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La pregunta final con la que concluye el video, es una pregunta que nos interpela a todos y nos hace reflexionar sobre nuestra autoimagen y sobre la libertad que tenemos ante nosotros mismos.

Creo que todos hemos tenido la experiencia de sentirnos  insatisfechos con algo de nuestro ser. ¿Qué es lo que nos hace sentirnos incómodos? Estar incómodo es lo contrario de sentirse libre, tal vez entonces sería bueno pensar en aquellas cosas que nos quitan la libertad.

Muchas veces por estar demasiado centrados en los aspectos negativos de nuestra vida y de nosotros mismos, vamos acumulando cargas pesadas sobre nuestras espaldas y estas, poco a poco se van convirtiendo en  vendas que nos quitan la capacidad de vernos como en realidad somos; de descubrir el valor que tiene nuestra existencia  única e irrepetible y del don que significamos para los demás. Nos pasa que olvidándonos de lo esencial fijamos mucho la atención sobre los aspectos más superficiales y menos importantes de nuestro ser.

Mirando el video y escuchando las respuestas, pensaba  en las personas que aman a quienes son entrevistados, en sus amigos, sus esposas, sus padres, ¿realmente les importará el tamaño de sus orejas? ¿O si tienen cicatrices en su piel?   Sin duda no debe ser lo que más llame la atención de su personalidad, todos deben tener dones preciosos que compartir con quienes los aman, y que son más importantes que su frente o las estrías de su cuerpo.

Por otro lado, una de las cosas que más me impacta del video es la libertad de los niños. ¿Qué los hace tan libres? Siempre pienso que Jesús tuvo muchísima razón cuando nos dijo que para entrar al cielo debemos volvernos como niños. Si observamos con detenimiento el video, las respuestas más profundas, más llenas de sabiduría, de profundidad, de transparencia, son las de los niños. ¿Qué hay en sus aspiraciones? No aparecer de una u otra forma ante los demás, no cambiar la forma de su nariz o de sus orejas, sino poder  volar, correr muy rápido, o simplemente ser ellos mismos. Sus respuestas parecen estar más relacionadas con sus sueños, pero como bien lo describe una de las niñas: está satisfecha consigo misma.

No es casualidad que la misma sabiduría de los niños se exprese en la respuesta de la mujer mayor. ¿Por qué querer cambiar algo de mi mismo, cuando en realidad mi belleza puede estar justamente en aceptar lo que soy? La sonrisa de esta mujer nos refleja lo ligera que es la vida cuando se quita del corazón y de la mente las preocupaciones superficiales y se vive en la libertad y la felicidad de aceptarse a uno mismo, con sus defectos y cualidades

PREGUNTAS QUE  TE PUEDEN AYUDAR A REFLEXIONAR:

1. ¿Me siento cómodo conmigo mismo?

2. Las cosas que me hacen sentir inconforme, ¿Son importantes o superficiales?

3. Si pudieras cambiar algo de ti, ¿qué cambiarías