

Demi Lovato ha compartido con el mundo muchas de sus experiencias más dolorosas. Algunas de manera voluntaria, otras a través del lente que la persigue debido a su fama. Por mucho tiempo ha tenido que luchar con problemas de depresión y adicción a las drogas. Y aunque por momentos parece estar recuperada, la joven cantante suele tener fuertes recaídas.
Recientemente Demi Lovato lanzó una canción llamada «Anyone». La primera vez que la escuché con atención y me fijé en la letra, sentí mucha tristeza, algo de nostalgia y compasión. Porque así como Demi, sé que todos alguna vez hemos sentido que Dios no nos escucha o que es indiferente a nuestras súplicas.
Ojalá estás palabras llegaran a ti Demi, para agradecerte por esta canción. Porque se necesita de mucha valentía para mostrarse frágil ante el mundo. Para decir tal vez con miedo pero con mucha seguridad, que no te sientes nada bien.
Sed de Dios
«Anyone» es una canción con la que muchos pueden sentirse identificados, es una sentida dedicatoria a Dios. Sobre todo en estos días en los que pareciera, estamos obligados a ser felices y exitosos. Donde mostrarse frágil es de perdedores y compartir el dolor es muestra de debilidad.
Su canción me ha parecido un grito desesperado a Dios y a los que la rodean. Son las palabras de un alma que clama amor y comprensión. Una canción cargada de rabia, desilusión, dolor, frustración ¿quién no se ha sentido igual en algún momento de la vida?
Este es el llamado de un alma que necesita ayuda. La letra me hizo pensar de inmediato en lo sedienta que está la humanidad. Sedienta de amor (que causalmente es Dios), de ser escuchados, de afecto, de perdón, de cariño, de caridad. Todos estamos sedientos de Dios.
Ocurre algo extraño. De repente nos damos cuenta que no somos felices a pesar de tenerlo aparentemente todo, hay algo que no deja que la sonrisa nos ilumine los ojos cuando algo bueno nos pasa. Parece que hemos llegado a la meta, gozamos de un buen puesto en el trabajo, viajamos a ese lugar con el que tanto soñamos.
Tenemos facilidades que hace unos años parecían impensables. Salimos de fiesta, tenemos a un buen grupo de amigos, pero aún así, podemos sentirnos completamente solos estando rodeados de muchos. ¿Qué me falta? puden pensar muchos, ¿qué más necesito para sentirme pleno? Demi es una buena muestra de que la fama y el dinero no lo compran todo en la vida.
«¿Por qué rezo si nadie me escucha?»
Esta frase que menciona Demi Lovato en «Anyone» tiene mucho peso. A veces sentimos que la oración no basta, parece que Dios se hiciera el de los oídos sordos. ¿Dónde estás?, ¿no ves que sufro, que me hundo en el dolor y la desesperación?, ¿por qué si eres tan bueno no respondes a mi llamado?, ¿por qué no te siento ni me das una señal?
Este enojo con Dios no significa que no creamos en Él. Sentirnos enojados con Dios es normal, sentir que nadie nos escucha también lo es. Demi dice sentirse estúpida cuando reza, ¿no es así como nosotros también nos hemos sentido cuando a pesar de nuestras oraciones las cosas no salen como queríamos?
Nos preguntamos a nosotros mismos ¿para qué rezo?, ¿por qué le sigo hablando si al final solo hay silencio? Parece que atravesamos un desierto espiritual. Pero me gustaría decirte Demi, que yo también he sentido que nadie me escucha, que Dios se olvidó de mi, he sentido rabia y he llorado largas noches con el corazón hecho añicos.
¿Dónde estás Dios?
Parece ser esta la pregunta que se esconde en la canción. Me siento cansada, ¿dónde estás cuando te necesito? Querida Demi, también estoy aquí para decirte que en medio del silencio y la desolación crece este inmenso deseo de encontrar paz, y la puedes encontrar.
También estoy aquí para decirte que Dios no ignoró tus lágrimas ni tus gritos, no ignoró tu dolor ni tu sufrimiento. Te permitió pasar por él para que luego valoraras con mucha más fuerza, el momento en que te levante. Porque justo cuando sientes no poder más, llega Él y de la manera menos pensada te dice: aquí estoy.
Y María no se queda atrás cuando le dice a san Juan Diego: ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy tu salud? ¿No estás por ventura en mi regazo?
Esta canción es sin duda una dedicatoria a Dios, «Señor, mándame a alguien». Una oportunidad para que nosotros mismos nos preguntemos: ¿pido ayuda si me siento mal?, ¿escucho y soy escuchado?, ¿me siento desesperado?
¿Me ofrezco a ayudarle al que sufre?, ¿sé cuáles son las señales de suicidio?, ¿sé cómo ayudar a un amigo con depresión?, ¿oro cuando me encuentro sumergido en el dolor?, ¿cómo me ha sacado Dios de los momentos difíciles?
0 comentarios