

Algunas veces me pasa que le pido ayuda a Dios o a los santos en situaciones difíciles o grandes, y me digo «mejor no los voy a molestar con nonadas».
Pero me he ido dando cuenta que Dios obra hasta en las cosas más sencillas. ¡Y que además tenemos una lista interminable de santos que pueden ayudarnos! Para Él no existen pequeñeces, ni tonterías, ni insignificancias cuando se trata de nosotros, sus hijos.
«En la oración hay un obstáculo que consiste en pensar que la Providencia de Dios no se ocupa de las cosas de este mundo» —Santo Tomás.
Dios actúa en todas las áreas de nuestras vida
¡Pero tenemos que dejarle actuar! Su amor nunca pasa por encima de nuestra libertad, tanto nos ama que espera paciente que le invitemos a pasar.
Por eso hoy quiero compartirte un video de Las Hijas del Amor Misericordioso (HAM), que tienen una serie de cortos en su canal de YouTube llamados «Disidencias».
En esta oportunidad, Estrella nos cuenta cómo san José la ayudó a ella y a una de sus hermanas a solucionar un problema que probablemente no tendría «nada que ver con el cielo» 😅
Su historia nos ayudará a entender que sea cual sea nuestra dificultad o problema, podemos contar con Dios y con los santos.
San José y el decreto divino
Un ejemplo de dejar actuar a Dios en la propia vida es por supuesto, san José, ya lo dice Estrella.
Estamos en su año jubilar, en su humilde condición de trabajador manual Dios se le manifestó en sus sueños, y él fue dando pasos para abrazar su voluntad.
En su caso el universo «no conspiró» a su favor, al contrario, pareciera que en su vida todo fuera adversidad.
Una esposa en cinta antes del matrimonio, no había posada para que María diera a luz, tuvo que migrar a una tierra extranjera con un hijo recién nacido.
San José debió desear fervientemente una mejor situación para su familia. Pero se abandonó a la divina providencia, ¿hacemos nosotros lo mismo cuando tenemos obstáculos?, ¿le pedimos ayuda a Dios y a los santos?
¿Tenemos presente a san José especialmente este año? O por el contrario, ¿cuando nuestros problemas nos parecen insignificantes para Dios, ni nos atrevemos a pedir su ayuda?
San José y sus virtudes
No podría enumerar tantas virtudes del padre de Jesucristo en la tierra. Hombre justo, casto, trabajador, humilde, obediente, entregado a su hijo y su esposa.
San José no pronuncia palabra en ninguno de los cuatro evangelios, no necesita decir nada, son sus actos los que hablan por él.
Santo Tomas de Aquino decía que: «El alma se conoce por sus actos». Y es así como san José nos habla a los cristianos de hoy, con su ejemplo.
La invitación es a confiar más en el amor providente de Dios ¡y confiarle hasta las llaves del coche! A no confundirnos ante tanta doctrina que, aunque parece bella y buena, carece del trato de amistad y cariño entre el Creador y su criatura.
Oración a la divina providencia
«¿Qué me sucederá hoy, Dios mío? Lo ignoro. Lo único que sé es que nada me sucederá que no lo hayáis previsto, regulado y ordenado desde la eternidad.
¡Me basta esto, Dios mío, me basta esto! Adoro vuestros eternos e imperecederos designios, me someto a ellos con toda mi alma por amor vuestro.
Lo quiero todo, lo acepto todo, quiero haceros de todo un sacrificio. Uno este sacrificio al de Jesús, mi Salvador y os pido en su nombre y por sus méritos infinitos, la paciencia en mis penas y una perfecta resignación en todo lo que os plazca que me suceda. Amén».
¡Abandónate en Dios, en san José y en la idea de que a Él le importa todo lo que te pase, por insignificante que parezca!
Si deseas conocer más de cerca a san José, te recomiendo el curso online «La vida cristiana desde el corazón de San José». ¡Es hermoso!
Déjame saber en los comentarios, una diosidencia que te haya ocurrido últimamente. ¿Cómo te ayudó Dios con algún favor sencillo que le pediste?, ¿dejaste actuar a la divina providencia?
¡Un Abrazo en Cristo!
Artículo elaborado por Paulina Maria de la Cruz.
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