¿Qué es lo políticamente correcto? ¿Decir las cosas sin ofender a nadie o decir mentiras? Hace poco leíamos la noticia de la prohibición del Padre Nuestro en un cine y a los pocos días una muestra sacrílega de hostias consagradas era llamada arte. Ambas propuestas en honor al ejercicio del derecho de decir lo que quiero y del mundo, a tolerarlo.

Conceptional Media nos presenta exactamente este fenómeno. A muchos el video Educación moderna les puede resultar gracioso o exagerado, pero en realidad es un video como para tener pesadillas.

La historia nos muestra una clase de matemáticas en la que el lenguaje ha sido completamente modificado, y por lo tanto las matemáticas ya no tienen el significado real. El “nuevo” alumno, que podría ser cualquiera de nosotros, no comprende qué pasa. Sus palabras y actitudes tienen un significado completamente diferente para el resto de la clase. Este salón no se aleja de este mundo moderno donde todo es relativo, donde todo está permitido y además lo anormal se convierte en normal y no solo debe ser aceptado sino celebrado, y lo natural, rebajado. Todo esto sucede simplemente modificando el lenguaje. ¿Suena conocido?

No estamos muy lejos de convertirnos en esa clase. Dejarnos llevar por esta “modernidad” nos va quitando el sentido auténtico y libre de ser personas. Es como si de pronto ya no tenemos derecho a tener una opinión formada y objetiva con respecto al mundo. Como si la búsqueda del bien y de la verdad estuvieran prohibidas o peor aún como si no existieran. Esta ideología ¡nos está quitando nuestro derecho a ser personas!, nos está alejando de lo que es bueno para todos y está privando al mundo de ser mejor.

Una sociedad feliz es imposible bajo estas circunstancias. El  bien, lo bueno, es lo único que nos puede vincular armoniosamente como sociedad. Sin el bien y sin la verdad la libertad desaparece y con ello nosotros como personas nos vamos quedando vacíos, traicionando nuestro fin que es darnos  y encontrarnos con los demás.

¿Cuántas veces te has encontrado en la situación en la que debes guardarte las cosas o modificar tu lenguaje no solo para no ofender o discriminar, sino para protegerte?. Ser católico, tener una familia numerosa, estar a favor de la vida, defender el matrimonio y ser heterosexual es agresivo. ¿Cómo puede ser posible que tengas que guardar la verdad y no promulgar el bien por temor?¿Es que acaso tú no tienes el derecho de ser tolerado y respetado también? Y por encima de eso, ¿es que acaso el mundo puede perderse la oportunidad de ser mejor? Como dijo el Papa Francisco, en su discurso a los obispos de Asia, Agosto 2014:

«(…) el deslumbramiento engañoso del relativismo, que oculta el esplendor de la verdad y, removiendo la tierra bajo nuestros pies, nos lleva a las arenas movedizas de la confusión y la desesperación, es una tentación que hoy en día afecta también a las comunidades cristianas, haciéndonos olvidar que «bajo la superficie de lo cambiante hay muchas cosas permanentes, que tienen su último fundamento en Cristo, quien existe ayer, hoy y para siempre» (Gaudium et spes, 10; cf. Hb 13,8)” .