Jessica Long: su testimonio y lecciones de vida

El video que presentamos hoy es un anuncio publicitario de la marca Toyota que fue presentado el pasado siete de febrero en el Super Bowl. En este se representa la vida de Jessica Long, nadadora paralímpica que ha destacado no pocas veces con múltiples triunfos a pesar de la limitación de no tener sus dos piernas.

Un poco de contexto

Para aprovechar mejor este mensaje es importante conocer un poco sobre la historia de esta mujer, por qué su testimonio es realmente elocuente y tiene mucho para decirnos el día de hoy.

Jessica nació en Rusia en 1992. Fue adoptada por un matrimonio estadounidense a los 13 meses. A los 18 meses le fueron amputadas ambas piernas por una enfermedad.

Aprendió a caminar con prótesis y desde niña le gustó la natación. A los 12 años ingresó en los Juegos Paralímpicos del 2004 en Atenas, donde ganó tres medallas de oro en natación, siendo la más joven del equipo paralímpico de los Estados Unidos.

Desde entonces ha participado en cada edición de estos juegos y su desempeño ha sido destacado entre los mejores de su disciplina.

El significado para Jessica de su propia historia

Después de ver el anuncio de Toyota Jessica compartió sus impresiones y lo que significó para ella ver su historia representada en este comercial. Mencionó que: «El anuncio capta perfectamente la historia de su vida en un minuto: su malestar por no tener las piernas, el dolor al principio de la adopción por no poder hablar de ello y la natación siempre como su oasis».

«No empecé este deporte pensando que iba a ganar medallas de oro o a salir en un anuncio del Super Bowl. Empecé con este deporte porque realmente amaba el agua. Era un lugar en el que me sentía realmente libre».

«A veces estaba nerviosa y asustada por ser la única chica a la que le faltaban las piernas en el equipo de natación. Eso es realmente intimidante cuando no ves a nadie que se parezca a ti. Pero tenía mucha determinación y espíritu para seguir luchando».

«Mi mayor esperanza es que algún día no tengamos que explicar nunca más lo que son los Juegos Paralímpicos. Hay esperanza y fuerza en todos nosotros y más que nunca (este año de pandemia), necesitamos esperanza».

Espero que la gente vea mi historia y se sienta inspirada para hacer eso que le ha dado miedo. Eso que sin duda da miedo, pero luego se dan cuenta de que han tenido la fuerza dentro suyo todo el tiempo».

Somos dignos porque existimos

Al ver este testimonio no podía dejar de pensar con sorpresa que un comercial de una marca de carros pudiera enseñarnos tanto de lo que necesitamos aprender hoy.

Seguramente muchos han visto este comercial por la gran audiencia que suele tener este evento. Me pregunto si todos se han dejado interpelar y cuestionar por esta historia de vida.

No puedo dejar de lado que uno de los elementos más resaltantes es la dignidad de la vida humana. Y un rasgo de este valor de la persona es que no depende de la mirada subjetiva del tiempo o de las características que están en potencia.

Me explico: una razón para apelar a la defensa de la vida, especialmente la del no nacido, es que se apela a pensar hacia el futuro: ¿qué cosas podría lograr?, ¿qué personaje pudiera ser?, ¿qué éxitos o influencias en el mundo logrará?

Si bien estos criterios resultan importantes, no son los únicos rasgos determinantes para decir que un ser humano y una persona es digna y valiosa, incluso al no haber nacido, al ser un embrión o un feto (¡porque ojo! Aquí hay vida y estamos hablando de una persona humana digna, no sólo un conjunto de células o un ser humano incompleto).

Pensemos en la lógica del ser y del amor

Es entonces cuando vemos que la dignidad y el valor que tiene cualquier persona se da simplemente porque existe, en el hoy, en el momento concreto.

Sin importar sus circunstancias: sano o enfermo, embrión o nacido, niño o adulto, con todas sus funciones y capacidades integras o con discapacidades físicas o mentales, por mencionar algunas.

Por eso, el valor del ser humano no dependerá solo de si desarrolla ciertas capacidades o logra algunos objetivos, o si es exitoso e importante su influencia en el mundo.

No podemos seguir realzando la lógica del qué hacer sino la del ser. La misma lógica con la cual Dios nos ha pensado desde antes de ser concebidos y desde que estábamos en el vientre materno. La lógica del amor, de la apuesta, de querer que existamos, que simplemente seamos, independiente de lo que hagamos.

Aunque estas razones son importantes para ayudar a abrir los ojos e inquietar un poco las frías consciencias de aquellos que ni siquiera ven que, en el momento presente, una persona es digna.

Creo que no podemos conformarnos con esta única explicación, sino seguir ahondando en aquellas características que ennoblecen la dignidad humana.

Gratitud al descubrirse apostado

Me conmovieron mucho las imágenes que dejaban ver un rostro alegre y agradecido de Jessica por lo que ha significado que hayan apostado por ella.

Puede que sus padres biológicos no hayan hecho todas las apuestas para asumir su cuidado, pero si apostaron en dejarla nacer.  Ha apostado su familia adoptiva, que a pesar de estar en condición frágil y con las dificultades de criar un hijo con problemas de salud, vieron en ella un valor extraordinario.

Percibieron que su esencia está más allá de lo físico, percibieron la huella de lo divino. La apuesta de sus entrenadores, de quienes la han ayudado a desplegar su potencial, y finalmente sin ser la menos importante, me hace pensar en que la gran apuesta de Dios.

El que nos regala con amor lo más valioso que tenemos y es el milagro de la existencia, que es lo que nos hace hermosos, grandiosos y extraordinarios.

«¿Quiénes somos nosotros para decirle «no» a la vida, para no apostar por ella cuando las circunstancias son adversas? Quien nos ha diseñado y pensado con tanto amor siempre apuesta por nosotros y siempre nos da su «sí».

Finalmente te recomiendo el curso online «El dolor en la historia personal». Puede ser una gran oportunidad de profundizar en cómo a veces nuestro propio sufrimiento puede ser el impulso más grande para luchar en la vida.