Toda Tuya de Jésed

Hoy quiero compartirte la canción «Toda tuya», de Jésed. Cuando me la pasaron, pensé que podría servir para utilizar en algún retiro o durante alguna jornada con jóvenes. Pienso que fragmentando las estrofas, podemos sacar algunas ideas en las que vale la pena meditar despacio y en silencio.

«Tú dime a quién iremos, si en ti todo lo encuentro»

Esta línea en la canción «Toda tuya», de Jésed la adelantó san Pedro en el Evangelio. Cuando Cristo propuso un camino que parecía una locura, pero que era el único que conducía a la Vida, muchos dejaron de seguirle.

En ese entonces, Él adelantaba lo que sería la institución de la Eucaristía. Palabras duras, no le comprendieron, se fueron. Pero Él no «adaptó el mensaje» para que se quedaran, desvirtuando la Verdad. Se entristeció, se volvió a sus apóstoles y les preguntó si ellos también querrían marcharse.

Porque, con Él, tendrían que caminar, avanzar y creer en esas promesas bellas pero difíciles de asimilar. «¿A quién iremos?», preguntó Pedro.

De la misma manera, hoy día el mundo puede seguir diciendo – hoy día, gritando – que seguir a Cristo es una locura. Tal vez tengan razón… pero, ¿a quién iríamos si no es a Él? ¿A quién seguiríamos?

¿Hay algo que pueda darnos y llenarnos si no es Dios mismo?

«Estar contigo cada día, hoy y toda mi vida»

Este verso de la canción «Toda tuya» de Jésed lo veo muy cercano a este otro: «Toda tuya, todo mío, eternamente». Pongo el énfasis en «eternamente». «Hoy». «Toda mi vida». Para siempre. Lo que comenzamos a vivir hoy, va pavimentando nuestro camino al Cielo.

Al Cielo no llevaremos cosas, pero sí el amor que cargamos y sumamos durante la vida. Así que, cuando más amor acumulemos, más tendremos para disfrutarlo en el Cielo.

Como decía san Josemaría Escrivá, «la felicidad en el Cielo es para los que saben ser felices en la tierra». Y la única manera de vivir esa felicidad, aquí y allá, es vivir el amor, aquí para allá.

Y la única manera de ser felices y vivir el amor, es si va de la mano de Dios. Por eso, podemos alegrarnos al poder decir «toda tuya, todo tuyo, todo mío». Como dice el Cantar de los Cantares: «mi Amado es para mí y yo soy para mi amado».

Podemos plantearnos si verdaderamente vamos por la calle, codo a codo, como enamorados, como alguna canción vieja que en algún momento escuché.

Pero, literalmente: codo a codo. Vivir con Él y en Él es también hablar con Él, tratarle: «¿Cómo ves esto?», «pasó aquello», «¿qué piensas de esta decisión?», «mira eso, ¿voy o no voy?». No es algo abrumador… es fantástico tener alguien tan íntimo, tan cercano, pero que no cansa.

Tanto amor me ha conquistado

Esa relación de cercanía no es un invento que sale de nosotros. O sea, es importante nuestra voluntad. Pero no suficiente, ni siquiera lo más importante. Lo inicial es que seguimos a Cristo porque Él nos llama y nos da su gracia para seguirle.

No podríamos hacer nada, sin que Él nos ayude. Lo dijo san Pablo, cuando recalcó que sin su gracia «no podemos nada». No dijo «podemos poco» o «podemos algo pero no suficiente». Dijo «nada». Categóricamente.

¿Significa que es un imán del que no podemos alejarnos? Bueno, algo así como un imán, porque nos atrae… pero sí, podemos alejarnos. Nos acercamos, cuando le damos permiso de ser atraídos. ¿Me explico?

Él no lleva hacia sí a la fuerza. «Atrae» en cuanto a que conquista, enamora. Pero para darnos cuenta, necesitamos el suficiente recogimiento como para percatarnos de cómo nos habla en el día a día, a nuestro alrededor, desde nuestra historia.

Cada persona tiene un «lenguaje del amor». La manera en la que se siente amada y en la que manifiesta su amor. Dios también tiene un «lenguaje del amor» con cada uno de nosotros. En la que nos dice cómo nos ama, y nos hace sentir amados.

¡Qué historia maravillosa podremos contar al atardecer de la vida, de cómo Él nos fue enamorando y cómo se hizo nuestro amigo, amante, cómplice…! Y, entonces, podremos cerrar los ojos con lágrimas de gozo al saber que, al abrirlos, lo tendremos de nuevo todo nuestro, eternamente.

Cuéntame en los comentarios si alguna otra frase de la canción «Toda tuya» de Jésed ha resonado especialmente en tu corazón y lo que has reflexionado a partir de ella 🙂