro pretexto para encontrarse, pero dada nuestra realidad humana, Jesús se aprovecha de toda circunstancia para mostrarse y hacerse parte de tu vida.

Ánimo! Seguramente has dado la pelea durante un buen rato y quizás aun te queda otro tanto más, pero Él está a tu lado, juega de tu equipo y tienes todas las de ganar!

¿Alguna vez te has sentido mal por sentirte mal? ¿Haz hecho como si nada pasara he ignorado tus sentimientos bajo esta idea de que está mal sentirse mal?
Espero tus comentarios.