

Puede que realmente sea un problema esto que querer encontrar a Dios fuera de lo obvio, como las cosas de Iglesia, las litúrgicas o netamente religiosas.
Muchos de nosotros, quizás por cultura o por formación, estamos acostumbrados a buscar a Jesús bajo dos contextos: En las cosas religiosas o cuando estamos en problemas. Claro, es un poco mas fácil darse cuenta que el Señor está actuando si todo está patas para arriba. Pero, ¿que ocurre cuando todo va bien, cuando no hay problemas, cuando todo marcha en orden y no necesitamos de ninguna favor especial? Será que Dios solo aparece en nuestra vida cuando tenemos necesidad, pero si todo va bien no tiene forma de participar?
No es que Dios no esté en medio de nuestro problemas, de hecho el escritor Paul Claudel nos cuenta que Dios vino a llenar de su presencia nuestras tribulaciones:
«Dios no vino a hacer desaparecer el sufrimiento, ni siquiera vino a explicarlo, sino que vino a llenarlo de su presencia».
Dios al ser el creador y Señor de todo, está en medio de todo y todo lo que nos rodea y lo que nos afecta está lleno de él. La única condición necesaria es estar atento a su actuar y tener el corazón dispuesto a encontrárselo en cada esquina de nuestra cotidianidad.
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