

Cada vez se habla más de la felicidad. Corrientes de psicología – por ejemplo la psicología positiva – las neurociencias, estudios de las universidades más prestigiosas de mundo, filósofos y pensadores, todos vienen haciendo un esfuerzo significativo hacia la conquista de la felicidad. Obviamente, las posturas y reflexiones son muy variadas, y sobre esto quiero compartir algunas ideas para ayudar a que juntos entendamos un poco más esto de la felicidad.
Algunos dicen que la felicidad no se trata de alcanzar una meta, sino el mismo camino de la vida. Ese esfuerzo y dedicación diaria por vivir la felicidad, es en sí mismo la experiencia que nos hace felices. Se trata de vivir el momento presente, y no estar tan preocupados o ansiosos por alcanzar esa felicidad, que nos hace perder precisamente el presente que vivimos.
Todos queremos ser felices
Es un deseo con el que todos nacemos. Sin embargo – dicen algunos -, resulta más significativo hablar del sentido de la vida. Es decir, ¿qué sentido le estamos dando a nuestra vida? Por lo tanto, no se trata de angustiarnos por ser felices – lo cual termina generando el efecto inverso -, sino darle un sentido auténtico a la vida, de esa manera, seremos felices.
Por mi lado, yo creo que un sano equilibrio entre las posturas sería decir: ¿Cómo descubrir el auténtico sentido de nuestras vidas, para vivir la felicidad? Para eso, en primer lugar, debemos entender qué significa eso del «sentido de la vida». Sentido puede tener dos acepciones distintas. Por un lado, la dirección hacia la cual apuntamos la vida. Hacia dónde queremos dirigirnos. Por otro, qué razones de fondo le damos a nuestra existencia. Así es como viviremos la felicidad.
Veamos algunas pistas para descubrir nuestro sentido en la vida. Voy a hablar de tres cosas. En primer lugar, saber ¿quiénes somos? En segundo lugar, tratar de encontrar respuestas a uno de los grandes misterios de nuestra vida: el sufrimiento. Por último, explicar qué significa que estamos llamados a la trascendencia.
1. ¿Quiénes somos?
Si no sabemos quiénes somos, no podremos vivir de acuerdo con nuestra verdadera identidad, y por lo tanto, nunca lograremos la auto realización personal. Es como una herramienta que no se utilice para el fin que fue construida. Para descubrir cómo debe realizarse una persona, debe necesariamente, conocerse a sí misma. Si no me conozco no sé qué hacer.
2. ¿Qué tiene que ver el sufrimiento aquí?
El sufrimiento es seguramente uno de los grandes misterios de nuestra vida. Algunos se alejan y rebelan contra Dios, otros dejan de creer y así por delante, porque, realmente es algo paradójico. No quiero profundizar demasiado, pero mencionar algunos puntos importantes.
Dios nunca quiere nada malo para nosotros. Siempre sabe cómo sacar algo bueno por peor que sean las cosas. Por último, absolutamente nada se escapa a la mirada misericordiosa del Padre. Por qué suceden algunas cosas, probablemente nunca sabremos responder aquí en esta vida, sin embargo, Dios las permite siempre por alguna razón que es buena para nosotros.
Si creemos que no nos escucha y nos abandonó, miremos a Jesús colgado de la cruz. Esa es la respuesta de nuestro Padre al sufrimiento que podemos vivir cada día. El asumió todo nuestro sufrimiento y lo venció, lo superó y después de su muerte, resucitó y nos trajo la victoria sobre el mal, el sufrimiento y la muerte. Su yugo es suave y su carga ligera.
3. El llamado a trascender
Finalmente, solo en la medida que trascendemos y salimos de nosotros mismos podemos encontrarnos con otras personas y eso está de acuerdo con el amor por el que fuimos creados por Dios. El amor que no es algo etéreo, abstracto, que está «flotando» en el aire. El amor implica una relación, un encuentro con otra persona. De manera fundamental con Dios mismo.
Ese amor que nos permite encontrarnos y relacionarnos con los demás, nos hace salir de nosotros mismos y descubrir el corazón ajeno. Ese encuentro realiza el anhelo que tenemos todos de felicidad. Pues la felicidad – como hablábamos al principio – no es algo que se «hace» de manera individual. Se trata de una relación de amor con otras personas.
Entonces, ¿qué esperas para vivir el amor hacia los demás?, ¿qué esperas para descubrir que solamente saliendo de nuestros egoísmos e individualismos podremos realizar ese anhelo infinito que tenemos de felicidad? Ese amor, que es fundamento esencial de nuestra vida, lo descubrimos ejemplarmente vivido por Cristo. De manera absoluta cuando está colgado de la cruz. El momento de máximo sufrimiento, que está unido al amor más extremo de la historia de la humanidad.
0 comentarios