pep guardiola pidió disculpas

Hace unos días Pep Guardiola hizo unas polémicas declaraciones contra Steven Gerrard… y ahora pidió disculpas.

Pedir perdón es difícil, es incómodo, pero lo ha hecho como un campeón. Creo que todos hemos experimentado la dificultad de agachar la cabeza y de arrepentirnos cuando nos hemos equivocado.

¿Qué te voy a decir que la cara y los gestos de Pep Guardiola, no dejen más que claro? Míralo por ti mismo.

El primer paso: reconocer

Para empezar el camino del perdón es fundamental que seamos capaces de reconocer que no somos perfectos, que nos equivocamos. Esta es una de las más grandes dificultades.

Muchas personas se pasan por la vida equivocándose. Puede ser que en algún momento se den cuenta, pero que decidan mirar hacia otro lado, obligándose a pensar que lo que han hecho está bien.

Con el paso del tiempo la conciencia se va durmiendo y las personas fácilmente empiezan a creer, realmente, que lo que hacen es normal, es justo. Hasta pensar que está bien. 

Pensar que somos Dios, que somos perfectos y que no tenemos que pedir perdón es muy común. ¿Por qué? Porque no es fácil sentir que somos imperfectos en un mundo que reclama tu perfección.

Según el mundo, pedir perdón te hace pequeño, te muestra vulnerable. Nadie quiere estar en ese lugar. Para pedir perdón debes reconocer que te equivocas y ser capaz de bajar la cabeza frente al otro. Y, en la actualidad, muy pocas personas quieren hacer esto.

Mucho menos de una manera tan pública como lo ha hecho Pep Guardiola cuando pidió disculpas.

Y el segundo paso: pedir perdón

Aun mostrando, corporalmente y con sus gestos, que no estaba cómodo con lo que estaba haciendo, reconoció que se había equivocado. Muchas veces hacer lo que tenemos que hacer nos cuesta trabajo, pero, muy seguramente, después de hacerlo descansó.

Es evidente que no estaba feliz pidiendo perdón, que se sentía avergonzado por lo que había hecho. Pero asumió su error y no lo ocultó, no lo intentó normalizar u ocultar en una frase común como «pero es que» sino que buscó corregir y de esto podemos aprender todos. 

Siempre he respetado a Guardiola como entrenador de fútbol. Lo admiro y me parece un excelente profesional. Y, con este gesto, lo admiro aún más.

Si pedir perdón es difícil, no me imagino lo que es tener que hacerlo con todas las cámaras encendidas, con todo el mundo mirando qué vas a decir. La frase «ya he pedido perdón personalmente, pero como los comentarios los hice de manera pública, debo pedir perdón públicamente», sinceramente, me dejó boquiabierta. 

¿Qué reflexión final nos deja Pep Guardiola cuando pidió disculpas?

Bueno y ahora, ¿qué podemos aprender? Por un lado, debemos pedir perdón a nuestros hermanos. Recuerda: «si tienes una pelea con tu hermano, resuélvela antes de presentarte ante Dios». Sin embargo, también debemos pedir perdón a Dios y entrar en comunión con Él.

Si pedir perdón a nuestros hermanos es difícil, pero pedir perdón a Dios puede serlo aún más (esto depende, si tienes otra experiencia escríbemela en los comentarios).

A mí me cuesta trabajo ambas. Pero confesarme – y además, usualmente de lo mismo – me resulta muy difícil. Obviamente, también tiene que ver con que tengo el mismo confesor desde hace mucho tiempo y me da vergüenza.

Pero es importante que tengamos en cuenta que cuando nos equivocamos también lo hacemos ante Dios. 

También vale la pena que recordar que Dios nos da la gracia para pedir perdón. Y es más fácil perdonar cuando hemos tenido la experiencia de ser perdonados. 

Finalmente, quiero reconocer la belleza de ver a un hombre talentoso y exitoso siendo humilde y sincero. Un hombre que ha abierto su corazón y se ha dejado ver frágil, pero que ha salido fuerte y victorioso a los ojos de muchos que creemos que es de grandes reconocer nuestros errores y rectificar.

Esta es la única forma que tenemos de crecer y ser cada vez mejores.