¿Regalos virtuales? No es broma, ya es hora de alistarme para el cumpleaños de mi tía Violeta. Faltan dos minutos para conectarme al enlace donde le cantaremos happy birthday. Son las siete de la noche, acepto ponerme una buena camisa, pero el short de pijama no me lo toquen.

Me lavo la cara, abro mi cámara y escucho «Hola Fernandito». Me emociona ver tan seguido a mi familia, antes solo era un saludito de WhatsApp. Hoy son 40 minutos viéndonos las caras hasta que se corte la sesión.

El momento más emocionante es cuando entra mi abuela de 94 años. Todos la saludan como quien ve a su estrella de cine favorita. Ella sonríe con alegría porque su vida entera está reunida en una pantalla.

Hablamos sobre lo que cocinamos en cuarentena, que el clima está cambiando y no faltan las muecas divertidas a «Nachito», mi sobrino de tres años que no deja de saltar y saltar.

Cuando ya pasó un tiempo prudente, alguien dice «es hora de cantar», y rápidamente aparece una torta recién horneada en la mesa del cumpleañero, se prenden las velas y todos empiezan a la una, a las dos y a las tres.

Todo es desfasado, es un caos melódico, se escucha horrible, pero son los cantos más bellos de cumpleaños que escuché porque son cantados con la esperanza de volvernos a ver.

En medio de esta experiencia de amor que tenemos con nuestros familiares y amigos, les quiero proponer cuatro regalos que pueden hacerle al cumpleañero. Atrévanse y disfruten las consecuencias.

Regalo #1: Lluvia de admiración

Después de cantar, la idea es que cada uno diga lo que más admira del cumpleañero. Por ejemplo: yo le diría a mi tía Violeta que admiro muchísimo su capacidad de luchar por sus hijos, porque en medio de las circunstancias, siempre encontró fuerza para amarlos y empujarlos hacia adelante.

La idea es que todos digan algo, y ella reciba esta lluvia de admiración. No es decir mentiras, sino convertirnos en un espejo transparente para que el cumpleañero no solo celebre un año más de vida sino todo lo que vale como ser humano.

Regalo #2: Momento de gratitud

Aquí toca pensar en algo por lo que te sientas agradecido con el cumpleañero. Piensa en la historia que has vivido con él y recuerda todos aquellos gestos, acciones o actitudes donde te ayudó a ser más feliz.

Yo le agradezco a mi tía Violeta por siempre recibirme con una enorme sonrisa cada vez que me habría la puerta de su casa. Eso nunca lo olvidaré, siempre me decía: «Hola Fernandito, pasa» junto con una sonrisa gigante llena de mucho cariño. Infinitas gracias por eso tía.

La idea es que todos digan algo que agradecen, para que esa noche el cumpleañero y toda la familia se vayan con un poquito más de vida en abundancia.

Regalo #3: Anécdotas de oro

Es momento de pensar en la historias que viviste con esa persona. No sabes el tesoro que puede significar para el cumpleañero recordar una escena de la vida que parecía olvidada.

A mi tía Violeta le haría recordar todas las veces que cuando visitaba a mi abuelita, ella se paraba y me traía un poco de helado y chicha morada. Ese gesto de cariño, lo recuerdo en el alma. Gracias por esas escenas tía.

La idea es llenar Zoom, FaceTime, Skype o cualquier plataforma que uses para hacer videollamadas de anécdotas vividas con el cumpleañero. Viajar al pasado por el camino del amor, es un enorme regalo de cumpleaños.

Regalo #4: Hinchada familiar

Este momento es mágico. Se le pide al cumpleañero que se ponga frente a la cámara y nos diga cuáles son sus deseos para este año. Después de escucharlo, se le pide que cierre los ojos y ponga las manos en su corazón hasta que la actividad termine.

En eso, todos prenden sus micrófonos y a la voz de tres se volverán en barristas de estadio aplaudiendo al cumpleañero, dándole ánimos, gritándole frases de aliento, volviéndose la tribuna que alienta cada sueño que desea cumplir en lo que le queda de vida.

Con 30 segundos, basta y sobra. Sería lindo que todos estos regalos terminen con una bonita oración, para sellar con broche de oro esta experiencia de amor que Dios les acaba de regalar.

Feliz cumpleaños a quienes hoy celebran su día. ¡Feliz vida mis hermanos! Y ánimo a los que acompañan en la distancia, sáquenle el mejor provecho a todos estos regalos.

«La verdadera alegría viene de la armonía profunda entre las personas, que todos experimentan en su corazón y que nos hace sentir la belleza de estar juntos, de sostenerse mutuamente en el camino de la vida» (Papa Francisco, misa de clausura del Encuentro de Familias, en Roma).