El video que ven aquí es una campaña de prevención de violencia armada en Estados Unidos y fue producido por Sandy Hook Promise, una organización sin fines de lucro creada por los familiares de quienes perdieron la vida en la escuela primaria Sandy Hook el 14 de diciembre de 2012. Su misión, además de «honrar a quienes han sido víctimas de la violencia de armas», es «convertir su tragedia en un momento de transformación al proveer de programas y prácticas para proteger a la niñez y evitar la trágica pérdida de vidas».

La historia gira en torno a una correspondencia amorosa entre Evan y una chica que se comunican por mensajes en la mesa de la biblioteca de una escuela secundaria; esta es la parte linda del video y en la que nos centramos al verlo por primera vez. Pero ante nuestros ojos pasa desapercibido el chico detrás de Evan, quien sufre de acoso escolar y está preparando un ataque armado en su escuela. Parece que lo que nos llama la atención es lo agradable y preferimos ignorar lo triste o desagradable, lo omitimos para evitar sufrimientos vanos.

En una charla TED, la fundadora de Sandy Hook Promise y madre de Dylan, un niño de 6 años que murió en el atentado a la escuela, cuenta cómo ha logrado canalizar el dolor de perder a su hijo, ayudando a evitar que otras familias sufran lo mismo. Su trabajo consiste en dar capacitaciones gratuitas acerca de prevención de violencia con armas de fuego en escuelas y comunidades sobre los signos y señales visibles que ayudan a prevenir las tragedias. La forma de prevenir que utilizan es muy efectiva y consiste en brindar ayuda y atención a quienes presentan signos o señales de ser futuros autores de un ataque.

Este es un fuerte llamado de atención en dos aspectos: la manera en cómo nos relacionamos con quienes nos rodean y el amor que entregamos. Como se puede ver en el video, el chico que planea el ataque sufre de bullying y canaliza su ira con violencia a los demás e incluso publica fotos alarmantes en redes sociales que nadie toma en cuenta. Es muy común que a esos chicos «molestos» o «raros» son a quienes dejamos de lado y resultan ser quienes más atención y cariño necesitan.

En abril de este año, el papa Francisco en su homilía de la Misa de Jubileo de los Adolescentes, afirmó a los jóvenes que su felicidad  «no es un ‘app’ que se descarga en el teléfono móvil», «ni siquiera la versión más reciente podrá ayudaros a ser libres y grandes en el amor», dijo. Además, afirma que «sentirse “marginado” es una amenaza que no les deja crecer bien y que por eso deben apoyarse en el amor de Jesús que nos levanta cuando caemos y que nos ayuda, a la vez, a tender la mano a nuestra familia y amigos también. Finalmente, les da un tip para que esto sea más fácil de practicar, que es pedirle a Jesús «el secreto de la ternura: interesarse por otra persona, quiere decir respetarla, protegerla, esperarla».

Así que, como nos pide la madre de Dylan, y el mismo Jesús en varias ocasiones, no nos lavemos las manos como Poncio Pilatos, acerquémonos más a quien menos recibe atención, estemos pendientes del que no tiene muchos amigos y que quizás a nosotros mismos no nos cae bien, porque seguramente podremos cambiar el rumbo de la vida de estas personas. Con simples gestos de preocupación y ternura, habrá menos violencia y depresión.


Actividad sugerida: acércate a una persona con la que no te llevas muy bien o que esté un poco excluida de algún grupo del que formes parte e inicia una conversación. Si tú te sientes excluido o marginado busca ayuda en una persona de confianza.