social

En mis 5 años de matrimonio descubro cada día y doy gracias a Dios por mi familia. Y al hablar de familia no sólo  me refiero a mi esposo e hijos. El rol fundamental que cumplieron mis padres conmigo y los padres de mi esposo con él se ven reflejados hoy en la forma cómo nosotros venimos construyendo nuestro hogar y formando a nuestros hijos. Su labor no termina y aún siendo nosotros adultos, ellos nos siguen formando con su ejemplo y apoyando en cada situación de la vida en la que los hemos necesitado o hemos recurrido a su ayuda. Es por todo ello que la familia es la mejor red social,  yo diría que la familia es mucho más que una red social y hoy May Feelings nos lo recuerda muy bien.

Para muchos volver a encontrarse dentro de nuestros núcleos familiares se ha vuelto un reto. El relativismo, la forma en cómo utilizamos la tecnología y este sentido, las redes sociales nos vienen jugando en contra. Parece que siempre tenemos tiempo para estar “conectados” pero no para establecer una verdadera conexión con quienes están y estarán ahí para nosotros incondicionalmente: Nuestros padres, nuestros hermanos, nuestros abuelos, nuestra familia. Este video nos invita a revalorizar el encuentro cotidiano, lleno de calor de hogar y de alegría que es tan necesario en nuestras vidas.

La familia es el lugar en el que vamos descubriendo quiénes somos y de dónde venimos. En la familia realmente encontramos el soporte, el cariño, el ejemplo, la compañía, la diversión, la formación más amable y confiable que podemos tener.

Benedicto XVI nos dice sobre la familia: «Matrimonio y familia no son una construcción sociológica casual, fruto de situaciones particulares históricas y económicas. Por el contrario, la cuestión de la justa relación entre el hombre y la mujer hunde sus raíces en la esencia más profunda del ser humano y sólo puede encontrar su respuesta a partir de ésta».

Existen muchas familias que son verdaderos testimonios de lo que Dios tiene planeado para nosotros. También existen muchas que tienen problemas de comunicación, están rotas o disueltas. Pero no por eso debemos dejarnos ganar por el desaliento o caer bajo el engaño de definir a la familia como cualquier asociación. Recordemos, la familia es mucho más: “NO es una construcción sociológica casual fruto de  situaciones particulares  históricas y económicas” (Benedicto XVI).

Volvamos a prestarle atención a nuestra familia, con nuevos ojos, con la certeza de encontrarnos en ella y con la convicción de que la familia que hemos formado o que vamos a formar tiene el sello de nuestro mismo creador que nos ama infinitamente y nos llama ser felices  y a amar de igual manera.