Este es un hermoso video para conversar sobre la vocación a la vida religiosa. Con todas las posibilidades y opciones de disfrute y desarrollo que el mundo actual nos ofrece, suele sacarnos de cuadro el ver mujeres tan jóvenes dejándolo todo para ir no solo a buscar a Dios, sino encontrarlo en aquellos más pequeños, en aquellos que sufren.

¿Cómo puede haber tanta alegría bajo circunstancias tan duras? ¿De dónde viene esa fuerza y esas risas que parecen ignorar la miseria que sucede alrededor? Encontrarnos con personas así, inevitablemente provocará que nos preguntemos sobre nuestra propia vida y esa sensación de plenitud, de estar haciendo lo que verdaderamente nos hace felices. 

Dudas despejadas

Pienso que no solamente cuestiona a aquellos que de pronto tienen dudas sobre la vida consagrada, sino a todos. Ver a personas que se encuentran felices haciendo, no necesariamente lo que les «gusta», sino lo que les hace sentido. Lo que llena su vida y no de bienes materiales, sino de «bienes intangibles» que duran lo que la eternidad.

El amor a Dios, libre, pleno, es algo que atrae, que el corazón parece reconocer y de pronto se queda inquieto y no descansará hasta encontrar su lugar (casi parafraseando a san Agustín). Después de ser testigos de un amor así, la vida no vuelve a ser la misma.

Un llamado que no se puede ignorar

Podemos tratar de apaciguar esa sensación, tal vez incluso de adormecer ese ardor que surge sin explicación e incluso continuar con la vida sin realizar ningún cambio o tomar una decisión al respecto. Lo cierto es que en el corazón quedará la huella de ese encuentro que puso en tela de juicio las opciones de nuestra vida.

Dios llama siempre, en cada paso que damos. Tal vez nos llama a esta vida consagrada hermosa que estas religiosas nos muestran, tal vez nos llama a otros destinos. Sentir que hemos respondido esa llamada, a nuestra vocación, no es algo tangible ni cien por ciento certero. Es un salto de fe que con el tiempo se irá confirmando en el amor y la felicidad que trae el tener una relación cercana con Cristo.