

Creo que todos hemos tenido la oportunidad de experimentar ese ardor en el corazón cuando nos dejamos impactar por la belleza de lo que nos rodea. Alguna vez nos hemos quedado sin aire o sin palabras al ver un amanecer o una puesta de sol.
Tal vez se nos ha salido una lágrima al ver el horizonte y pensar «¡qué bueno es Dios que ha creado todo esto para mí!». Bueno, esta última puede ser un poco más profunda, pero creo que es la mejor manera de vivir.
Hace unos días, al preguntarle a una amiga como estaba, me respondió «agradecida y feliz».
Estas palabras me llevaron a darme cuenta de que esta es la mejor forma de vivir: agradecida por todo lo que nos rodea, por la inmensidad y la gratuidad de lo que Dios nos da cada día. Feliz porque, aun sin merecerlo, Dios nos sigue regalando el don de la vida y de la capacidad de asombrarnos de su amor.
¡Qué bueno que es poder asombrarnos!
¿La belleza tiene un poder?
Cuando el fraile dominico Gregory Pine, miembro del Thomistic Institute y entrevistador de este video pregunta por el poder o el enfoque que se ha dado a la belleza en los últimos tiempos, hace referencia a la capacidad que tenemos de quedarnos boquiabiertos frente a la magnificencia de lo que es verdaderamente bello.
Dr. George Corbett, quien es entrevistado en esta serie «off campus conversation», nos lleva a pensar en la belleza entendida desde el orden y esto es algo en lo que podemos reflexionar.
Una íntima relación con el orden
Unir orden con belleza puede ser difícil para las personas como yo, que somos un poco desorganizadas. Tengo que aceptarlo, muchas veces he dicho «tengo mi propio orden».
Pero, si somos sinceros y vamos a la profundidad de lo que es bello, lo entendemos como lo que nos inspira, lo que nos mueve.
O, como la definen en el vídeo, aquello que nos atrae, que nos saca de nosotros mismos. Que nos invade de un deseo de unirnos con la belleza. Es verdad que el orden nos invita a permanecer, a la paz y el sosiego.
Si Dios ha creado todo de una manera ordenada y todo lo que ha hecho es bueno, ¿qué es lo que desordena el orden de Dios?
Piénsalo por un momento. Es el pecado humano el que desordena el plan perfecto de Dios y por el pecado tu vida y la mía están desordenadas.
La Encarnación de Dios, la expresión máxima del deseo de Belleza
Dios que lo ha creado todo bueno y bello desea que toso vuelva a su orden inicial. Por eso envía a su Único Hijo a tomar carne humana para redimir todo lo que se ha desordenado por el pecado.
En el vídeo, el Dr. Corbett nos recuerda lo que afirma santo Tomás: la Encarnación de Dios no era necesaria, pero conveniente.
Ella es la expresión máxima de la bondad de Dios, de su amor por nosotros y de su deseo de que todas las cosas puedan nuevamente reflejar a Dios, que es la Belleza con la que estamos llamados a vivir en comunión para que todo vuelva a ser uno con Él.
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