Quién es el Espírirtu Santo

Si el Espíritu Santo solo viene a tu mente para la fiesta de Pentecostés o al momento de profesar el Credo, es tiempo de tomar cartas en el asunto y acercarte a la Tercera Persona de la Santísima Trinidad. Porque si bien, esto es más común de lo que crees, estás perdiéndote de la oportunidad de conocer y vivir a plenitud su acción santificadora. Y, créeme, ¡es maravillosa!

El gran desconocido

A lo largo de la historia, varios teólogos han coincidido en afirmar que a diferencia del Padre y del Hijo, el Espíritu Santo es el gran desconocido. Justamente, el dominico español Antonio Royo Marín escribió un libro bajo este título para invitarnos a conocerlo en profundidad.

Fray Antonio expone algunas razones por las que el Espíritu no nos es tan cercano: primero, sus manifestaciones no son perceptibles por nuestros sentidos; segundo, hay un escaso desarrollo doctrinal y teológico, y tercero, son muy pocas las fiestas y las devociones que nos acercan a él.

Pero no te preocupes, porque una de las maneras de acceder al Espíritu Santo es justamente por su misión y por lo que hace en nosotros.

¿Quién es y qué tarea tiene el Espíritu Santo?

Recordemos que la Tercera persona es nada más y nada menos que Amor: es la plenitud con la que se aman el Padre y el Hijo y que se nos ha dado inmerecidamente como Don. Su misión es la de proporcionarnos la santificación, la vida de la gracia y la permanencia de la Trinidad en el alma del justo, hacer morada, como lo expresó Jesús en el Evangelio de Juan (Jn 14,23).

El Espíritu, entonces, reside de manera activa en nuestra alma, perfeccionándola, promoviendo una integración cada vez mayor con Cristo para hacernos semejantes a Él. Siempre y cuando nosotros no nos opongamos a ello.

Si aún sientes algo abstracto el tema, te invito a revisar las siguientes claves para descubrir qué tan presente está el Espíritu Santo en tu vida. Es realmente maravilloso percibir que está con nosotros y que nos ayuda a potenciar nuestras virtudes.

Nuestra inteligencia se expande a otro nivel

Quién es el Espírirtu Santo

Recordemos que en el Evangelio de Juan (Jn 14, 26), Jesús nos habla sobre el envío del Paráclito que guiará a los discípulos hacia la verdad completa. Así, el Espíritu nos brinda mayor conocimiento y entendimiento.

Desarrolla una intuición divina, que nos permite juzgar correctamente aquello que nos puede alejar de Dios.

Somos más conscientes de nuestro pecado

Al actuar desde dentro, el Espíritu nos da la gracia de escudriñar en lo más profundo de nuestro ser para reducir nuestro nivel de tolerancia al pecado.

Si eres por ejemplo de los que les cuesta abstenerse de decir mentiras, con su auxilio vas a dejar de hacerlo, pues gradualmente aceptarás menos este pecado, te sentirás tan incómodo cuando alguna se te escape, por mínima o inofensiva que parezca.

Nos conduce a una vida en gracia

En muchas ocasiones San Pablo habló de la vida en el Espíritu, que no se trata de abstraernos del mundo, sino dejar al Espíritu moldear nuestra existencia; de tal manera que para nosotros sea natural actuar según lo espera Dios, porque le respondemos por amor y no por una obligación que se impone externamente.

Somos valientes en el anuncio de Cristo

Quién es el Espírirtu Santo

Precisamente en nuestra confirmación se nos da la plenitud del Espíritu para ser soldados de Cristo. Dice Antonio Royo que este sacramento viene a ser el pentecostés personal de cada bautizado. Este que nos saca de la inactividad o del temor de proclamar y defender nuestra fe públicamente.

Amamos con mayor plenitud

Como ya lo mencionamos el Espíritu es amor, y una manera de descubrir su presencia es amar a Dios por encima de todo y en consecuencia, obrar por caridad con los demás. En especial, con aquellos que más nos cuesta o nos hacen mal.

Nos sentimos parte de la Iglesia

El Espíritu hace de cada uno de los miembros de la Iglesia un solo cuerpo; de la diversidad nos lleva a la unidad. Nos mantiene juntos y enérgicos para trabajar por el Reino de Dios. 

Gozamos de la Trinidad

Es la mayor gracia que nos otorga el Espíritu Santo, pues permite la unión con Dios. La única capaz de otorgarnos la verdadera felicidad. Para ello debemos ser dóciles y crecer en la virtud, con la ayuda, por supusupuesto,esto de los sacramentos.

Como puedes darte cuenta, son muchas las formas en las que el Espíritu Santo se manifiesta. La cuestión está en dejarnos moldear, en que nuestra vida sea terreno fértil para su acción santificadora. ¿Qué tal si empiezas hoy con una sencilla invitación? Dile: Espíritu Santo, ilumíname y santifícame.

Si quieres conocer aún más al Espíritu Santo y descubrir cómo Él forma parte de tu día a día, te invito a conocer nuestro nuevo curso: «Conocer al Espíritu Santo para recibir sus dones y encontrar el camino a mi realización personal».