¿Cuáles son las metas en tu vida? ¿Hasta dónde estás dispuesto a renunciar y sacrificarte para alcanzar tus sueños? ¿Para qué sirven el autodominio y la coherencia? Sobre todos estos temas podemos reflexionar a partir de este comercial de Heineken: «Cuando manejes, nunca tomes» que nos muestra el ejemplo de Jackie Stewart, 3 veces campeón de la F1.

Cuantas veces en nuestra vida perseguimos bienes aparentes y pasajeros que nos quitan perspectiva y nos impiden ver bien lo que realmente anhela nuestro corazón. Veamos qué tienen para decirnos sobre esto nuestros blogueros asociados 😉

Carlos Romero Villarroel

Autor del blog: El blog de CarlosRomeroV

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No olvidar nunca los principios que orientan tu vida ni el lugar desde donde vienes. A quienes estamos en el seminario formándonos para ser sacerdotes la gente suele decirnos algo muy parecido a eso: «no olvides nunca dónde naciste». Al ver este video de Heineken se me viene inmediatamente esta frase a la mente. Y es que vivimos en un mundo donde el poder y el éxito hace a muchas personas olvidar sus orígenes y lo que eran antes de convertirse en lo que llegan a ser más adelante. Cuántas veces hemos visto personas que, luego de alcanzar algún rango, tener un título, conseguir algún puesto en una empresa, o también que al llegar a ser sacerdotes o consagrados, se sienten superiores a los demás y olvidan lo que fueron antes, olvidan, incluso, los valores y principios que orientaban su vida.

El video que comentamos en este Post-Comunitario es una invitación a ser personas consecuentes: hombres y mujeres que no se dejan enceguecer por el éxito, el poder o la fama. Personas que no cambian su forma de pensar y de actuar movidos por la moda del momento o por sentirse más que los otros. El mundo está lleno de personas así ¡Y cuánto mal hacen! Si otros dirán de nosotros «él cambió mucho, ya no es el de antes», que sea porque hemos crecido en humildad y sencillez, siguiendo el ejemplo de Cristo. Y nunca olvidemos que nuestro Dios no es un Dios de aplausos, flashes, autos de lujo, ni de los primeros puestos: es un Dios que se humilló hasta llegar a la cruz. A ese Dios estamos llamados a imitar y testimoniar.


Néstor  Mora

Autor de blog: Eclesias TIC

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Placentero es aquello que se ofrece como generador de placer de forma duradera. Tomarse una cerveza es placentero si te gusta su sabor ligeramente amargo y la sensación en la boca del gas contenido. Se nos ofrece como algo deseable y para muchas personas lo es. Si tienes sed: ¿Qué mejor que una cerveza bien fría? Te la tomas y… ¿qué? ¿Piénsalo bien? ¿Qué pasa cuando te tomas una cerveza? Puede venir una segunda, pero ya no es lo mismo que el primer trago de la primera que te has tomado. Eso sí, el alcohol genera una agradable sensación de lejanía de lo real. Te puedes tomar diez cervezas y ¿Recibes el mismo placer? ¿Te sientes igual que con el primer sorbo? No, más bien empiezas a padecer sus efectos de forma desagradable y te encuentras con problemas de movimiento y coordinación ¿Dónde quedó lo placentero? ¿Quién se lo llevó? ¿Quien nos engaña siempre ofreciéndonos aquello que no nos llena?

El bien no es placentero, aunque nos llene de sentido. El bien permanece sin que se altere su percepción, ya que no lo vemos como placentero, sino como necesario. Si tenemos sed y nos tomamos un vaso de agua, el cuerpo reacciona ante el aporte del agua necesaria y se siente mejor. No esperamos tomarnos 20 vasos de agua y sentirnos mejor que con el primero. El amor de una pareja fiel y cercana no es placentero, es plenificador en todos los sentidos. El amor te da seguridad y te cuida sin que te llegues a dar cuenta. Cuando estás lejos sientes que falta algo y quieres volver a establecer esta sinergia invisible que todo lo llena y a todo da sentido. El amor no se gasta ni necesita de tomarse en vasos fríos, pero no por eso deja de ser refrescante de forma permanente.

Cuando Cristo nos dice: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame» (Lc 9, 23), no nos ofrece una cerveza cuyo sentido se pierde según se bebe cada trago. Cristo nos ofrece algo que necesita saltar fuera de lo placentero y por ello, necesitamos negarnos a seguir con aquello que no tiene sentido alguno y que encima, puede traernos la muerte física y espiritual. Cristo nos dice: «el que quiera salvar su vida, la perderá, pero el que pierda su vida por causa de mí, ése la salvará»(Lc 9, 24). Perder el placer aparente es el primer paso para encontrar el bien que todo lo llena y todo lo transforma en bondad. Depende de ti.


