«Eye in the sky», (en español «Espías desde el cielo») es una película británica del 2016 protagonizada por Helen Mirren (The Queen, The Woman in Gold) y Alan Rickman (Harry Potter, Sense and Sensibility). El film gira en torno a la controversial cuestión, muy planteada hoy en día, de si los medios son justificados por el fin.

Un breve resumen de la trama (revelada en el trailer): la coronel Katherine Powell (Mirren), bajo las órdenes del Teniente General Frank Benson (Rickman), dirige una misión para capturar a dos  de las personas más buscadas por Gran Bretaña. La misión evoluciona a una de ataque inminente cuando aparecen en la ecuación dos chalecos suicidas, evidentemente, para algún atentado en el futuro. Esto comienza una polémica sobre la ética del ataque, ya que en el medio de la línea de fuego se encuentra una niña inocente. Según el medio británico The Guardian la película se enfrenta a la complicada moralidad de la guerra moderna.

He aquí los puntos de discusión que rescato de la película, sin revelar mucho de la historia para que la puedan disfrutar con sus amigos 😉

1. Una muerte civil es justificable si en un futuro se pudieran salvar muchas personas

vida

En otras palabras, el fin justifica los medios. ¡NO! Esto no es así. Una lógica muy similar a esta es la que utiliza la organización de salud estadounidense Planned Parenthood: abortamos «fetos para salvar a humanos que todavía no nacieron». No existe, o por lo menos no justifica ninguna acción intrínsecamente mala, el llamado «mal menor». Que sea mal ya de por sí lo hace una opción invalida. Siempre se puede obrar con el bien. Hay que ser astutos como serpientes y mansos como palomas dice Cristo en el Evangelio. La vida nos va a poner en miles de situaciones en las que nos vamos a ver entre la espada y la pared y «el mal menor» va a parecer una solución muy seductora. Pero nuestro obrar puede ser testimonio del bien y de la verdad. La genialidad del director (o el guionista, no se a quien le corresponde hacerlo) hace que, antes de que empiece la película, aparezca la frase: «En la guerra, la verdad es la primera baja». No dejemos que la verdad desparezca en nuestras luchas diarias, ¡sin ella no hay luz! Y sin la luz no podremos ver con claridad la solución mejor para nuestros problemas.

2. Los criterios legales se cumplen

ley

Esta frase aparece en la película e intenta justificar el ataque. «Los criterios legales se cumplen, no veo por qué  no podemos proceder». Si el fin no los justifica, la ley lo hace. «No hicimos nada malo, actuamos dentro del marco de la ley». La  ley humana, porque viene del hombre mismo, es imperfecta en su naturaleza, por lo que no puede servir como justificativo de nuestro mal obrar, sino el homicidio en ciertas circunstancias es válido, por ejemplo, en los casos del aborto o de la eutanasia. La ley que el hombre dicta no puede justificar las acciones del hombre mismo, porque sus acciones tienen que buscar la Verdad y el Bien. Esto no quiere decir que todas las leyes son inválidas y que cada uno debería hacer lo que le plazca. No. La ley sirve para poner orden, pero no para excusar a un individuo por su mal cometido.

3. Los criterios políticos no se cumplen

decision

En el caso de la película, este criterio ayuda, pero, ¿está bien que hagamos siempre lo políticamente correcto? Hay personas que para no ofender a la gente a su alrededor no se hacen la señal de la cruz al pasar delante de una iglesia, o no defienden sus creencias con tal de no empezar una discusión y quedar bien con quién tienen en frente. La hermana Guadalupe (misionera en Siria), en su charla en la Universidad Católica Argentina, resaltó que hay católicos que rezan el rosario a escondidas por vergüenza, porque es mal visto, cuando en Siria los cristianos mueren orgullosos de ser reconocidos como tales. La fe no va a ser siempre lo admitido por la sociedad, pero no por eso hay que desconocerla u ocultarla, hay que vivirla.

4. La actitud de Pilato es algo recurrente

correcto

Muchas veces, con tal de no salirse del status quo y permanecer dentro del marco de lo aceptado por la sociedad, surge la actitud del gobernador romano de lavarse las manos y que otro se encargue. En la película esto más palpable imposible. Una persona tiene que decidir si seguir adelante o no. Comienza a dar un discurso de toda la meditación que le dio al tema y concluye: «Es por esto que este problema no es mío y debe ser tratado por esta otra persona». Así la vida sería muy fácil: «que decida otro, yo no quiero/no me animo, etc,». Decisiones en nuestra vida vamos a tener que tomar miles, en miles de situaciones diversas: la carrera que quiero seguir, la universidad a la que quiero ir, la pareja que voy a querer para formar una familia, el tipo de familia o vida que quiero tener, etc. Que otros decidan por nosotros no es solución. A lo sumo nos encontramos con que no sabemos lo suficiente sobre un tema y necesitamos un consejo, pero la decisión es personal.

¿Te gustó el trailer de esa película y este comentario? Nos encantaría saber tu opinión 🙂