El video que les traemos hoy, en nuestro post comunitario, es uno de esos que trata de ser «inspirador» dándote consejos para hacer que tu vida signifique algo, orientándola a hacer algo grandioso, a seguir tus sueños, a alcanzar tus metas sin nunca rendirte ni mirar atrás. Pero, ¿qué pasa cuando lo que haces no es tan soñado? ¿Cuando tu vida transcurre en medio de las cosas sencillas del día a día, siendo una madre común o un estudiante más? ¿Qué pasa si las condiciones de la vida hacen que no seas exitoso? Además, ¿qué tiene de malo arrepentirnos de lo que hemos hecho mal?

Estos y otros criterios vistos desde una mirada de fe, son los que nos comparten hoy nuestros blogueros asociados.

Luis Javier Moxó

Autor del blog: Echad vuestras redes

Luis Javier
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Motivación «millonaria». ¿Solo para días grises?

El vídeo que comentamos trata, en principio, de animarnos a salir de la duda, de la falta de riesgo, a dejar atrás complejos y lanzarnos a la aventura. Para esos días grises que a quien más y a quien menos se le pueden presentar. No digo que el objetivo, a primera vista, no sea positivo, pues trata de hacer salir de uno mismo, de la jaula de cristal o impedimento interior que no nos deja vivir del todo plenamente, y alcanzar las propias posibilidades a nuestro alcance, en el desarrollo de nuestros talentos.

Lo único que objeto es qué propósito tiene esa motivación para cada uno. Si lo que uno pretende es tener pensamiento positivo para alcanzar el éxito, la riqueza, la fama, el dinero…, o si se trata de algo más trascendente, por tanto humano y no tan material. Esto lo digo solamente en base a la conexión de ese video, con su página de Facebook, y de Youtube, con otros de un estilo más directamente «económico». Motivación «millonaria» ¿de qué tipo?, ¿acaso millones de motivaciones?, ¿motivacióne enorme? o ¿motivación para ser millonario?, ¿en base a qué?. ¿Desde qué supuesta fuente de «energía»?, ¿uno mismo solamente?… Espero que no tengan esos videos una pretensión tan superficial.

Porque para ti y para mí, ¿cuál es la verdadera motivación que alienta nuestra vida?, ¿qué nos llena verdaderamente de confianza, optimismo, esperanza?, ¿qué es capaz de llenar mi corazón de ilusión y alegría? Quizá las pequeñas cosas y Aquel que sostiene la realidad en sus manos y a nosotros también, pueda asegurarnos una vida dichosa, también, sobre todo, en nuestros días grises. Vale la pena la vida si existe Alguien que continuamente nos hace y sostiene con Su Amor. Ésa es nuestra verdadera motivación para levantarnos cada mañana, desarrollar nuestros talentos, salir a trabajar, vivir la vida, darnos, ser felices, todo. Todo tiene sentido con Él y en Él: Jesucristo.


Pilar V. Padial

Autora del blog:  ¡Vive celebra la vida!

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El video que hoy comentamos me recuerda la parábola de los talentos (Mt. 25,14-30). Cada cual ha recibido de Dios unos dones concretos para hacerlos fructificar con su ayuda para ponerlos al servicio del amor. Los de unos son más atractivos, los de otros más humildes. No importa, cada cual debe crecer según lo que Dios espera de Él porque todos somos un solo cuerpo y nadie es prescindible. Muchas veces, tememos fracasar, como aquel que enterró el talento y no intentó darle rendimiento. Otras veces, nos parece que nuestros dones son menos valiosos que los de los demás, que tuvimos mala suerte en el reparto. Nada de eso es cierto, este mundo es pura apariencia y lo importante es el amor con el que los vivimos. Solo en el más allá descubriremos la verdad de todo.

De momento, nuestros mayores enemigos son: el miedo, la desconfianza, el egoísmo, la envidia… Nuestra medicina: Dios, quien los vence a todos.


