

No vamos a volver a decir que ser madre soltera es difícil, ya todos lo sabemos. Aunque muchos se apresuren a juzgar sin conocer y a lanzar comentarios hirientes al respecto, el video que les comparto hoy trae un mensaje alentador, lleno de esperanza y amor. Este es el testimonio de Lydia Alicia, una madre soltera mexicana que nos cuenta qué ocurre cuando confiamos en la providencia del Señor para sacar adelante a nuestros hijos.
La figura de madre
La palabra mamá, tiene muchos significados. Las mamás son «el todo» de muchos, son sinónimo de amor y entrega y la gran mayoría de ellas está siempre dispuesta a sacrificarlo todo por el bienestar de sus hijos. Si nos ponemos a pensar en lo duro que es criar a un hijo en pareja, ya se imaginarán ustedes qué tan complicada se puede convertir la tarea no solo a nivel físico, sino también a nivel emocional y psicológico cuando la crianza la debe afrontar una mujer, sola.
Dios nunca abandona
Hago un paréntesis en la palabra «sola», porque aunque las madres solteras no cuenten con el apoyo de sus parejas, no son excluidas del amor del Padre. ¿Cómo es esto? Resulta que aunque todo parezca gris, injusto, doloroso y a veces desesperante, Dios jamás nos abandona. A Él no le importa nuestra condición, está siempre ahí, esperando a que contemos con Él, a que le confiemos nuestros más profundos miedos y a que le pidamos su mano y consejo para las decisiones que tomamos en la vida. Convertirnos en madres puede ser la oportunidad perfecta que nos da Dios para hacer más grande su obra.
La maternidad como impulso para llegar más lejos
Qué ligera se hace la carga cuando se comparte, cuando la entregamos a Dios con verdadera esperanza. Que el ser madre soltera jamás te impida perseguir tus sueños, alcanzar las metas que tienes en mente o arriesgarte junto a tu pequeño cuando otros lo crean imposible. Un hijo debe convertirse en el motor que te impulse a ser aún mejor, a brillar más, a llegar más alto. La maternidad eleva nuestros dones a un nivel inexplicable y nos permite descubrir cualidades que creíamos perdidas.
Acepta la ayuda de otros
Algunos dicen que los hijos no te dejan hacer nada, pero la frase completa sería: nada que no sea ser mejor. Los ángeles que Lydia menciona, podemos ser todos. Un amigo, un tío, un abuelo, una prima, todos pueden convertirse en personas que mitiguen la angustia, la soledad que sentimos dentro de la maternidad o la tristeza que embarga nuestro corazón cuando sentimos no poder seguir más.
Si eres madre soltera y hoy estás leyendo esto, quiero recordarte: no estás sola, tu hijo no es un obstáculo, eres fuerte, eres capaz, valiente y lo más importante, amada por Dios.
Comparte este post con todas aquellas mamás que necesitan una voz de aliento y anímate a participar en la conferencia online «Cómo criar hijos felices».
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