

Les traemos una excelente producción de «Soul Pancake». Desde la primera vez que vimos este video nos propusimos traducirlo y ofrecérselos como un material de preparación para la Navidad. ¡Nos encantó! Es cierto que no trata explícitamente de una temática relacionada con la Navidad; sin embargo, creo que el mensaje que contiene está directamente relacionado con el tiempo litúrgico que estamos viviendo.
Elementos apostólicos:
En Adviento todos esperamos el nacimiento del Señor. Para nosotros, católicos, la Navidad no es solo la celebración del evento que cambió la historia de la humanidad: la Encarnación; sino que también es una ocasión privilegiada para permitir que el Señor nazca nuevamente en nuestras vidas y transforme nuestros corazones. En Adviento nos preparamos para este nuevo nacimiento. Con amor y cuidado ponemos los medios adecuados para que Dios entre e ilumine nuestras vidas.
Por otro lado, celebramos el nacimiento de un Dios que se hizo carne y vino al mundo a amar, sufrir, sentir y pensar como hombre. Nada de lo humano le fue ajeno y Él mismo pidió a sus discípulos que nada de lo humano les fuera ajeno. Cristo nunca predicó una religión desencarnada; todo lo contrario, constantemente instó al amor de los unos por los otros, al cuidado de los más necesitados, a la oración que ruega con humildad por el pan de cada día y a realizar nuestras ofrendas a Dios no sin antes habernos reconciliado con nuestro prójimo. En la Encarnación el cielo y la tierra quedaron íntimamente unidos.
¿Qué tiene que ver todo esto con el video? Ahí voy. Hay muchos modos hermosos de prepararse para el encuentro con Dios en Navidad, pero si hay uno que sobresale entre todos ellos, ese es el amor y la reconciliación. El amor nos prepara para la llegada de Dios en un modo eminente -no por nada el mandamiento nuevo que dio Jesús es el mandamiento del amor-, amando a los demás amamos a Dios de una manera especial y nos abrimos a la acción de su Gracia: «Queridos, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor». (1 Jn 4, 7 – 8).
Pienso que el video de hoy es un pequeño ejemplo de lo que podríamos hacer para acercarnos mejor preparados al pesebre del Señor: recuérdale a tu madre cuanto la amas y cuando aprecias todo lo que hace por ti; reconcíliate con aquel amigo, habla con él de aquello que ha enfriado vuestra relación; cancela esa mentira que te tiene triste, ten el valor de confiarle lo que ocurrió y pídele perdón, ella lo entenderá; afianza tu relación con los que más amas; mejora tu actitud con quienes te cuesta un poco más; empieza de nuevo si es necesario, etc... Recuerda que Adviento es un tiempo especial, si haces todo esto por amor a Dios, Él no te fallará. En Cristo hallarás las fuerzas que te estaban faltando para dar esos «pasitos» de generosidad. Prepara tu corazón en el amor para que el Amor nazca y germine definitivamente en tu vida.
No tengas miedo si lo que hagas no es «el incienso, la mirra y el oro de los grandes reyes de oriente», si tu pequeño gesto de amor es suficiente para abrir una pequeña rendija de tu corazón, el amor de Dios hará el resto. Recuerda que Jesús hizo de un pobre pesebre la cuna del Rey de Reyes. Imagina lo que hará con tu corazón.
En estos últimos días, específicamente horas. He tomado una actitud egoísta, solo he hecho cosas para complacerme y he herido tanto a las personas que mas amo en este mundo. A veces pienso que necesito tocar fondo para volver a sentir el amor de dios y recién en ese punto reconciliarme con él. Así ha sido toma mi vida
Un acto tan simple como este, el decirle algo lindo a alguien (cosa que no hacemos a diario), puede despertar el amor de dios, ya que como sus hijos y más aún conscientes de su amor, estamos envueltos en él, pertenecemos a él y si permitimos que se una a nosotros (dios nos da libertad para elegir), seremos felices y haremos felices a alguien más. Así de simple y directo, pero es la verdad.
Piero, no hay que tocar fondo para encontrar con Dios. Es una típica tentación que no hace sino agravar los problemas. Te aseguro que cuando «toques fondo» el fondo será mucho más hondo y así seguiras recorriéndolo hasta nunca llegar a él. El egoísmo edurece nuestros corazones, no te arriesgues; tú describes esta dinámica muy bien: «Así ha sido toda mi vida».
Lo que realmente nos sana – y que a veces Dios permite que lo asociemos al «tocar fondo» – es la Gracia de Dios. Para recibirla tienes que quererla y tienes que pedirla. El Señor nos escucha todo el tiempo y espera solamente un pequeñisimo gesto para salir a nuestro encuentro. Creo que la consecuencia más terrible del pecado es que nos hace perder la esperanza en Dios y en nosotros mismos. ¡No te creas esta mentira! Ábrele tu corazón a Dios con un pequeño gesto – algo así como en el video -, aprovecha la Navidad para renovarte poco a poco y verás como todo empieza a mejorar. ¡Dios es más grande que tu egoísmo! Un abrazo y mis oraciones.
M.