En medio de los Juegos Olímpicos Río 2016, nos encontramos con logros realmente sorprendentes. Es casi increíble los récords que se rompen, las medallas que una sola persona va a cumulando, la perfección de las rutinas alcanzadas. Pareciera que estos deportistas olímpicos fuesen de otro planeta. Pero, ¿qué hubo antes de esto? Nosotros estamos viendo el resultado final, por así decirlo.



No olvidemos que para lograr la excelencia, es necesario: constancia, disciplina, esfuerzo y sobre todo mucha paciencia. Cuántas horas habrán pasado estos atletas intentándolo una y otra vez. Cuántas caídas en el camino. Cuántos errores y resultados de los que muchos se habrán reído y seguramente les habrá ocasionado hasta vergüenza. A muchos los habrán recriminado, y tal vez hasta hayan tenido la tentación de tirar la toalla. Pero, ¡no! Una y otra vez lo han intentado hasta lograr dominar el arte, o el deporte mejor dicho, y hoy nos sorprenden con sus logros.

¡Qué gran enseñanza nos dejan estos deportistas! A intentarlo una y otra vez. En la medida de nuestras posibilidades y capacidades, lograremos llegar a conquistar nuestra propia excelencia personal. Así pues, la próxima vez que nos encontremos a punto de «tirar la toalla» recordemos que para alcanzar la meta, seguramente nos encontraremos primero con muchas caídas, ¡a levantarse!

«La moral cristiana no es no caer nunca, sino levantarse siempre, gracias a su mano que nos toma» (Papa Francisco).