Muchos de nosotros nos sentiremos identificados con los personajes acá descritos. ¡Es tan común en nuestra vida pensar que todo depende de nosotros! Nos hace falta esa paciencia y confianza que nos lleve a darle a cada acontecimiento de nuestra vida su debido peso y permitir que Dios vaya obrando, como sembrador, poco a poco, en la tierra de nuestra vida para que esta pueda dar mucho fruto.

El video que les presentamos a continuación es muy sencillo, pero contiene una reflexión muy profunda y provechosa para nuestra vida. Les pedimos a nuestros blogueros asociados que lo comentaran y este fue el resultado. ¡Esperamos sea de mucha utilidad para su vida y apostolado!

Luis Javier Moxo

Autor del blog: Echad vuestras redes

Luis Javier
Conoce el blog de Luis Javier

Quizá por carácter o personalidad, damos más o menos vueltas a nuestras preocupaciones y problemas pendientes. Lo cierto es que si ponemos un poco más de distancia, y tiempo, considerando y meditando más con el corazón todos los factores de la realidad, los resultados pueden ser bien diferentes. Detengámonos un poco antes de tomar decisiones precipitadas e irreflexivas. Las prisas al decidir algo no son buenas y menos en momentos de enfado, tristeza, rabia, prisas o nervios en general…  No por mucho madrugar amanece más temprano. No por estar pendiente de un fruto, que sólo obtendremos en su momento con paciencia y esfuerzo constante, va a ser mayor éste o va a aparecer antes. 
No solo por falta del cuidado necesario podemos echar a perder aquello que se nos ha dado para dar fruto. También por impaciencia y exceso de preocupación. Muchos se preguntan, nos preguntamos: ¿Cómo saber esperar y cuánto tiempo queda para recoger un fruto de algo que hoy sembramos? Basta vivir desde hoy con un poco más de esperanza, con un poco más de confianza en su providencia, en su tiempo, en su voluntad.


Santi Casanova

Autor del Blog: Narraluz

santiago-casanova
Conoce el blog de Santi

Pablito y José. Todos los conocemos. No sólo porque tenemos alrededor a personas que nos recuerdan a ellos sino porque, posiblemente, Pablito y José conviven en nosotros mismos. Por muy tranquilos y pacíficos que parezcan, entre Pablito y José suele librarse una gran batalla en el interior de uno mismo. También podemos llamarla «la batalla de la confianza». No es un tanto una cuestión de paciencia como de confianza. Esa es la clave: saber que uno hace todo lo posible pero que los frutos no dependen de uno. Pablito es lo que no acaba de entender: piensa que todo depende de si él lo ha hecho bien o mal, de si él puede hacer algo más para que el fruto crezca… ¡Que no Pablito! Que hay sol, y agua y que, además, la semilla tiene sus tiempos. Tremenda batalla y nada fácil. El mundo nos tienta y nos lleva a pensar que, incluso en el ámbito de la fe, o incluso en el ámbito de crecimiento personal de cualquiera, somos los únicos que tenemos la llave. ¡Estos occidentales como somos…! Ojalá aprendiéramos aquí un poquito más de nuestros hermanos de Oriente y fuéramos más despegados del fruto de nuestras acciones… Siendo, además, padre de tres hijos esto cobra especial relevancia. Dejar crecer, confiar en que Otro hace más que yo. Qué difícil y, a la vez, ¡qué tranquilidad!


Pilar Padial

Autor del blog: ¡Vive celebra la vida!

Pilar
Conoce el blog de Pilar

¿Por qué Pablo estaba tan preocupado por su semilla? Porque de veras la apreciaba, quizá era lo único importante que había tenido en su vida. No deseaba no escatimar esfuerzos en ella porque la valoraba mucho. El deseo, en sí, no era malo, lo desacertado fue el modo de llevarlo a cabo que acabó destruyendo lo que pretendía hacer crecer. A muchos les sucede lo mismo, no todos han tenido la ocasión de aprender el equilibrio de las acciones. Al corazón apasionado de Pablo, lo único que le hacía falta era un guía que le indicara el mejor camino para llevar a buen término sus fines. Hay muchas personas así ya que, si algo hay en este mundo, son carencias. Pero los corazones generosos, que sacrifican su tiempo por los demás no abundan. Si encontramos alguno, tomémonos la molestia de ayudarle a crecer recto. José quizá era más sabio o quizá era más cómodo y sólo tuvo suerte, nunca lo sabremos. Quien tuvo problemas fue Pablo y los tropiezos son siempre una oportunidad para crecer.


