

¿Recuerdas cuando tenías sueños?, ¿recuerdas cuando eras niño y le contabas a todo el mundo aquello que irías a lograr de mayor?, ¿lo recuerdas?, ¿o tal vez con el paso de los años esos sueños se fueron ocultando bajo las capas de las preocupaciones, el trabajo y las responsabilidades de los adultos?
El día de hoy te quiero compartir un video de menos de dos minutos que es tremendamente conmovedor, como para verlo varias veces. Es de esos videos que te sacan una sonrisa al tiempo que se te cae una lagrima. Se titula «Cumple tus sueños y vive de tu pasión».
¿Recuerdas ahora todo eso que deseabas de pequeño?
Me gustaría verte a la cara en este momento. Me encantaría preguntarte qué estás pensando y qué estás sintiendo. Pagaría por conocer qué imágenes se te vinieron a la mente.
Te propongo que me acompañes en algunas reflexiones con base al video y que luego te tomes el tiempo necesario para escribir todo lo que generó en ti.
— ¿Qué sientes al escuchar y ver a esos niños tan ilusionados? Te comparto que a mí me despierta sentimientos de alegría, esperanza, gozo, anhelos, certezas e ilusión.
— ¿Qué sientes respecto a los adultos? Quizás frialdad, monotonía, fracaso, desesperanza, falsas seguridades.
— ¿Y qué sentimientos los ancianos? Nostalgia, congoja, pena, arrepentimiento, tristeza.
Permíteme preguntarte: ¿en qué grupo te encuentras en este momento? y ¿en qué grupo quisieras encontrarte?
¿En qué momento de la vida olvidamos nuestros sueños?
¿En qué momento decretamos que aquello que queríamos no se podría conseguir nunca? El video termina con una frase demoledora y al mismo tiempo esperanzadora: «El mejor momento para creer en tus sueños fue cuando eras un niño… El segundo mejor momento es ahora».
¿Qué harías si tuvieras la certeza de que tendrás éxito en eso que decidas emprender ahora?, ¿por qué son tan pocos los que persiguen sus sueños?, ¿será porque cuando nos hacemos «adultos» nos enseñan a «pensar y pisar tierra»?, ¿será acaso porque nos creemos los miedos e inseguridades de las personas de nuestro entorno?
Si miramos desde fuera como espectadores neutrales, ¿no resulta triste y doloroso que una persona renuncie a sus sueños bajo la afirmación «no tengo dinero para hacerlo», «no voy a dejar mi sueldito para jugármela sin saber qué va a pasar» o «no tengo tiempo para eso ahora»?
Nunca es tarde para despertar y empezar
Si eres uno de aquellos que quiere intentarlo, podrás estar preguntándote cómo hacer para descubrir esos sueños y desempolvarlos. Te comparto algunos tips:
— Tómate unos minutos al día en soledad y silencio para meditar y escribir sobre aquellas cosas que hacías de pequeño o adolescente. Anímate a escribir todo lo que se te venga a la mente y el corazón, no desestimes nada.
— Lee libros inspiradores. Mira películas inspiradoras. Busca conversar con personas que creas que están en el camino de perseguir sus sueños.
— Mírate y pregúntate en qué cosas eres bueno y puedes contribuir con la sociedad. Preocúpate no por el dinero sino por cómo puedes ayudar a los demás. El dinero será una consecuencia de ayudar a muchas personas.
— Si aún no descubres tus sueños, súbete al sueño de otro. No tiene nada de malo, en el camino irás descubriendo el tuyo.
Dile adiós a los «ladrones de sueños»
Te encontrarás con muchos que querrán apagarlos y hacerte creer que es imposible conseguirlos. Te cuento algunos:
— La impaciencia: vas a necesitar aprender a ser paciente, porque así como toda buena comida se cocina al calor del fuego lento, los sueños llevan su tiempo en descubrirse y alcanzarlos.
— La opinión de los demás: ¿los sueños son tuyos o de las personas que te rodean?, ¿acaso ellos saben qué es lo que te hace arder el corazón? Rodéate de personas que vivan su vida desde el amor, no desde el temor. Personas que te motiven y alienten a ir detrás de tus sueños.
— El exceso de análisis: no esperes entender todo para accionar. Acciona y entenderás. El exceso de análisis produce parálisis.
— El temor a fracasar: con alegría te cuento que el error no solo es el mejor camino para lograr tus sueños: es el único. Acepta que puedes fracasar. Nadie se arrepintió en su lecho de muerte por haberse arriesgado.
¿Por qué vale la pena luchar por tus sueños?
Para empezar, porque el sueño no es solo tuyo. Es también de todos los que esperan y necesitan que lo logres. ¿Puedes imaginar qué hubiera sido del mundo sin los santos?, ¿puedes imaginar qué hubiera sido del mundo sin los grandes hombres y mujeres que lograron cumplir sus sueños?
Por otro lado, porque hoy es la mejor época de la historia de la humanidad para llevar a cabo tus sueños. La democratización de la información y el acceso de casi todo el mundo a Internet hace que cualquiera que se lo proponga, pueda trabajar por sus sueños.
Y por último y más importante, vale la pena luchar por tus sueños porque tú eres el sueño de Dios. Tú que estás leyendo este post, eres la criatura predilecta de Dios. Te ha creado por amor y para el amor. Y para que descubras y vivas tus sueños.
Pídele a Dios que te guíe, que te muestre su camino, aquello en lo que pensó cuando te creó. Porque en el mismo momento en que te pensó, también te amó y te creó, e imaginó la manera para que fueras feliz sirviendo a muchas personas.
Y ten los ojos del corazón bien abiertos, porque se te cruzarán personas y oportunidades en tu camino que te irán marcando la senda. Podrías comenzar haciéndole a Dios la siguiente pregunta y petición: «Padre bueno ¿cómo hago para santificarme? Guíame». Porque el sueño de Dios para cada uno de nosotros es que seamos santos en el amor.
Te deseo de todo corazón que cuando pasen los años y mires hacia atrás, se te dibuje una sonrisa en el rostro al descubrir que todo eso que atravesaste fue parte del camino hacia tus sueños. ¿Qué harás hoy para ir detrás de los tuyos?
Artículo elaborado por Matías Conocchiari.
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