Hoy te quiero compartir un video de nuestros hermanos de «Catholic Stuff». Ellos de una manera divertida nos llaman la atención sobre una realidad que, tristemente, va en aumento.

Y es la de la creciente cantidad de personas que asisten a las parroquias, se preparan para recibir los sacramentos (especialmente la primera comunión y la confirmación) y que después de recibirlos, no regresan a las celebraciones dominicales.

¿Cuál es el monstruo en tu vida?

Todos hemos pasado por situaciones como las que describe el video. Donde diversos factores nos tientan a dejar de lado la vida espiritual y la Eucarística. Dándole más importancia a miles de hobbies, deportes, y tareas que a la celebración de la Eucaristía dominical o a los espacios de oración personal.

La pregunta ahora es si sabes cuál es ese «monstruo» en tu vida espiritual. ¿Sabes qué es eso que te roba tu vida de fe?, ¿qué factores o dimensiones de tu vida te están alejando de Dios?, ¿qué te impide asistir a misa cada domingo? Y para quienes son padres, también cabe preguntarse si eres tú quien está siendo el culpable de este tipo de situaciones en la vida de tus hijos.

¿Cómo ataca este «monstruo» a mi deseo de recibir la Eucaristía?

Es normal que la vida de todos esté llena de actividades o de responsabilidades que deben ser atendidas diariamente, eso no tiene nada de malo. El detalle está en que todas estas actividades no roben espacio a tu relación con Dios, al final esto termina siendo una cuestión de amor. ¿Cuáles son tus prioridades?

La tentación de quedarte en la cama y no ir a la Eucaristía o de salir a hacer deporte… siempre está y no te niego, cada vez será más insistente. Es allí donde el llamado monstruo actúa, y como decía san Agustín: «De las tentaciones hay que correr entre más lejos mejor».

¿Cómo vencer este tipo de tentaciones?

La respuesta más fácil es: con amor. Sí, porque si anteponemos el amor a Dios a todas las demás cosas, llámense obligaciones, hobbies, actividades, poco a poco iremos venciendo esa tentación y encontraremos tiempo para Él y para las demás cosas. Que te repito no tienen nada de malo, pero que no pueden o no deben afectar tu relación íntima con el Señor.

Recuerda que el primer escalón para subir al cielo es la participación de la Eucaristía, una vida de gracia, oración y piedad, es un camino seguro hacia la santidad. Si dejamos de comulgar nos alejamos del regalo más grande y nuestra relación con Jesús se va marchitando con un sin fin de excusas.

Si el motivo por el que has dejado de frecuentar la Eucaristía es porque no terminas de identificarte con la figura de Jesús, te invito a hacer el curso online «Conocer a Jesús para vivir en Jesús». ¡Estoy seguro de que no te vas a arrepentir de participar en él!