El post de hoy, es algo especial. Les traemos la historia de uno de nosotros. Cris, que viene hace una vida dibujando al lado de Dios. Una historia que conozco desde hace poco y que vale la pena ser compartida porque es un claro ejemplo de cómo cuando optamos por Dios, desde dónde sea que nos toca serlo, Él siempre se muestra generoso, providente y compañero, sin importar por la dificultad o los lugares por los que pasemos.

Cristian Camargo, más conocido como «Cris», es el autor de todas nuestras caricaturas. Ese estilo de dibujo de CatholicLink nace del corazón de un niño que desde temprana edad se encontró con el arte a través de un lápiz y un papel. Cris soñaba con ser dibujante de grande, jamás dudó que a eso se dedicaría y desde que tiene memoria viene enfrentado la vida a punta de ilustraciones, caricaturas y colores.

Nos cuenta que alguna vez escuchó de boca de un dibujante que «todos los niños saben dibujar hasta que en algún momento del camino desarrollan una crítica con respecto al propio dibujo y deciden abandonar. Los que hacen oídos sordos terminan siendo dibujantes».

Así comenzó todo

Como todo niño empezó dibujando lo que veía a su alrededor y lo que vivía en el juego. Con uno de sus hermanos jugaban a dibujar superhéroes. El encuentro con Dios en los dibujos fue dándose gradualmente. De familia católica muy activa, sus padres jugaron un rol muy importante en su vivencia de la fe. 

El encuentro más concreto fue en la JMJ en Madrid a los 19 años, cuando una chica con la que tuvo una charla le comentaba lo difícil que era vivir su fe en el ámbito laboral, ella era abogada. Cris muy confiado le contó que para él no había dificultad entre su trabajo y su fe, pues ya hacía algunas ilustraciones comerciales para medios locales en su ciudad que no tenían nada que ver con la fe.

Esta conversación caló hondo y al regreso de la JMJ se hizo la pregunta a conciencia, ¿era su trabajo un impedimento para vivir su fe? Se dio cuenta que en realidad no estaba haciendo nada en concreto que uniera su profesión y su fe. Empezó haciendo un par de tarjetas y estampitas y ahí arrancó todo.

Empezó a buscar un estilo propio en el momento en que involucró su fe y se dio cuenta cómo ella se expresaba en sus pensamientos y en su forma de actuar en la vida. Trata de que sus dibujos hablen de lo que él piensa, de lo que hay en su corazón. Que comuniquen que hay esperanza, que el mundo puede y que es un lugar lindo donde vale la pena vivir.

Confianza, fe y amor por su trabajo

Cris afortunadamente puede vivir de su arte (aunque no faltan penurias), y a medida que sus dibujos van calando en la gente las puertas se van abriendo. Él es generoso también, como lo vemos en este video, con gran alegría en Panamá este año hizo un mural muy hermoso de la «oveja perdida» en el Centro Juan Pablo II, un centro de contención para personas que viven en la calle. Dice que él no cobraría por lo que hace, pero de algo tiene que vivir y él puede hacerlo gracias a Dios.

Es casi un salto de confianza. A mucha gente le cuesta entender que pueda vivir del arte, sin grandes lujos, pero muy dignamente y sobre todo feliz. Al principio fue duro, pero ahora parece que la mano de la Providencia se hubiera vuelto algo natural en su vida. Es un remar constante, de buscarse los trabajos, las oportunidades, pero ha sido un remar acompañado, lo que ha sido una confirmación de que esta opción de vida donde el arte emana desde lo divino es también querida por Dios. 

Con alegría nos cuenta que CatholicLink fue también parte de este actuar de Dios, en un momento especial de su vida apareció el anuncio de búsqueda de caricaturistas y entre muchos que se postularon, quedó Cris. No lo atribuye al talento, lo atribuye a que así Dios lo permitió.

Dejarse guiar por Dios

Cada detalle de las caricaturas de Cris es casi intencional, pero muchas otras veces luego de haberlas dibujado nos cuentan algo más, parece que así son las formas y el sentido del humor de Dios. A cada uno nos habla de maneras insospechadas, solo hay que prestar un poco de atención.

La primera vez que dibujó a Cristo no pudo evitar la pregunta, ¿quién es Jesús para mi? Y así siguió sucediendo cuando tuvo que dibujar a María, a Dios Padre, a algún santo. Sus caricaturas de alguna manera expresan algo de la relación que lleva con cada uno de ellos.

Le sorprendió que le saliera dibujar a un Dios siempre alegre. Le costó mucho dibujar al crucificado, pero eso habla también de la relación cercada (y me atrevería a decir yo, cómplice) que han ido construyendo. Nos cuenta que poco a poco, a medida que la fe ha ido madurando, el dibujo también se ha hecho un poco más complejo, o tal vez podría ser que se ha pulido a medida que va conociendo a Cristo a través de la propia experiencia en su vida cotidiana.

La historia de Cris es muy interesante porque podría ser como la historia de cualquiera de nosotros, que desde la profesión o la actividad que cada uno tiene, encuentra la opción de seguir a Cristo. Más allá de si es una tarea fácil o difícil se trata de una tarea de amor, de comunidad, de tratar de tener una fe viva que se muestre siempre en todo lo que uno hace. Que, así como vas conociendo a Dios mismo, vas entendiendo cómo eres tú, vas volviendo tu fe más viva, más sincera y siempre acompañada.

«Nuestro ministerio necesita vuestra colaboración. Porque, como sabéis, nuestro ministerio consiste en predicar y hacer accesible y comprensible, es más, conmovedor, el mundo del espíritu, de lo invisible, de lo inefable, de Dios. Y en esta misión… vosotros sois maestros. Es vuestro oficio, vuestra misión; y vuestra arte consiste en aferrar del cielo del espíritu sus tesoros y revestirlos de palabra, de colores, de formas, de accesibilidad» — Pablo VI.