¡Qué maravilloso es el vínculo entre madre e hija! Y para hablar de este tema te comparto un video extraordinario. Quisiera empezar diciendo que no dejo de sorprenderme con la creatividad de los publicistas. Realmente pueden producir piezas geniales que no sirven solamente para hacer una publicidad de lo que venden, sino para dejarnos un mensaje que nos haga pensar más allá. En cosas profundas que no tienen nada que ver con algo tan…¿superficial?, como es comprarse un auto (y de lujo).

El video que nos trae Mercedez Benz, titulado «In the long run», es un excelente recurso para trabajar y conversar sobre la relación madre e hija. Existe mucho material al respecto. El vínculo tan estrecho, el compartir tanto, el ser una imagen de la otra. Lo importante que es tener un vínculo sano para el correcto desarrollo y seguridad de la imagen de la hija. En fin.

La relación entre madre e hija es muy especial

Algún estudio dice que es uno de los vínculos más fuertes que existe. Casi siempre se habla de cómo es que el comportamiento, relación y sobre todo el ejemplo de la madre marcan la vida de la hija. Pero muy pocas veces, como en este comercial, he visto el lado contrario.

Hace un año un estudio realizado por el departamento de psiquiatría de la Universidad de Stanford para determinar la transmisión intergeneracional por el lado de la madre de enfermedades psiquiátricas tales como la depresión, demostró que la asociación entre madres e hijas es muy fuerte.

Este dato que la ciencia nos proporciona con tal exactitud ya ha sido intuido y experimentado por generaciones. Además de estar siendo constantemente estudiado en distintos rubros de la ciencia (antropología, sociología, psicología).

Las madres también superan pruebas difíciles

Las madres, aunque pareciera que lo podemos todo, también pasamos por luchas y pruebas como todo el mundo. Culturalmente, me atrevo a decir que muchas veces estas luchas y pruebas son atravesadas en silencio, casi en soledad y esto suele ser muy duro.

Dentro de la familia, si hemos formado un vínculo sano con nuestras hijas, son ellas quienes podrán entendernos de una manera muy particular, con una empatía casi sin esfuerzo. No se trata de que las madres tengamos que apoyarnos en nuestras hijas siempre, o más que en cualquier otro miembro de la familia, no. Se trata de reconocer la importancia del vínculo y esforzarnos por cultivarlo.

Es un regalo hermoso tener una hija (o varias), y así como es la labor de los padres formarlas, entendamos que lo que conlleva responsabilidad también trae recompensa. Una recompensa en forma de amor que entiende, y que en algún momento de la vida también sostiene. Aunque las que tengamos que sostener seamos nosotras, las madres.