Rebeldía. Esa es una de las fuerzas más grandes en las personas, que está sobre todo muy latente en los jóvenes. Es una mezcla de crítica, indignación, esperanza y proactividad. Sin un espíritu crítico, no se buscan soluciones a problemas que no se ven a simple vista. Sin la indignación no se tiene la fuerza para actuar. Sin la esperanza no se confía en que las cosas pueden mejorar. Si falta la proactividad la rebeldía solo queda en un discurso bonito.

El video que te muestro hoy, muestra algunas de esas características de la rebeldía. La crítica a los esquemas de la publicidad es bastante clara. Ella muchas veces rescata anhelos muy profundos que tiene el ser humano. El anhelo de ser auténtico, el anhelo de vivir una vida verdadera y que tenga sentido, de contemplar la belleza, etc. La gran crítica que realiza el narrador es que se estimulan estos anhelos para vendernos productos y marcas que no necesariamente tienen que ver con ellos. La indignación que manifiesta el narrador es evidente (¡perdona las malas palabras!).

El acento que pone el narrador está en la crítica y la indignación, y por eso la esperanza y la proactividad están más ocultas. Pero están ahí. Muchas veces manifestar las críticas es hacer algo. Ser capaz de expresarlas de manera entendible y clara para que los demás las entiendan. Y la esperanza aparece cumplida en el final del video, cuando por fin puede transmitir el mensaje claro y conciso que quería.

Una pregunta te puede surgir: ¿cómo ser rebeldes y cristianos al mismo tiempo? ¿No son dos cosas totalmente opuestas? Pienso que, aunque a primera vista la rebeldía pueda ser una actitud anti cristiana, no necesariamente es así. Dos virtudes tienen que guiar a la rebeldía para que no se desfigure: la verdad y el amor. La clave para hacer toda crítica, para soñar con un mundo mejor, tiene que ser la verdad. La rebeldía significa muchas veces decir y actuar la verdad cuando la corriente del mundo nos dice otra cosa. La crítica y la indignación siempre están en contra de la mentira, del mal, de la injusticia, porque se tiene en cuenta el bien, la verdad, la belleza. Y el amor también es necesario para ser auténticamente rebeldes: para no buscarse a uno mismo, para tener paciencia con el que le cuesta cambiar, para purificar las intenciones. El más claro ejemplo para mí de esta rebeldía verdadera es el de Jesús expulsando a los que vendían en el Templo. La crítica, la indignación y la proactividad son evidentes cuando los recrimina y los echa «a patadas», como se diría hoy. Claramente hace toda esta escena con la esperanza de que la gente cambie, que se dé cuenta de que en el Templo habita Dios.

Apostólicamente, creo que este video puede llevarte a reflexionar sobre la rebeldía y preguntarte en qué medida los cuatro elementos que vimos están presentes. Pero, sobre todo, puede llevar a cuestionar cuanto de amor y de búsqueda de la verdad hay en nuestra rebeldía.

Para terminar te dejamos un último pensamiento:

libertad