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.«Sonidos de la tierra» es el proyecto comunitario más importante, y mejor elaborado en la historia de Paraguay, en lo que se refiere a cultura musical comunitaria. Fue creado por Luis Szarán, que es un destacado músico paraguayo, director de orquesta, compositor e investigador musical. El proyecto ya tiene varios años y el impacto que sigue causando es enorme.

Ha estrenado obras propias en numerosos festivales internacionales y ha obtenido el Premio Nacional de Música otorgado por primera vez en Paraguay por el Parlamento Nacional en el año 1997. Esta obra en particular está dirigida a niños y jóvenes que, a través de la formación de escuelas de música, agrupaciones musicales y asociaciones culturales, posibilita el acceso directo a la educación musical a más de 3000 participantes de escasos recursos, en 72 comunidades del interior de Paraguay que de otra manera no lo podrían hacer.

«Sonidos de la tierra» Es un proyecto que nos muestra concretamente que el hombre puede transformar de manera positiva impactando más de una dimensión: Ecología, bienestar y cultura.

El hombre y la fuerza de la creatividad

En lo personal, este video me pareció impresionante y me conmovió mucho. Me parece que tiene muchos elementos edificantes que se podrían tocar en un diálogo. En primer lugar, me llamó la atención la fuerza de la creatividad. El hombre ha sido creado a Imagen y Semejanza de Dios.

El Amor de Dios lo mueve a crear de la nada; a crear la naturaleza tan bella que vemos todos los días, la inmensidad del universo, creó las criaturas, las plantas y animales y nos creó a nosotros. Todo lo que creó Dios refleja ese Bondad Infinita que hay detrás.

Dios le ha encomendado ser el administrador de la creación. Esta administración muchas veces es vista como un fracaso (calentamiento global, etc.), e incluso se ve al hombre como el gran depredador. Pero con casos como este vemos la potencia del hombre para obrar el bien.

Nosotros, al participar de ese del Amor de Dios, también somos movidos a co-crear. Es decir, a tener este anhelo de transformación de la realidad, a encontrar nuevos ángulos de la Verdad, a aportar síntesis y encuentros de cosas o ideas que parecían separadas.

Por eso, quién iba a pensar que de la basura saquen una orquesta llena de significado y valor para cualquier persona que ve esa historia y escucha su música. Cuando la creatividad está movida por la búsqueda del bien tiene la facultad de transformar la realidad cultivando al hombre, mostrando y exaltando su dignidad.

El arte como elemento transformador

Por otro lado, me decía a mí mismo: «Qué complejo y maravilloso es el mundo de la música», por ejemplo, cuando el maestro Luis Szarán decía que la música es la sonrisa del alma o como cuando María Eugenia decía que podías transmitir tu interioridad, si estás triste, contento(a), enamorado(a), etc.

Tengo muchos amigos que son músicos, entre ellos mi mejor amigo, que comparten lo que Favio Hernán director de «Sonidos de la Tierra» decía: «Que la música es como la un puente entre dos mundos». De hecho, no especifica qué mundos, pero podemos deducirlo por todo lo que muestra el video.

La música es puente del interior al exterior y del exterior al interior. Es ese reflejo de la riqueza personal que se manifiesta en un bello sonido y que al ser compartido por una comunidad, se expresa la unidad y armonía de la música. Y también, escuchar música es un canal para el interior que, o lo enriquece o lo degrada.

¿Qué música escuchamos?

Mirando esta experiencia cabe hacernos la pregunta. ¿Buscamos, con la música, ennoblecer nuestro interior? El poder de la música es transformador y tiene un efecto que puede llegar a lo más profundo del alma. La música, al ser una obra humana, tiene una intencionalidad, un mensaje que transmite con el sonido.

Es interesante cuestionar acerca de la música que escuchamos comenzando por ser conscientes del mensaje que recibimos. Hoy en día, la gente piensa que nadie se puede meter con la música que escuchamos porque es algo muy personal. Cada quien tiene su propio gusto.

Creo que no solo depende de los gustos, porque hay valores humanos que tenemos en común todos y podemos identificar si una música es buena o no.

Ojo, no digo que dejemos de escuchar la música que nos guste, sino de ser conscientes del poder de la música y del impacto que tiene en nuestro interior.

Por ejemplo, hay canciones que pueden despertar cierta nostalgia de algo más allá de nosotros, que es un valor muy importante que debemos cultivar, que nos mantiene «no-conformes» y en búsqueda de encontrarnos con Dios y con los demás

Pero, lamentablemente, también hay canciones que pueden despertar ira o amargura que hacen daño al cultivo de nuestro interior. A eso me refiero con tomar el peso existencial a lo que la música significa para nosotros y eso va a depender de que cada uno se tome en serio la música.

El amor se vuelca sobre nosotros

Finalmente, me llamó la atención cuando María Eugenia se conmovió al hablar del apoyo de sus papás por ver esa auténtica experiencia de gratitud que mostraba. Pensaba que cuando hay amor en lo que se hace, el Amor se vuelca sobre nosotros.

Cuando alguien pone todo su empeño en buscar cultivar al ser humano, en ponerlo en contacto con su dignidad y ampliarle el horizonte del bien, el Amor siempre se vuelve sobre uno. Es como una retroalimentación, «pon amor y tendrás amor» «Ama y serás amado» «Confía y confiarán en ti» «Ayuda y te ayudarán»

Como diría el mismo Jesús: «El que ama mucho, se le perdonará mucho» y «A quien se le perdonó mucho, mucho amará». En ese sentido, creo que la frase que utiliza el maestro Szarán encaja muy bien. «No les damos pescado, sino la caña de pescar».

Ellos buscan edificar el mundo desde trazos de basura y lo están haciendo. Cabría preguntarse ¿Nosotros con lo que tenemos, qué hacemos para transformar el mundo el mundo que nos rodea? ¿Amamos en lo que hacemos?

BONUS:

Se me ocurrió que luego de ver este video podríamos intentar una dinámica. Sería interesante es escuchar música de distintas categorías y en grupo. Luego identificar qué mensaje transmite esa música en la interioridad de cada uno.  Con este ejercicio hacernos más conscientes de la música que escuchamos. Podemos abrirnos a la experiencia de quién es el otro, porque la música permite entrar en el alma del otro como describía el maestro Szarán.