«Vine a Buscarte», esta canción ni estaba en mi repertorio, diría que no es mi estilo de ritmo, jamás la hubiera elegido. Pero un día de pronto empezó automáticamente en YouTube y me encantó, me encantó porque me habló del tremendo amor de Jesús (y hasta se parece un poco el chico del vídeo).

Es que así es Dios: cuando sentimos que ya conocemos lo que nos funciona y lo que no para entrar en contacto con Él, nos vuelve a sorprender. No acaba de encontrar formas para atraernos de nuevo, cada día, cada segundo.

El mismo Dios que creó la infinitud del universo, de las posibilidades que engendra la naturaleza, ¿no podría encontrar en nuestra infinitud de cambios diarios una manera nueva para volvernos a atraer? Te invito a escuchar «Vine a Buscarte» y a reflexionar en algunos versos de la canción que me llegaron al corazón.

1. Nunca he dicho que te quedes por temor a que te vayas

Dios no nos presiona y eso no porque «nos ponga a prueba» sino porque Él es el amor mismo, se da y recibe libremente. Y pensamos mucho en lo mal que la pasamos cuando no usamos bien esa libertad, pero muy poco en que Dios tampoco debe pasarla muy bien con esa realidad. No nos exige nada y en eso está lo terrible, pero también lo incondicional de su constante búsqueda cuando estamos distraídos con otras cosas.

2. Y en el techo de mi alma tengo un hueco donde entra la lluvia y me moja el alma

Me da risa pensar en esto, pero es como que Dios nos deja ver que tiene su punto frágil, su talón de Aquiles. Aunque sepa que podría dejarnos ir porque «nosotros nos lo buscamos», al final a Él le gana el amor, la ternura, la misericordia por nosotros, sus amados.

3. Pocas cosas me dan miedo y una de ellas es perder la luz de tu mirada

Dios nos ama con el amor de una persona, de un corazón de carne. Pero creemos que nos busca para que formemos parte de su «empresa», para que Él tenga más «adeptos o miembros» en su negocio. Pero no, Dios nos busca porque quiere que seamos felices plenamente, felices porque nos sabemos profundamente conocidos, amados y animados por Él. Esos días en que no le
encontramos sentido a nuestra vida: Él también sufre.

4. Vine a buscarte porque yo sueño contigo

Cuando yo creo que ya no hay camino de vuelta a esa vida de amor y fe, cuando yo creo que no tiene forma ya de convencerme con sus lógicas tan distintas a las nuestras, cuando estoy harta de querer cambiar el mundo, a mi familia o a mí. Cuando ya nadie puede moverme el corazón y entrar a él, cuando mi cruz ya es demasiado insoportable y prefiero no saber más de nadie ni de Él… viene a buscarme.

A mí, donde estoy y como sea que esté. Viene y me repite: «Vine a buscarte (tu nombre)». ¿Dónde viene a buscarte hoy Dios? ¿Qué barreras crees que Él no puede atravesar? Tu pecado, tu odio, tu rencor, tu depresión, tu falta de fe… Él no les teme ni te reprocha nada. Eres su ovejita perdida a quien ama sin peros.

5. Voy a llover sobre tu piel mojada

Y así como Él tiene un lado flaco por donde le gana más la ternura, así Él no le teme a que podamos estar duros como rocas por el dolor o por la vergüenza. Así como cuando estás enfadado y entonces te abrazan más fuerte o te contestan con amor un berrinche… así Dios nos llueve de ternura aunque sintamos que ya tuvimos suficiente.

6. Hay un mapa de regreso, solo sigue las señales

Esto es lo difícil: leer dónde se encuentra Dios, el amor, la vida en nuestro camino que parece rutina desierta. Seguir las señales es seguir eso que nos llena de vida, de amor, de ganas de seguir buscando una vida plena, de sentido. Dios nos da señales en todo eso que nos hace encontrarle amor a la vida. Porque todo eso: es Él.

7. No hay amor que sea perfecto y el cariño es lo que vale

Pero quisiéramos ser perfectos, quisiéramos no haber herido a nadie, quisiéramos no haber flaqueado en nuestra vida espiritual… ¡pero todo eso lo sabe Dios incluso mejor que nosotros! ¡Él nos creó imperfectos! Y con Él podemos aprender a juzgarnos menos y así juzgar menos a los demás, a perdonarnos y perdonar hasta 70 veces 7. Porque con Él no se trata de ser un 10 cerrado, sino un corazón siempre abierto a perdonar y ser perdonado, a ser más humanos.

8. Solo tú y solo yo sabemos lo que el río va arrastrando

Y así, lo que creemos que nadie entiende, Él sí. Esos recuerdos del pasado que aún no superamos y no nos permiten caminar en paz. Esos anhelos que parecemos ver cada vez más imposibles. Esa lucha interna que nos hunde más que una lucha física. Esa persona que nos lastima o que lastimamos. Esas dudas e incertidumbres sobre la misma fe que nos impiden confiar en Él. Él, tanto como nosotros, sabe de eso que nos aleja del amor.

9. Y es que yo solo quiero que tú entiendas por qué es que te quiero tanto

Escucho este verso especialmente como dicho por Él. Todo lo que nos busca no es para que le rindamos tributo como un dios griego o un amo. Al final no quiere presionarnos, no quiero que seamos perfectos, que no tengamos ningún problema o que le correspondamos. Él se contenta con que sintamos que nos ama… ¡y tanto a pesar de todo!

Si nos buscara para ganar popularidad entre otros dioses no habría muerto por nosotros. Él no necesita de nada de nosotros. ¿Cuál es su misión? Dejarnos en claro que somos tremendamente amados por Él. Y eso, cuando lo experimentamos: nos transforma la vida por completo.

Te invito a compartir esta canción «Vine a Buscarte», con tus amigos o familiares y a compartir con nosotros qué otras canciones te recuerdan a Dios.