Un sencillo, pero elocuente comercial, que hace parte de una campaña de la farmacéutica  Pfizer y nos da pie para reflexionar en algunas interesantes preguntas como: ¿En qué está puesta mi esperanza ante los retos de la vida? ¿Cómo puedo darme hoy o qué puedo hacer por y para los demás?

¡Veamos lo que tienen para decirnos nuestros geniales blogueros asociados sobre este tema y compartamos este bonito video con nuestros amigos!

Luis Javier Moxó

Autor del blog: Echad vuestras redes

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Algo más que una medicina: darnos, de forma saludable

Este anuncio es de una famosa multinacional farmacéutica estadounidense que, fundada en 1849 por los primos Charles Pfizer y Charles Erhart, inmigrantes alemanes, instalados en Brooklyn (Nueva York). Ha sido condenado en múltiples ocasiones por la justicia: declaraciones falsas, promociones ilegales, conductas delictivas, captación de médicos mediante el ofrecimiento de beneficios económicos como electrodomésticos, cheques o dinero en efectivo, para asegurarse que recetaran sus productos. Últimamente, en noviembre de 2015 en España una treintena de médicos directivos y delegados comerciales fueron despedidos, debido a pagos supuestamente camuflados como colaboraciones científicas, en relación con médicos y gestores de hospitales públicos.

El video que nos ocupa trata de una campaña de la firma para Canadá «More Than Medication» acerca de la prevención de la salud, para poder vivir más saludables, con vidas más equilibradas, porque ellos creen «en la verdadera salud, que es más que una medicina», porque «hay muchas cosas pequeñas que nos pueden ayudar a estar saludables» y pueden ayudar a construir «un cuerpo, espíritu y mente saludables». Una de las características de esa vida saludable es «ser valiente» («Be brave»). ¿Cómo? «Dando apoyo y esperanza cuando más lo necesites» («Support and hope when you need it most»). Esa es la pregunta que nos podemos hacer: ¿En qué ponemos nuestro apoyo y esperanza, nuestro ser valientes ante los retos de la vida? Junto a nuestros éxitos, como los de esa multinacional, tenemos nuestras zonas erróneas, oscuras, que debemos exponer y corregir públicamente, porque no va con nuestra esencia ética, para que sirvan como en el graffiti de estímulo, de ánimo, de ayuda a otros, empezando por los más cercanos. ¿Cómo puedo darme hoy o qué puedo hacer hoy de más saludable por y para los demás?: una sonrisa, mi silencio, mi palabra amable, mi paciencia, mi sacrificio personal, tragar mi orgullo.


Pilar V. Padial

Autora del blog:  ¡Vive celebra la vida!

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Una de los peores aspectos de sufrir una enfermedad es el sentimiento de soledad. Las horas son eternas, llenas de muchos minutos, de interminables segundos… La imposibilidad de desarrollar una actividad, unida al malestar, hacen que el tiempo se dilate de un modo tedioso y monótono. No hay variación en el panorama, el cuerpo recuerda constantemente que no funciona bien y la angustia crece. Las personas, ocupadas en sus tareas, se alejan, también por el miedo ante ese misterio insondable que es el sufrimiento humano. Por ello, una de las mayores obras de caridad hacia un enfermo es estar a su lado para recorrer ese camino. No solo visitas esporádicas o regalos desasidos, sino una auténtica actitud de empatía que comprometa el corazón. Seguir vinculando al que sufre en nuestras vidas, como alguien significante, teniendo en cuenta sus necesidades, miedos, anhelos y las enseñanzas que puede darnos. Jesús dijo que estaría con nosotros hasta el fin de los tiempos. Él mismo pidió compañía en su agonía en el huerto de los olivos. Acompañar con amor al que se siente solo es vivir realmente la Misericordia encarnada…a Él se lo hacemos.


Néstor  Mora

Autor de blog: Eclesias TIC

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Comentar este video es complicado porque podemos centrar la visión en aspectos diferentes y al hacerlo, retocamos toda la historia. ¿Nos centramos en la niña enferma? ¿En el hermano creativo? ¿En la madre paciente? ¿En los vecinos que verán su fachada pintada sin haber sido preguntados? Complicado, porque según lo que elijamos caeremos en parcialidades que desechan las demás. Pero lo que me parece más curioso es que según decidamos centrar nuestra atención en un foco u otro, las demás personas generarán T o rechazos sobre nosotros. Prueben a elaborar un discurso desde el punto de vista de los vecinos y verán como les afean su actitud negativa e indiferente. ¿Qué podemos sacar de todo esto para evangelizar?

¿Qué foco tomamos para interpretar y comunicar el Evangelio? No es lo mismo tomar a Judas y crear un discurso que le exculpe, que tomar como centro a las personas curadas por Cristo o la misma Virgen María. Tomar parcialidades nos lleva a generar empatías, antipatías y tristemente, a enfrentarnos unos a otros. ¿Cómo relatar y comunicar una totalidad que nos excede y nos desborda? Sin el Espíritu Santo es imposible e incluso así, la lengua humana tiene como límite la propia naturaleza humana. Hay que orar para no desesperar y esperar que el Espíritu nos lleve a un nuevo Pentecostés. Pero no creamos que todo esto es sencillo: Jesús añadió: «He venido a este mundo para llevar a cabo un juicio: los que no ven, verán, y los que ven, se volverán ciegos» (Jn 9, 39).


Carlos Romero Villarroel

Autor del blog: El blog de CarlosRomeroV

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Veo este vídeo al regresar de una semana de Ejercicios Espirituales y me es inevitable relacionar lo que nos presenta con todo lo que he experimentado durante estos días. La escena del video nos presenta a un joven que busca dar ánimo a una niña que está en cama, sufriendo en la enfermedad y le escribe en un graffiti: «sé valiente» ¿Qué nos puede decir esto a nosotros desde la óptica de la fe? ¿Qué relación tendrá con nuestras amistad con Dios? Creo que en nuestra vida el Señor actúa de la misma manera que ese joven: intentando dar color a los días oscuros, llenando de sentido todo lo que hacemos en nuestra vida cotidiana.

En el mundo en el que vivimos, rodeados de tantas guerras, odios, divisiones y violencia, cuánto bien nos haría dejarnos «graffitear» por Dios: dejar que Él entre a nuestra existencia para darle sentido a todo lo que hacemos. Si miramos nuestra propia historia, la vida de cada uno, con la óptica de la fe podremos reconocer los pequeños signos con los que Dios nos ha mostrado su amor y cercanía. Sin embargo, son tantas las situaciones que nos llevan a perder la capacidad de ver al Señor en las experiencias cotidianas: el dolor, el fracaso, la desilusión, el abandono. Pero, qué distinta es la vida cuando dejamos que Él, el Dios de la compasión, la cercanía y la ternura, llene de color y esperanza nuestra vida. Qué distinta es la vida cuando dejamos que nuestra historia personal, con sus altos y bajos, esté marcada por el sello de la fe, coloreada por los pequeños gestos que Dios tiene con nosotros y que nos reflejan su infinito amor. Dejémonos «graffitear» por Dios y dispongámonos a que sea Él quien nos mueva, para que así, podamos ser plenamente felices.