Pilar V. Padial

Autora del blog:  ¡Vive celebra la vida!

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En la vida tomamos nuestras decisiones para poder seguir el camino que consideramos mejor para nosotros. Inmediatamente, ello conlleva la consecuencia de tener que realizar algunos sacrificios: esfuerzos, renuncias. El mundo no va a estar apoyando constantemente nuestra vocación como si fuéramos seres sin libertad ni voluntad. Es necesario dirigir la propia vida siendo coherentes con nuestras metas. No hace falta ser agresivos en nuestras negativas a ciertas ofertas, ni resentidos. Solo mantener las prioridades claras en nuestra mente.

En particular, si nuestra meta y camino es Jesucristo, sentiremos que caminamos muchas veces en solitario y con esfuerzo. Sin embargo, nunca estamos solos, Dios está ahí para secundarnos en nuestras buenas intenciones si así se lo pedimos. No debemos ver, entonces, las renuncias como una pérdida o esclavitud sino como una opción personal hacia aquello que nos va a hacer más felices. Vivida así, la vida constituye una constante aventura, muy feliz, aunque conlleve sudores. Quien aspira a metas altas renuncia gustoso a algunas cosas secundarias.


Luis Javier Moxó

Autor del blog: Echad vuestras redes

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Hará cosa de un año, en un debate sobre la seguridad de la Fórmula 1, los pilotos de entonces reclamaban más riesgos en sus coches, para que el deporte volviera a ser tan atractivo como antes. En nuestros días, una famosa marca cervecera holandesa de hace 144 años, ha querido apostar por una campaña de moderación, con algunas argucias digitales nada reales que digamos (no son creíbles algunos efectos a su favor como el diseño de la botella y algunos retoques), y se ha valido, entre otros, de Jackie Stewart (en activo de 1965 a 1973, con 99 victorias en F1).

En el presente vídeo que comentamos, el tricampeón mundial de la Fórmula 1 (evento con una audiencia de unos 400 millones de televidentes únicos al año) deja bien claro que conducir y beber no son compatibles en condiciones de seguridad. Jackie Stewart o John Young Stewart (Milton, Escocia, Reino Unido, 11 de junio de 1939) sobre todo a partir de fines de la década de 1960 organizó protestas de pilotos de F1 para exigir mayores condiciones de seguridad: uso obligatorio de cascos integrales, cinturones de seguridad y buzos antiflamas, creación de zonas de escape, barreras de protección y centros médicos en los circuitos, y la presencia de equipos de rescate y atención médica en cada prueba. Nos podríamos preguntar hasta qué punto son coincidentes los intereses sociales, humanitarios de verdad, de este ex piloto con dicha marca de cerveza. Heineken tiene un 5% de grado de alcohol volumétrico y 35 kilocalorías por cada 100 ml.

En el exceso de alcohol al conducir influyen varios factores (peso, complexión, sexo,…), pero un vaso y medio de cerveza, en caso de un hombre de complexión media sería suficiente para dar positivo en un test de alcoholemia. Diez mililitros de alcohol de necesitan un mínimo de una hora para ser metabolizados. Me pregunto y os pregunto varias cosas, para reflexionar juntos: ¿qué hay detrás de un alcohólico al volante?, ¿qué le impulsa a despreocuparse tanto, a no tener más en cuenta su propia salud y la de los demás?, ¿qué sociedad estamos creando que importe más quien tiene un coche más potente y más alto?, ¿por qué se corre tanto y se transgreden tantas normas de circulación, pensando que nada malo va a pasar porque sabemos conducir muy bien?, ¿son suficientes las multas, las penalizaciones con descuento de puntos del carnet de conducir, las campañas de tráfico, las noticias de accidentes, la posibilidad de cárcel incluso, … para tomar más conciencia y ser más prudentes?

¿Qué tipo de conductores somos nosotros?, ¿nos transformamos cuando estamos en un vehículo, con más adrenalina y agresividad? Y, sobre todo, ¿cómo nos conducimos responsable y sobria o serenamente en nuestro día a día? ¿qué nos protege de nuestro exceso de prisa y estrés, incluso ira a veces, de la falta de moderación y de seguridad? Podríamos utilizar este video, jugando con las palabras, para nuestra propia campaña de respeto a la valiosísima naturaleza que somos y disponemos en nuestro entorno: «Piensa en verde de verdad: Vive con moderación respetando tu entorno». ¿Cómo es nuestro esfuerzo y sacrificio cotidianos por lo que (o los que) más estimamos?