Jackie 1

Jackie Evancho (nacida el 9 de abril del 2000) es una cantante de origen estadounidense que ganó popularidad después de presentarse en la quinta temporada de America´s Got Talent, alcanzando el segundo lugar. La voz de Jackie es impresionante, siendo una niña posee el registro de voz de una tenor adulta. Su última grabación, O Holy Night, obtuvo el número 2 en la revista Billboard y recientemente el disco de Platino. En este disco, todas las canciones tienen referencia a Dios tales como: “Silent Night”, “Panis Angelicus”, “Pie Jesu”, etc. En una entrevista, ella dijo que la Sagrada Escritura es su materia favorita para cantar. La familia de Jackie es católica y en este video se recalcan los valores que sus padres le han enseñado. En particular, esta canción es una letra de su tío Mateo Evancho. En su contenido podemos ver la fuerza de estos valores como la solidaridad, la compasión y la esperanza por la paz que se elevan a Dios en una voz muy hermosa.

Elementos Apostólicos

En primer lugar, me parece interesante que nos pongamos en los zapatos de Dios, como si fuéramos los destinatarios de esta canción. El sentimiento que surge espontáneamente del interior es compasión.  Al escuchar que la oración no es por ella, sino por los demás como que nuestro corazón se agranda. Me pongo a pensar, ¿qué sentirá Dios ante la plegaria de un hijo suyo por sus hermanos? ¿Qué sentirá nuestro Padre Bueno ante la solidaridad de alguien que de verdad quiere el bien de otro? En este punto cabría preguntarse con el Papa Francisco: “¿Cuántos de vosotros rezáis por los cristianos que son perseguidos? ¿Cuántos? Cada uno que se responda en el corazón?” No solo por la Iglesia, ya que somos una familia en Cristo, sino por todo el mundo ya que nos une una misma dignidad humana y en ese sentido, todos debemos solidarizarnos con los demás. Y qué mejor obra de caridad por el otro que apelar a la Bondad de Dios para que lo ayude. La oración por el otro es el apostolado más efectivo, porque ponemos a la persona en las manos de Dios.

En este mismo sentido, me llama la atención la letra de la canción al final cuando le pide a Dios que le ayude a hacer su Voluntad en nombre de todo lo verdadero y veremos unos en otros su Imagen Amorosa. Amar a otra persona es ver el Rostro de Dios. Me ponía a pensar en la relación inseparable del Amor a Dios y el amor al prójimo, cómo su interacción es imprescindible en la vida del cristiano. Como decía Benedicto XVI: “Si en mi vida falta completamente el contacto con Dios, podré ver siempre en el prójimo solamente al otro, sin conseguir reconocer en él la imagen divina. Por el contrario, si en mi vida omito del todo la atención al otro, queriendo ser sólo “piadoso” y cumplir con mis “deberes religiosos”, se marchita también la relación con Dios. Será únicamente una relación “correcta”, pero sin amor. Sólo mi disponibilidad para ayudar al prójimo, para manifestarle amor, me hace sensible también ante Dios. Solo el servicio al prójimo abre mis ojos a lo que Dios hace por mí y a lo mucho que me ama.”

En segundo lugar y para terminar, pensaba en la esperanza que expresa la canción en obtener la paz. Me llama la atención el impacto que tiene, sobretodo en estos tiempos de conflictos en Siria, Irak, Egipto, en Líbano y en Tierra Santa. En el fondo es un grito de obtener no la paz en abstracto y en la masa, sino la paz personal e interior, en medio de los conflictos que se dan en el corazón de cada persona. ¿Cuál es la paz que buscamos en el fondo del corazón? No es –Como dice el Papa Francisco– un sentimiento almibarado (En la cual todo es dulce y bonito) y ni si quiera es una especie de armonía panteísta con las energías del cosmos. La paz es la de Cristo y la encuentra el que “carga” con su “yugo” es decir su mandamiento: Amaos los unos a los otros como yo os he amado… Y este yugo sólo se puede llevar con mansedumbre y humildad de corazón”. La paz que buscamos está relacionada con el amor, con la certeza o convicción de sabernos amados infinitamente por Dios y de buscar amar como Él nos amó. Sólo así se puede obtener la paz, que es un don y un esfuerzo humano en cooperación con esa gracia. Es importante entender que “nadie da lo que no tiene”, por eso cada uno debe esforzarse por acoger la reconciliación que Dios nos ofrece, para así poder ser verdaderos “instrumentos de su Paz”.

Dinámica:

Proponerse rezar, de manera comprometida, por una persona que necesite de tu oración. También los alentaría a rezar por sus enemigos como lo ha insistido el Papa Francisco. Por aquella persona que no te llevas bien, que te ha traicionado, que te ha dado la espalda en algún momento de tu vida y que te ha causado una gran herida. Veremos cómo el Amor purifica y calma las tormentas del interior y vamos caminando hacia la Paz que anhelamos.