Joan Carreras del Rincón

Autor del blog: «Nupcias de Dios» 

p-joan-carreras
Conoce el blog de Joan

Es curioso que se titule «desapego», como si éste fuese el tema principalmente sugerido. No es el desapego sino la confianza lo que está en juego en esta historia. Vivimos en un mundo que nos ha sido dado como un regalo: nos lo ha dado Dios y también lo recibimos de nuestros padres y de nuestros hermanos los hombres. La naturaleza y la cultura son los ámbitos en los que nos movemos y lo hacemos bien en la medida en que hay confianza, es decir apertura a los demás y fe en lo que ellos nos comunican. Las cosas tienen un sentido y nosotros lo descubrimos en ellas cuando las respetamos y también cuando aprendemos de los demás a hacerlo.


Xiskya Valladares

Autora del blog: Xiskya

xiskya-valladares
Conoce el blog de Xiskya

Lo que crees, lo creas» y todos tenemos creencias limitantes y creencias potenciadoras. Las primeras nos bloquean, las segundas mejoran nuestra autoestima y confianza porque nos ayudan a conseguir lo que necesitamos ante algunos hechos. Necesitamos «creer que se puede, querer que se pueda» como dice la canción. Y para eso es indispensable mirar con ojos nuevos, recuperar la capacidad de sorpresa, eliminar los prejuicios. Pero ¿cómo reducir una creencia limitante? Lo primero es identificar la idea o persona que nos bloquea (yo no soy importante, yo no puedo, soy incapaz de…, etc.). El segundo, escribir cada una de esas creencias (por ejemplo, me da vergüenza expresar mi opinión en público). Lo tercero, transformarlas en otras nuevas que nos ayuden o nos apoyen (me permito hablar en público). Lo cuarto, tomar cada una de esas nuevas creencias y convertirme en protagonista de ellas visualizándome en la acción (imaginarme hablando en público frente a un gran grupo de personas exitosamente) porque lo que imaginamos, lo atraemos. Lo quinto, sería hacer de esta visualización un ejercicio diario hasta volverlo un hábito. Y finalmente, lo sexto, consiste en la auto observación para no volver a caer en las antiguas creencias. 
Este proceso funciona en todos los ámbitos, también en las relaciones interpersonales: Cuando un prejuicio nos predispone negativamente hacia una persona, hagámonos consciente y dejemos de ver la foto de esa persona en el pasado, abrámonos a su presente y démonos cuenta de que esa que a ti te cae tan mal, a otros les encanta. ¿Por qué será? La persona es la misma, quizás el problema está en nuestras creencias sobre ella.


José Manuel Rodríguez

Autor del blog: Roncuaz

JOSE MANUEL
Conoce el blog de José Manuel

En todo, el arte de vivir consiste en distinguir entre lo que puedo y no puedo hacer, hacer lo que puedo y olvidarme alegremente de lo que no puedo. El insumo fundamental de este arte de vivir es la humildad, la virtud más realista de todas, la que nunca se confunde porque se basa en el conocimiento de uno mismo, de la inmensa dignidad que tenemos como hijos de Dios redimidos por Cristo y si bien heridos por el pecado sanados por la gracia de su Presencia. Sólo la humildad nos permite ser como el personaje que espera sensatamente lo que hace la naturaleza. Como el mismísimo Señor dice: ¿Quién preocupándose puede añadir un centímetro a su estatura? Así que a no perder tiempo y a pedir la humildad, que la sola petición ya es la semilla de esta virtud en el corazón…