Ver «Un Hermoso Día en el Vecindario» me hizo pensar en la siguiente cita: «Les aseguro que si ustedes no cambian y no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos. Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Cielos. El que recibe a uno de estos pequeños en mi nombre, me recibe a mí mismo» (Mt 18, 3).

¿Qué sucedería si viéramos al mundo como lo ven los niños? ¿Qué sucedería si nos hiciéramos, como nos pide Jesús, «como este niño»? Fred Rogers fue un ejemplo vivo de esto: un hombre que vivió toda su vida viendo al mundo con la inocencia y la curiosidad de un niño.

Que un hombre viva su vida como un niño no sería noticia para este mundo triste que nos toca vivir. Pero que ese niño haya dedicado casi 50 años de su vida a explicarle el mundo de los adultos a los niños a través de la televisión pública, lo hace doblemente excepcional.

Que además Hollywood haya decidido hacerle un sentido homenaje con «Un Hermoso Día en el Vecindario», y que ese homenaje sea un elogio a la inocencia, y que además haya sido nominada a muchos premios, hace de Fred Rogers un caso excepcionalísimo. ¿Vale la pena ver la película? ¡Es una película para no perdérsela de ningún modo! 

Pero, ¿Quién era Fred Rogers?

Fred Rogers nació en 1928, y tenía planeado ingresar al seminario presbiterano para convertirse en un ministro ordenado luego de graduarse de la escuela secundaria. Pero en 1951, al ver por primera vez un televisor en la casa de sus padres, decide que va a dedicar su vida a utilizar esa novedad tan revolucionaria en favor de los niños.

En una entrevista dijo «Pensé que habría alguna forma de utilizar ese fabuloso instrumento para educar a aquellos que verían y escucharían» (refiriéndose a los niños). Así que comenzó a trabajar en la televisión, con un segmento en un programa, llamado «El rincón de los niños». Hasta que pocos años después comenzó su propio programa: «El vecindario de Misterogers», que más tarde se convirtió en «Un hermoso día en el vecindario», título de la película homenaje.

Durante más de 30 años, desde 1968 hasta 2001, Mister Rogers presentó a los niños el mundo de los adultos, con reportajes, entrevistas y documentales pensados desde la perspectiva de un niño. Con su voz pausada, amable y suave, Mister Rogers explicaba a los niños cómo se hacían los crayones, de dónde venía la leche que tomaban en sus desayunos, y temas tan variados como la ingeniería espacial o el ciclo del cultivo de los alimentos.

Un hombre bueno explica un mundo malo

Pero donde Fred Rogers era excepcional era cuando sucedían hechos trágicos o difíciles de explicar para los niños. Allí, Rogers, mediante sus marionetas y canciones explicaba cosas de una enorme complejidad con una vista de inocencia, pero sin eludir ningún tema.

Cuando fue asesinado Robert Kennedy, habló sobre el asesinato. Cuando ocurrieron asesinatos masivos en escuelas, habló sobre los chicos que eran maltratados y que decidían «hacer algo grande» para contrarrestar tanta maldad contra ellos. Durante una semana estuvo hablando sobre la importancia de los sueños pequeños.

Sobre el amor en la familia, la necesidad de expresar nuestros sentimientos, especialmente cuando son heridos, etc. Cuando durante la década de los ‘80 hubo un recrudecimiento de violencia racial, Fred Rogers invitó a su programa a un conocido actor de color caracterizado como policía, y juntos tomaron un baño de pies, mientras conversaban sobre la amistad y los lazos de la familia.

También en esa época hubo una enorme cantidad de divorcios. Y allí estaba Mister Rogers explicando a los niños que los adultos muchas veces estaban heridos, y que les costaba mucho reconciliar sus diferencias, pero que ellos (los niños) no eran culpables de que sus padres se divorciaran, y que a pesar de todo ellos iban a estar bien.

Un hombre quebrado entrevista a un hombre íntegro

La historia de la película «Un Hermoso Día en el Vecindario» es una historia no exactamente sobre Fred Rogers, sino sobre cómo la bondad de Fred Rogers influyó en la vida de cientos de personas, grandes y chicos.

Lloyd Vogel, un periodista cínico y traumatizado de la revista Esquire, es convocado para escribir un artículo de 400 palabras sobre Fred Rogers. A la directora de la revista le había parecido notable que Fred Rogers cumpliera 30 años con el mismo programa en la televisión, y manda al periodista al que todas las celebridades odiaban por lo incisivo y cruel de sus artículos a entrevistarlo.

Tom Junod, el periodista real de la entrevista, dijo varios años después, que la entrevista le había «cambiado su perspectiva de la vida». Y el artículo que iba a tener 400 palabras, terminó siendo la nota central del número de noviembre de 1998 de la revista Esquire, y su nota de tapa.

¿Qué pasó para que un cínico cambiara su perspectiva de vida y que una nota lateral sobre un programa infantil ganara la tapa de la revista para hombres más prestigiosa de Estados Unidos?

Precisamente ese es el tema de la película, y como no quiero arruinarte la ilusión y la sorpresa, voy a terminar este artículo con algunas reflexiones sobre la influencia de la gente buena en el mundo. Que es de lo que se trata «Un Hermoso Día en el Vecindario».

«Un Hermoso Día en el Vecindario» y las bienaventuranzas

Cuando Nuestro Señor habla de las bienaventuranzas y dice «Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra» parece como si se hubiera equivocado. La sensación que tenemos en general, es que los mansos son expulsados por los violentos, y que nunca alguien manso podrá heredar la tierra.

Pero es porque nosotros vemos con los ojos naturales, y no vemos con los ojos de Dios. Cuando visité en Roma el lugar donde se supone que fueron enterrados los restos de Nerón en la Piazza del Pópolo, vi solo una pequeña placa de mármol señalándola.

A solo 2 kilómetros de allí está la plaza y basílica de san Pedro, que recuerda a nuestro primer papa. ¿Quién ganó? ¿El violento o el manso? Lo mismo sucede con «Un Hermoso Día en el Vecindario»: es una «Plaza de san Pedro» a la memoria de un hombre grande, de verdad grande, grande a los ojos de Dios.

Una película entrañable, sencilla, dramática pero alegre, y sobre todo una joya en el mundo de Hollywood, que entroniza y premia a los violentos de todo tipo. Una bocanada de aire fresco en el contaminado ambiente del mundo del espectáculo. ¡Película súper recomendada! 🎬