

Un curso de retiro espiritual es algo que Jesús recomendaba a sus apóstoles. Si me dices «no recuerdo en qué Evangelio lo decía», te lo recordaré.
Míralo cuando se alejaba a un espacio apartado para rezar y cómo tomaba a algunos de sus apóstoles para acompañarlo. Antes de tomar una gran decisión, antes de una gran prueba, antes de una misión… con su ejemplo, nos lo recomendaba.
Pero ¿qué es y qué no es un retiro espiritual? Te contaré qué «no es», solo para poder explicarte lo que «sí es».
1. No es un lugar para sacar muchos propósitos



Si sales del retiro con una lista de propósitos más larga que el recibo de las compras del supermercado, algo ha fallado.
Un curso de retiro, más que una larguísima lista de lo que quieres hacer o dejar de hacer, tiene que ser una oportunidad de sacar (pocos) puntos de mejora. Uno, tres… no más. Aunque esto puede ser flexible y tu director espiritual te responderá mejor que yo.
Pero sí es cierto que si tienes muchos puntos de lucha, tal vez te disperses o tal vez olvides la mitad. Pon pocos puntos, y trabájalos con constancia. Verás que te resultará más provechoso.
2. Un retiro espiritual no definirá tu santidad



A todos nos ha pasado terminar un retiro con una aureola flotando encima de nuestras cabezas e imaginando que comenzamos una vida nueva, solo para llegar a la casa y gritar con impaciencia a un hermano.
No, un retiro espiritualidad no definirá tu santidad ni cambiará quién eres – tus defectos, gustos, debilidades, etc. – pero te ayudará a luchar mejor contra lo que a veces te tira para abajo.
Habrá espacios para ver cómo avanzas en la santidad. Tal vez no veas grandes cosas, pero sí pequeños cambios que te ayudarán a definir tus nuevos puntos de lucha.
3. No es una maratón espiritual



Imagina que llegas a un retiro, te pones de rodillas frente al Santísimo – ¡buenísimo! – y te quedas toda la noche en vela adorándolo. ¡Es genial! Pero dudo que al día siguiente estés lo suficientemente despejado para seguir rezando. Lo más probable es que te quedes dormido en la meditación o cabecees durante las charlas sin captar ni un ápice lo que el charlista está contando.
O imagina que te lees libro tras libro de espiritualidad, como compitiendo contigo mismo por «cuantos libros puedes leer». ¿Y el silencio para dialogar con Él?
¿Ves? Leer libros de espiritualidad es bueno, adorar al Santísimo es bueno, rezar rosarios es bueno… pero vamos con calma. No conviertas estas buenas normas de piedad en un delirio místico que no te deje rezar con más calma.
Un retiro espiritual sí es eso: un tiempo para rezar con más calma. Harás adoración al Santísimo, leerás libros, leerás las Sagradas Escrituras, rezarás a la Virgen… pero esos no son los fines. Son medios para escuchar mejor a Dios, para hacer silencio interior.
Decía san Josemaría:
«¿Qué haremos tú y yo en estos días de retiro?, se preguntaba san Josemaría en una ocasión; y respondía: tratar mucho al Señor, buscarle, como Pedro, para mantener una conversación íntima con Él. Fíjate bien que digo conversación: diálogo de dos, cara a cara, sin esconderse en el anonimato. Necesitamos de esa oración personal, de esa intimidad, de ese trato directo con Dios Nuestro Señor».
4. Un retiro espiritual no es una oportunidad para ponerte al día con tus amigos



Da mucho gusto encontrarte con personas a las que no has visto desde hace muchísimo tiempo. De ahí que puede convertirse en una tentación de pasar el rato con ellas poniéndote al día. Pero no olvides que es el momento más reservado que puedes tener en el año para reconectar con el Amigo que te ha invitado a pasar unos días con Él.
Desconéctate, conecta con Él. Ponte al día con Él. Ya habrá tiempo después del retiro de charlar con otras personas. De nuevo, ¡aprovecha el tiempo con Jesús!
Decía la Madre Teresa «el silencio nos proporciona una visión nueva de todas las cosas». Con lo difícil que es lograrlo, no pierdas la oportunidad de guardar un tiempito de silencio reservado solo a Él.
5. No es un espacio para informarte



Si eres una persona que acude con frecuencia a medios de formación o llevas una vida interior muy profunda, este punto es para ti. Te hablaré de una gran tentación a la que pueden enfrentarse especialmente quienes ya tienen ciertos conocimientos doctrinales, filosóficos, teológicos, etc.
«Esto ya lo sé». Eso, esa es la gran tentación. Escuchar con escepticismo – o ni siquiera escuchar – una charla o una meditación, porque ya entiendes lo que te están diciendo o ya lo has leído antes.
Piensa que un retiro no es un lugar para informarte. En efecto, tal vez ya sepas lo que estás oyendo. Pero piensa en los santos, piensa en los Papas que hasta entrada edad, hasta el fin de sus vidas, hacían retiros espirituales. ¿Crees que lo hacían porque querían aprender alguna verdad doctrinal nueva?
Las charlas que escucharás no te servirán tanto para informarte como para informarte. Te ayudarán a pensar – en lugar de «esto ya lo conozco» – «¿y esto cómo lo vivo?».
6. No es «el» lugar para recibir los sacramentos (tranquilo, ya aclaro)



