

Toma aire conmigo, échate un poco para atrás y grita (pa dentro porque pa fuera puede que despiertes a alguien): ¡Qué ganas tengo que ir a la JMJ a Cracovia Dios míoooo!
Listo, ahora que ya nos hemos desahogado y suponiendo que tu no estás en la en Cracovia (porque si así fuera dudo que estés leyendo este post con todas las cosas interesantísimas que hay para hacer en la JMJ) vamos a entrarle a tener una reflexión motivacional al respecto. No sé si has tenido la bendición de participar de una Jornada Mundial de la Juventud, yo sí, y realmente me cambió la vida. Me imagino que como la gran mayoría de las jornadas y encuentros mundiales de lo que sea que vayas, sobre todo si son de algo católico, la experiencia te cambia la vida, te impacta, te conmueve, y cuando regresas a casa vuelves diferente, con el corazón menos de piedra y más de carne. Obviamente si fuiste a vivir la jornada y no a hacer turismo espiritual. Todos quienes hacemos algún apostolado, debiéramos vivir o motivar a vivir. Si aún eres joven, prepárate para la que viene y si eres un adulto, pues tienes dos opciones: o acompañas a un grupo de jóvenes o trabajas para que esos jóvenes puedan ir.
No es para hacerte sentir envidia porque estás en casa leyendo esto mientras millones de jóvenes (en la última JMJ asistieron 3,7 millones de jóvenes) se preparan para vivir la jornada, sino que queremos que te unas espiritualmente a ellos y te entusiasmes con su entusiasmo. Por eso te compartimos el video promocional oficial de la JMJ 2016:
Lo que muestra el video no es solo una imagen publicitaria que eleva las expectativas, sino que es realmente la universalidad de la Iglesia vivida durante una semana. Te confieso que en la feria de las vocaciones, bajo una lluvia tropical, mucho calor y de noche, caí de rodillas sin poder contener el llanto mientras intentaba cantar entre sollozos: «Dios está aquí» (seguro conoces esa canción) y a mi lado la cantaba un jóven en inglés, detrás mío había una niña que cantaba en portugués, cerca un grupo de jóvenes que cantaba en francés y muchos cantaban en sus idiomas pero no logré distinguirlos. Para mi asombro, todos sabían la canción. Todo eso mientras una procesión de Misioneras de la Caridad (las monjitas de la congregación de Santa Teresa de Calcuta) caminaban con el Santísimo entre esa multitud de jóvenes cantando, adorando y llorando de la emoción. Realmente me sentí en el cenáculo, viviendo Pentecostés. La Iglesia completa, de todo el mundo adorando a su Señor. Eso y mucho más pasa en una JMJ.
En fin, este post no es para contarte mi testimonio, sino para darte luces de lo que realmente significa vivir una jornada Mundial de la Juventud y para que te detengas nuevamente, tomes otro poco de aire y grites en tu corazón apuntando a Dios: «Señor, por favor permíteme vivir una JMJ, ¡amén!». (Perdona el hacerte orar, pero es gratis y seguro te gustó jajaja).
Para la Jornada Mundial de Cracovia 2016 el Papa Francisco ha dado como lema: «Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán la misericordia» (Mateo 5, 7) Ésta es la quinta de las bienaventuranzas que enseñó Jesús. No es que el Papa Francisco haya querido calzar a la fuerza ese lema, porque que este sea el Año Jubilar de la Misericordia y él hable frecuentemente de ella. No es una casualidad. En Cracovia, vivió Sor Faustina quien tuvo la revelación de la «Divina Misericordia» y en esas visiones recibió múltiples manifestaciones de lo que es la misericordia de Dios. En resumen, Cracovia es la capital mundial de la Misericordia y los jóvenes católicos de todo el mundo van a reunirse con el Papa de la misericordia en el Año de la Misericordia para vivir como bienaventurados. Algo de esa magnitud espiritual, sí o sí cambia la vida.
Este es el espíritu que de seguro se respira en Cracovia por estos días, el de la fiesta, la alegría y la misericordia. Un ejemplo de este ardor en el corazón es la campaña de «We 4 Charity» que está reuniendo fondos para poder financiar la adquisición de una clínica móvil para los refugiados de Siria en el Líbano y un centro de ayuda para ancianos y personas con discapacidad.
Esto es solo una parte de lo que significa una Jornada Mundial de la Juventud, seguro que durante los próximos días veremos cosas grandes.
Te dejo también algunos datos muy especiales de esta JMJ:
1. Es el 15° viaje del Papa Francisco, que hasta ahora nunca ha estado en Polonia. Además es la segunda vez que este país acoge una JMJ, puesto que organizó una en Czestochowa en 1991. Benedicto XVI sí hizo un viaje a Polonia en el 2006.
2. En todos los grandes eventos de la JMJ, el Evangelio será proclamado en polaco y en paleoslavo, la lengua usada en la liturgia greco-católica.
3. Durante su visita al campo de concentración nazi de Auschwitz, el Pontífice no pronunciará discurso alguno, sino que reinará el silencio como signo del dolor y compasión por la matanza de más de un millón de personas en este lugar durante todo el Holocausto. Además rezará ante la celda en la que estuvo cautivo San Maximiliano Kolbe justo en el 75 aniversario del día que fue condenado a muerte.
4. Francisco se encontrará con algunos judíos sobrevivientes del campo de concentración. Uno de ellos tiene 101 años y hospeda a un peregrino de la JMJ.
5. Durante la vigilia de oración del Papa Francisco con los jóvenes el día 30 de julio se escucharán los testimonios de un sirio, un paraguayo y un polaco. Al día siguiente, domingo, Francisco bendecirá dos casas de Cáritas.
6. Hay casi 400.000 inscritos a la JMJ, la mayoría de España y de Italia, y se espera que a la Vigilia y la Misa conclusiva del Pontífice asistan casi 2 millones de personas. Participarán también unos 800 obispos y 70 cardenales de todo el mundo.
Si has participado de una JMJ, sería fantástico si nos puedes compartir en los comentarios tu testimonio sobre algún momento vivido en ella que te tocó el corazón 🙂
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