Néstor  Mora

Autor de blog: Eclesias TIC

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«Sin mi nada podéis hacer» (Jn 15, 5).  Esta afirmación del Señor es el colofón de la parábola de la vid y los sarmientos ¿Qué puede hacer una hoja sin el tallo que le trae alimento y le sostiene? ¿Qué puede el ser humano sin Dios? Dios que nos da sentido, fuerza, amor y entendimiento en todos y cada uno de los segundos de nuestra vida. Es evidente que decir esto en pleno siglo XXI es una herejía contra la falsa autosuficiencia que nos venden. Desengañémonos, abramos los ojos, miremos más allá del marketing social en el que estamos sumergidos. Miremos a tantas personas rotas, sufrientes, desengañadas y robotizadas, que nos rodean.

Volvamos a ver este video pensando en una mujer que quiere tener hijos pero las exigencias sociales le impiden tener una pareja estable y dejar que la vida nazca en su seno. Pensemos en un hombre, que ha pasado su vida estudiando y ya tiene más de 30 años. No ha salido del sistema educativo que la sociedad le impone para ser “algo”. Hace una década que quiere crear una familia, tener un simple hogar donde sentirse en casa. Una esposa e hijos a quienes querer y que le quieran. No se lo permiten, todavía no tiene trabajo. ¿Estabilidad? Esa palabra no existe en el siglo XXI. Pero eso sí… el marketing le dice que lo puedes todo: te llena de imágenes, historias, videos, que prometen y ¿qué prometen? Vacío. Todo menos lo que realmente necesitas. ¿Qué sentido tiene todo esto? Miremos a Dios y encontremos el Él la razón para mandar lejos todo el marketing que nos susurra mentiras de omnipotencia y felicidad basada en ¿nuestra voluntad? ¿De qué sirve un automóvil maravilloso sin un lugar donde ir, ni gasolina para que se mueva? ¿Qué sentido tiene un ser humano son Dios ni Gracia que nos llene? Miremos a Dios, nos está esperando. Confía en Él.


Carlos Romero Villarroel

Autor del blog: El blog de CarlosRomeroV

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Después de ver este vídeo uno no puede quedarse sentado frente al computador y no decir “debo arriesgarme, debo avanzar y hacer de esta vida, mi vida, una aventura que valga la pena ser vivida”. El título de este vídeo del rapero y youtuber Prince Ea ya nos da una gran pista para que reflexionemos: «Todos mueren, pero no todos viven». Es una gran invitación a que nos preguntemos: ¿estoy realmente viviendo mi vida? ¿la estoy aprovechando como un don de Dios? A lo largo de nuestra existencia son muchos los sueños que pasan por nuestra mente. Muchos de ellos quedan solamente en eso: en sueños. Hay otros, en cambio, que son el motor de nuestras vidas. Son lo que nos motiva a levantarnos cada día y luchar por nuestros sueños. Sin embargo, cuántas veces el temor, la desmotivación y las críticas nos hacen dudar y decirnos: «para qué seguir, si esto no va a resultar». Nos desanima recibir críticas que, aunque muchos tal vez no se dan cuenta, pueden destrozar poco a poco lo que soñamos. Nos desalienta ver que todo va en contra y que no vemos señales de que las cosas puedan ir a nuestro favor. Ante estas situaciones conviene que nos preguntemos: ¿dónde está ese sueño que un día te hizo desear cambiar en algo el mundo? ¿qué le pasó a esa persona que un día decidió hacer realidad los sueños? Que no nos pase como a esa mayoría de personas ancianas de las que habla Prince Ea que se arrepienten de las cosas que no hicieron, de las veces que no se arriesgaron y de los sueños que no persiguieron. La vida vale la pena ser vivida cuando se tienen sueños que alcanzar, cuando hay una meta a la que queremos llegar y, también, cuando nos dejamos acompañar por ese Alguien que es nuestro motor, Aquél que nos mueve. Que nuestras vidas puedan ser el sueño de Dios: un sueño en el que cada uno de nosotros es feliz, pleno y amado por Él. Y que la certeza de que Dios nos quiere felices nos ayude a despegar y volar hacia la búsqueda de nuestros sueños.