
¿Hasta dónde podrá llegar la tecnología? Sin ajusticiar a las nuevas tecnologías, sin las cuales no existiríamos (me refiero a nuestro proyecto), «Strange Beasts» (Bestias extrañas), es un corto dirigido por Magali Barbé que toca un tema muy interesante: cuán lejos podemos llegar en el mundo virtual.
Luego de que veas el video completo te invitamos a conocer la opinión que algunos de nuestros autores exponen sobre este tema. ¡Anímate a contarnos al final cuál ha sido tu impresión luego de conocer de qué se trata «Strange Beasts»!
*Para activar los subtítulos en español solo debes ir a la parte inferior derecha donde dice “CC”.
Andrés D’Angelo

Cuando vi por primera vez a una persona hablando por la calle con auriculares a través de un celular, pensé que la persona estaba hablando sola, y que era un loco. Cuando salió la aplicación «Pokemon Go», y veía a los chicos por la calle mirando la «realidad» solo a través de su celular, pensé que la locura se había hecho contagiosa y masiva.
Quisiera que me entiendan: me dedico al desarrollo de Software para celulares, y entiendo perfectamente la enorme cantidad de ventajas que la tecnología móvil tiene, pero también veo que fácilmente se puede convertir en una herramienta para la dominación masiva de la gente: los celulares se vuelven imprescindibles, y no podemos circular sin uno.
A mi parecer, este corto nos muestra una posible forma en la que la tecnología se vuelve un modo de esclavizarnos. Mediante una tecnología similar a la usada para «Pokemon Go», vemos a pequeños monstruos que interactúan con nosotros y se transmiten a nuestras retinas y a nuestros oídos.
Parecen hermosos y muy divertidos, hasta que vemos que la «realidad aumentada» propuesta para una supuesta publicidad, no se reduce a los monstruos que el hombre alucina y ve. No sé si esta tecnología llegue a desarrollarse alguna vez, pero sí nos tenemos que fijar en que no podemos dejar que la tecnología piense y decida por nosotros, porque de ese modo nos convertimos en personas a las que se puede manipular y engañar.
Pablo Perazzo

Solemos decir a menudo que la tecnología, por si misma, no tiene consecuencias negativas ni positivas para el hombre. Todo depende de la manera en que se utiliza. Cuando se creó la energía nuclear no fue con una intención militar, sino para proporcionar una energía «limpia», que no hiciera daños a la naturaleza.
Sin embargo, sabemos todos el resultado que trajo a Hiroshima y Nagasaki. La verdad es que hablar de una «tecnología neutra» es algo que no existe. La palabra viene de «técnica» más «logos», es decir, a través de la idea, de nuestro pensamiento, crear herramientas.
En ese sentido, siempre está influenciada o relacionada directamente con la moral que tiene la persona que la fabrica. En otras palabras, no existe la tecnología desligada de lo moral, así como no existe la moral desligada de la verdad de quien la vive.
La verdad del ser se expresa a través de la bondad de la moral, que se manifiesta en la belleza de lo que podemos producir. Las posibilidades de esa nueva tecnología son inimaginables. Y no lo digo retóricamente. No es necesaria mucha creatividad para imaginarse las cosas maravillosas, así como extremamente peligrosas para el bien de la humanidad.
Para entenderlo con más facilidad, pensemos en las bondades y peligros de las redes sociales, y multipliquémoslos de manera exponencial, al mirar las posibilidades de la tecnología plasmada en el video. A fin de cuentas, volvemos siempre a lo mismo: ¿Qué tiene el ser humano en su corazón cuando crea y utiliza las capacidades que la tecnología puede brindar?
Silvana Ramos

Hace poco leía: «Al ejercer una influencia sobre la vida de las personas, los procesos mediáticos, que son factibles con estas tecnologías, llegan a transformar la misma realidad. Intervienen en modo incisivo en la experiencia de las personas y permiten una dilatación de las potencialidades humanas.
La percepción de nosotros mismos, de los otros y del mundo dependen del influjo que tales tecnologías ejercen. Estas y el espacio comunicativo por ellas generado han de ser considerados positivamente, sin prejuicios, como recursos, aunque con una mirada crítica y un uso inteligente y responsable» (2012 Sínodo de los obispos XIII Asamblea general extraordinaria – La Nueva Evangelización para la transmisión de la fe cristiana- Instrumentum Laboris).
Sin esa mirada crítica, uso inteligente y responsable, las cosas se nos pueden ir grandemente de las manos. ¿Hasta dónde podría llegar a distinguir lo que es real de lo ficticio?, ¿qué efectos provocaría en mi vida vivir en un mundo que solo existe cuando enciendo un dispositivo electrónico?
¿Cómo se ven afectadas mis relaciones interpersonales? Hay un límite, que necesitamos considerar. Soñar, imaginar, crear es algo hermoso. Su uso, sus límites no pueden dejarse de lado.
Nory Camargo

Ver este tipo de videos me aterra, y no tengo 60 o 70 años como para pensar que «no entiendo nada de tecnología». Tengo 27, soy madre y no me gustaría tener este tipo de «compañía» en mi hogar ni cerca de mis hijos. Lo más triste de todo es que no estamos muy lejos de vivir de este modo.
Reemplazando todo tipo de relación normal, «porque es más fácil y divertido así», «si me fastidia lo apago y ya está». Este sería un reflejo del inmenso vacío del hombre. «No quiero bebés, el mundo ya está suficientemente mal como para traer a una criatura al mundo y no quiero ser irresponsable».
Entonces mejor compro un perro o un gato, no habla, no me cambia el cuerpo, no sufro dolores de parto, no me hace sufrir. Pero si este tipo de tecnología llega a ser parte de nuestra cotidianidad ¿para qué tener un perro o un gato si puedo tener un bicho que no ensucia, no me daña los muebles, no tiene que comer ni salir a dar paseos?
¡Puedo tener una bestia virtual que me acompaña! Una idea muy triste a mi parecer. Puede que este tipo de tecnología le haga brillar los ojos de alegría a muchos, a mí no. La tecnología nos ha traído muchos beneficios, sin duda. Pero nunca reemplazará a una persona, a un animal o a un entorno natural.
Nunca me dará el cariño, la compañía, el amor y el afecto que me da un ser humano. Y tratar de llevar este tipo de tecnologías a los hogares me parecería un gravísimo error. Ya tenemos suficiente con el distanciamiento que vivimos cuando cada miembro de la familia se pierde en la pantalla de su celular.
Nos encantaría saber qué opinas tú sobre este tema. De llegar a ser real ¿estarías dispuesto a adquirir este tipo de tecnología?, ¿dejarías que tus hijos crearan su mascota virtual?, ¿te parece una buena idea para entretenernos mejor?
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