Los comerciales de Campofrío, una marca española de embutidos, se han caracterizado por tener mensajes sociales de fondo con un tinte de feminismo y empoderamiento de la mujer. Y en esta ocasión, su campaña publicitaria no es la excepción, pues presenta a una ‘medium’ que descubre los fantasmas de un grupo de mujeres aparentemente oprimidas por una serie de presiones sociales que, según el comercial, las persiguen y no les permiten tener una vida tranquila y feliz.
Pero, ¿qué tan cierto es que la mujer ha visto su vida regida por estas presiones o ‘fantasmas’ a los que hace alusión el comercial?
El comercial habla del miedo infundado a “ser mamá sí o sí” y va mucho de la mano con el debate actual de la maternidad como un derecho a elegir, e incluso de cierto modo cuestiona a quienes deciden dedicarse a sus hijos y aplaude a quienes han decidido no serlo. Sin embargo, en esa idea se pierde de vista algo fundamental y es que muchas mujeres vemos a la maternidad como un aspecto esencial de nuestras vidas, incluso aquellas mujeres con vocación religiosa, despliegan ese instinto maternal a través del cuidado y entrega a los demás.
Con una imagen recurrente de una señora mayor rodeada de gatos, se representa al segundo fantasma: el de “quedarse sola”. Nuevamente, en el comercial, se proyecta a la soledad y al no tener pareja como una victoria y esto en realidad, tiene varios matices. Por un lado, comparto el hecho de que la soledad, aunque difícil, puede también llegar a ser positiva como un período de autoconocimiento y una oportunidad de vivir distintas experiencias con alegría. Sin embargo, el video no muestra que abrirse a los demás y valorarlos como son, es también es una experiencia bonita y enriquecedora.
El video enfoca este punto en ‘la culpa’ que puede sentir una mujer al dedicar tiempo a otras actividades que no tienen que ver con dedicarse al cuidado del hogar y la familia. Y aunque debo decir que una mujer sí se enfrenta a esta disyuntiva en algún momento de su vida, también creo que es factible encontrar un equilibrio entre el desarrollo profesional y la vida personal y familiar, como lo han demostrado muchas mujeres.
Para cerrar con los fantasmas sociales, el comercial retrata la presión de estar alegres y positivas permanentemente. Es cierto que, en el mundo de hoy, todos nos enfrentamos a una cantidad abrumadora de frases e imágenes de positivismo que incluso a veces logran ocultar las realidades tristes y difíciles que son parte de la naturaleza humana. Pero eso no quiere decir que, también es muy bueno encontrar alegría en medio de la adversidad y que la naturaleza femenina tiene en su esencia impregnadas las características de acoger y alegrar.
Al repasar cada uno de estos ‘fantasmas’, he sentido que efectivamente, algunos de ellos resuenan en mi interior y creería que en el de cualquier mujer. Pero, es importantísimo ponerles matices y no dejarse convencer a la primera de que esto se debe simplemente a “la presión social y el miedo a no encajar” como dice el comercial en su cierre. Y menos aún, aceptar que la solución más fácil es desechar esos miedos y reemplazarlos por “otro modelo de sociedad”. Esta presión social puede convertirse a veces en una ilusoria realidad difundida por el discurso feminista. En el caso de una mujer creyente, hay muchas aristas que debemos aprender a valorar de nuestra naturaleza femenina y maternal, que incluyen la fuerza y entereza que nos impulsan a llegar a nuestras metas sin presiones.
¿Qué opinan ustedes chicas? 🙂
Si quieres profundizar sobre otros temas que se esconden detrás del feminismo, te recomendamos que escuches esta interesante conferencia online.
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