Toda vida tiene su historia y como empieza diciendo el video: «todos amamos las historias, nacemos para ellas, las historias afirman quiénes somos, todos queremos afirmaciones de que nuestras vidas tienen significado y nada es una mayor afirmación que cuando conectamos a través de las historias».

Francis William nació 4 meses prematuro, pero sobrevivió contra todo pronóstico gracias al amor y a los cuidados de sus padres, sus tíos y a los doctores y enfermeras del hospital donde estuvo internado. Los padres de Francis no sabían cuál sería su futuro, así como tampoco lo sabían los padres de Andrew Staton, el creador de «Buscando a Nemo», quien también fue prematuro. Las familias de estos dos personajes creyeron en la vida como el regalo más grande y en el derecho fundamental de todos.

A veces sentimos que andamos sin rumbo, que no le encontramos el sentido a la vida, pero no hace falta ir muy lejos para encontrarnos y maravillarnos con quienes hemos sido, somos y queremos ser. Les invito a repasar su propia historia, a recordar que hemos nacido en una familia que nos quiere y nos cuida, que tenemos amigos que se preocupan por nosotros y que nos comparten su historia, pero sobretodo que ¡estamos vivos!

Me encanta la canción «Gracias a la vida» porque agradece a la vida por sus ojos, sus oídos, sus pies, su corazón y hasta su llanto. Es decir, ,que está dichosa por lo que es y está contenta con lo que tiene. Una persona así, es capaz de disfrutar los pequeños detalles de cada día y hacer uso de sus talentos en plenitud. Estar vivos es una de las principales razones para ser felices, pensar que si estamos en esta tierra es por algo, es porque Dios nos amó y nos entregó una misión.

Es claro que en la historia del pequeño Francis, Dios se valió de algo tan simple como la animación de Nemo, empezando por los dibujos que hizo la tía de Francis en un pizarrón en la habitación del hospital, después la coincidencia en la conferencia TED de Staton donde relata su vida desde que fue prematuro y por último el mensaje que envió en una servilleta que decía: «Francis William, sigue nadando» con un dibujito del pez de Nemo. Pero fue también porque los papás de Francis quisieron creer en los milagros y dejarse guiar por «diosidencias» como el relato de Staton y su mensaje. Todo esto les ayudó a comprender que el esfuerzo estaba valiendo la pena y que debían decirle sí a la vida de su pequeño.

Además, hay algo muy bonito que muestra el video y es la unión inquebrantable de estos dos esposos jóvenes que apostaron por su familia y que saben que ahora sus historias no son individuales: es una sola historia co-biográfica que pronto se convertirá en familiar. El Papa Francisco en la navidad de 2014, nos recordó que Jesús: «(…) podía llegar de manera espectacular, o como un guerrero, un emperador…, pero “viene como un hijo de familiay enfoca nuestra mirada en la familia de Nazaret (que) nos compromete a redescubrir la vocación y la misión de cada familia».

Así como Francis se salvó y su supervivencia fue reconocida por la comunidad, sus vecinos y gente cercana que se reunió a celebrar su vida, así debemos nosotros celebrar la vida y nuestras propias historias, sin olvidarnos de agradecer cada vez que cumplimos años y cuando tenemos logros; de hacer valer nuestros sueños y esperanzas porque hay una razón muy fuerte por la que estamos aquí.

Pero eso sí, no olvidemos hacer todo por amor, como decía San Josemaría Escrivá:

«En la sencillez de tu labor ordinaria, en los detalles monótonos de cada día, has de descubrir el secreto para tantos escondido, de la grandeza y la novedad: el Amor» (Surco, n.489).