

Este mes el Papa Francisco nos pide orar como iglesia por una mayor presencia laical, especialmente de las mujeres, en las posiciones de responsabilidad eclesial.
Resulta un llamado de atención fuerte. El Papa le pide a Dios que permita a todos los bautizados responder generosamente y con seriedad a una vida más participativa dentro de la Iglesia, sin caer en clericalismos.
Iglesia somos todos los bautizados: sacerdotes, consagrados, religiosos y el gran número de laicos. Y todos, absolutamente todos, estamos llamados a servir dentro de ella. En este sentido, el Papa Francisco hace énfasis en la presencia de la mujer dentro de posiciones de responsabilidad en la iglesia ya que, como él dice, la mujer “suele ser dejada de lado”, ya sea por un tema cultural o de simple costumbre histórica.
Lo cierto es que la presencia femenina es necesaria. Y lo veo no solo como un derecho sino como una necesidad, la mirada femenina (y masculina) es siempre necesaria en todos los ámbitos de la humanidad.
¿Qué nos provoca una petición tal del Papa? Como mujeres podríamos sentirnos reivindicadas y empezar a exigir el lugar que históricamente se “nos debe”. Esa podría ser una posición. Otra posición, de mayor servicio y amor, es la de promover y crear dentro de nuestras comunidades y parroquias iniciativas con mayor participación laical, especialmente femenina aunque no exclusiva, y acercarnos a nuestros sacerdotes, a nuestro religiosos y ofrecer ayuda. Poner al servicio de la Iglesia nuestras capacidades y dones.
La presencia de mujeres y complementariedad
Este llamado que hace el Papa es algo importante. El trabajo de la mujer al lado del hombre es algo que siempre dará fruto. Ambos necesitan estar presentes. La historia nos habla de un llamado a la unidad, a trabajar codo a codo por esa humanidad que compartimos.
La complementariedad que existe entre ambos, hombre y mujer, creados a imagen y semejanza de Dios, se vislumbra no solo en el ámbito de la familia sino en cualquier lugar donde ambos se pongan al servicio el uno del otro, y juntos al servicio de los demás. Es una riqueza de la que no podemos privarnos.
Una intención como esta nos ha de mover para, unidos al Papa Francisco, pedirle al Espíritu Santo que nos ilumine, nos permita escuchar la voz de Dios y nos ayude a poner nuestros dones y creatividad al servicio de nuestra amada iglesia.
¿Realizas alguna labor o tienes algún cargo de responsabilidad dentro de tu comunidad o tu diócesis? Comparte con nosotros 😊
0 comentarios