Déjame explicarte. Claro que recibirás los sacramentos, la Eucaristía, la confesión. Claro que tendrás oportunidad de recibir dirección espiritual. Todo eso no lo discuto, es muy bueno. Es buenísimo. Y es lo que ocurrirá.
Me refiero a que puede ser que acudamos al retiro espiritual con ánimos de confesarnos, comulgar… y no continuar con ello durante las semanas restantes del año. Como si esos 3, 5, 7 días que dure el retiro espiritual fuera el momento de hacerlo. Y ahí quedan, aislados, esos espacios tan íntimos con el Señor.
Ya que un retiro espiritual es un momento propicio para elaborar esas nuevas metas para tu vida interior, ve pensando cada cuánto te parece adecuado acudir a confesarte. Piensa si acudes a misa todos los domingos y, si lo haces, si tienes la oportunidad de ir algunas veces más, entre semanas.
Los sacramentos son un gran regalo. Enorme. Cuanto más lo entendamos y aprovechemos, mejor para nosotros y para nuestra relación con Dios.
7. Un retiro espiritual no es «algo que tienes que hacer una vez al año»



Ayuda mucho hacer un retiro una vez al año. ¡Te lo recomiendo un montón! Muchos santos también lo recomiendan, así como autores de espiritualidad. Pero no es una obligación; si lo eliges, ¡hazlo libremente!
No lo veas como «algo que hay que hacer una vez al año». En general, todo lo que compone un plan de vida espiritual es, más que una imposición, una invitación que el Señor envía en un sobre perfumado y sellado con amor. Algo así, que espera nuestra contestación.
Se recomienda hacerlo una vez al año porque te permitirá ver qué te propusiste el año pasado. Te ayudará a sacar nuevos propósitos. Verás qué ha cambiado en tu vida. Tendrás la oportunidad de replantearlos según tus nuevas experiencias y tu realidad presente. Descubrirás nuevos horizontes que Dios desea proponerte, nuevos planes para hacer juntos.
Además, piénsalo: si es demasiado fácil olvidar nuestras inspiraciones y metas de un mes a otro… doce meses son muchos. Conviene darles una mirada al menos una vez al año, para que no queden en el olvido.
Por eso, nuevamente, no, no es algo que «debes hacer», como un peso que haces por compromiso, para no quedar mal con tu comunidad, movimiento, con el mismo Dios. Es, verás, un privilegio. Y, cuando captes la riqueza de ello… no querrás perdértelo el próximo año.
Una observación extra para acabar
Te he contado muchas cosas que puede ser y no es un retiro espiritual. Te ayudarán a entender mejor a qué te acercas cuando decides hacer uno. O bien, te ayudarán a decidir hacer uno.
Pero hay un último «un retiro espiritual sí es…» un sacrificio. Es decir, implica un pequeño esfuerzo dejar las tantas cosas que debemos hacer (o las que nos gustaría hacer).
En mi caso, me ha tocado una vez renunciar al concierto de un grupo que venía a mi país y moría por verlo. Te lo cuento solo porque seguro te puede pasar algo parecido.
Sin embargo… ¡vale la pena! Dios te compensará todo aquello que pusiste en un paréntesis para tomarte una pausa a su lado.
Finalizo con una frase del Papa Francisco:
«En medio de todas nuestras actividades, a menudo descuidamos lo esencial: la vida espiritual, nuestra relación con Dios. ¡Detengámonos a rezar!»
Completamente de acuerdo, agradecida por esos valiosos momentos
Siempre tenemos que ser renovados en nuestra vida espiritual y actualizar conocimientos para nuestra evangelización a otros…..deseo participar
Buenas tardes, me gustaría asistir, pero en estos momentos estoy haciendo rehabilitación por la cervical, si termino antes voy
Buenísimo los puntos…así se sale de dudas para tomar un retiro. Y tiene que ser un Maravilloso momento con nuestro Creador. Gracias
Ya lo he intentado muchas veces pero no he podido hacer ni un sólo Retiro espiritual
Espero en Dios y con la confianza en usted creo que ahora sí podré vivir este retiro de Cuaresma
excelentes consejos 🙏🏻
Yo recuerdo perfectamente que cuando se anunciaba retiro en mi comunidad salían todos de debajo de las piedras para ir a servir * que tristeza me provocaban * porque de allí para atrás nadie iba ni siquiera a la Santa misa aaaaaa pero eso sí en cuanto escuchaban * retiro * salían como abejitas al pañal. Cuán decepcionante era para mí. En fin.
Gracias por estos excelentes 👌 consejos, bendiciones 🙏
Fue genial leerte gracias.
Dios que te utilizó en este artículo. Bendiciones
Simple, sencillo pero muy puntual y con lenguaje asequible
Muy buenos puntos para tomarlos e iniciar la Cuaresma.
No esperemos ver resultados desde el inicio, todo es un proceso.
Muchas gracias por compartir.
Bendiciones abundantes.
Recuerdo mi primer retiro, luego de aquella invitación al llegar a casa comencé a llenar un morral (mi cabeza) con tantos cuestionamientos, metas, proyectos de vida, visiones, etc. Un sin sin de cosas que introduje en aquel morral, aún así existía algo que era tan grande que no entraba en mi bolso, era una ausencia tan grande que no comprendía y llevaba conmigo, Él, nuestro señor, nuestro padre fue mi ausencia dentro de mi vida durante muchos años de mi vida, hay de aquel morral, dónde habrá quedado? Fue una experiencia de vida que cambio mi vida, fue el reencuentro que me llevo a la luz y dejar de estar ausente yo, aprendí, recordé tantas cosas que había pasado por alto en mi vida, un retiro es una decisión, es un si que todos los católicos tenemos que vivir en nuestra vida.