
El ser humano no está cerrado en sí mismo. Sus acciones repercuten en toda la realidad y especialmente en la vida de las personas que están en nuestro entorno. El bien genera bien y el mal genera mal. Esto lo podemos constatar todos los días en nuestra sociedad, familia y círculo de amigos. Sin embargo sería muy interesante dar un paso más allá y conocer la causa. Hacernos la pregunta: «¿Por qué sucede esto?», ¿por qué el bien simplemente no me afecta solo a mí, por qué se difunde en mi entorno?, ¿por pasa lo mismo con el mal?. La respuesta obvia para un cristiano para de Dios. Si Dios es amor y nosotros hemos sido creados a imagen y semejanza suya existe en el hombre un dinamismo de despliegue en el amor. Pero vamos más allá: si Dios es Trinidad y cada una de las Personas Divinas está abierta a las demás hasta el punto de definirse como Amor, entonces podríamos decir que la apertura al otro (el amor) funda la identidad misma de las Personas Divinas, en ese sentido creo que no es incorrecto decir que la comunión funda la identidad (y unidad) Trinitaria. En el hombre no puede faltar esta impronta divina. Nosotros nos hacemos más hombres mientras más amemos, y no solo eso, hacemos que los demás sean más hombres mientras más los amemos. Las consecuencias del amor que doy no se resumen en mi propia santidad sino que se expande humanizando mi entorno. El hombre es un ser para el encuentro.
Creo que este video (Realizado por Life Vest) nos puede servir muy bien para iniciar un dialogo de esta naturaleza. Personalmente en un dialogo con amigos no se me ocurriría tratar de hacer la explicación teológica que he tratado de hacer aquí. Creo que trataría de invitarlos a responder a la pregunta: ¿Por qué el bien y el mal se difunden?, ¿por qué las consecuencias de mis actos buenos humanizan a los demás? Obviamente creo que hay respuestas horizontales o sociológicas a estas preguntas, sin embargo en estas respuestas (por experiencia propia) siempre queda un sin sabor, algo que no encaja. El misterio de la comunión humana no se resuelve “de tres pepazos”… y creo que es aquí, en el instante donde la respuesta sociológica parece demasiado simplona (por qué sin ser equivocada lo es) donde el apóstol trata de abrir el horizonte a lo trascendente.
EXCELENTE! Me sirven los videos, hasta creo que puede ser una buena temática para una convivencia. Muchísimas gracias!
Al leer los comentarios con relación a las respuestas horizontales, me acordé de una cita que quiero compartir:
“… has de saber que un pueblo se realiza tan sólo cuando traza la Cruz en su esfera durable.
La Cruz tiene dos líneas: ¿cómo las traza un pueblo? Con la marcha fogosa de sus héroes abajo y la levitación de sus santos arriba…”
Muchas gracias de nuevo
Genial! Eso es a lo que me refiero. Y lo más hermoso es que esta dimensión cruciforme de la existencia humana, que nos viene del tesoro de la fe, ilumina todo: la filosofía, la sociología, la psicología y todos los estudios que a fin de cuentas tratan sobre el hombre. Es imposible separar la fe de nuestro quehacer intelectual sin sacrificar la posibilidad de alcanzar la verdad plenamente.
muy interesante el diálogo que iniciás….esa antropología del despliegue en la comunión me ha enriquecido mucho….Me gustaría que explicaras un poco más qué querés decir con respuestas horizontales….me parece que lo usás como queriendo decir «planas o sin sabor, sin fondo», estoy equivocada? Porque si fuera así no necesariamente tendría que ser así, de hecho existen aproximaciones sociológicas sobre la identidad y la apertura a la universalidad muy interesantes y coherentes con esta antropología cristiana del despliegue y la comunión
Hola María José:
Te agradezco mucho el comentario. Me va a ayudar a explicarme mejor.
Con la palabra «horizontales» me refería a las aproximaciones o respuestas cerradas a todo lo que es trascendente (que trasciende este mundo). En el mismo sentido podríamos hablar de respuestas que toman una orientación únicamente «verticalista» es decir, que quitan los pies de la tierra y lo responden todo a partir de Dios. Creo que esto es también un error. Para mi la respuesta está en la cruz… haha!! no te sorprendas… te explico… la cruz está compuesta de un madero vertical y un madero horizontal… la respuestas que damos a problemas como el de la comunión, de la identidad, o de la naturaleza humana se resuelven siempre en estos dos ámbitos: el aspecto humano y el aspecto divino que se cruzan y entrecruzan en la vida del hombre constantemente. Por eso la Gaudium et Spes 22 dice: «En realidad, el misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado. (…) Cristo manifiesta plenamente el hombre al propio hombre y le descubre la sublimidad de su vocación». Es imposible entender plenamente al ser humano sino se entiende quien es el Señor Jesús. Y recordemos que en Cristo se reconcilian – en la Encarnación del Verbo – esta dimensión horizontal y vertical, su naturaleza humana y su naturaleza divina. Es por esto que la Encarnación del Señor ilumina profundamente la antropología.
Por otro lado, yo conozco muchos sociólogos cristianos para «quitarse el sombrero». La sociología no necesariamente es «horizontalista». Pero cuando lo es, porque muchas sociologías sí lo son, cuando se cierran al misterio de Dios, simplemente las respuestas que dan a problemas como «la naturaleza de la comunión humana» resultan muy limitadas.
Espero que mi comentario sea claro. Cualquier cosa me comentas.