

Una exitosa startup dedicada a la moda y a la venta de ropa online inicia un programa para buscar practicantes adultos. Ben Whittaker (interpretado por Robert de Niro), un jubilado de 70 años y recientemente viudo, para darle utilidad a su tiempo libre, aplica a este programa y es contratado rápidamente. En medio de un trabajo post-moderno, lleno de tecnología, ambientes minimalistas, compañeros geek y una gran cantidad de stress, Ben es asignado para trabajar directamente con la joven y excéntrica Jules Ostin (interpretada por Anne Hathaway), fundadora y CEO de la empresa (sí, algo así como Marck Zuckerberg pero en mujer). Aquí es donde empieza la historia. Jules es genial: atractiva, emprendedora, inteligente, creativa, eficiente y muchas otras cosas más… pero tiene un defecto: es joven y le falta experiencia para manejar muchos aspectos de su vida y de su trabajo. Ben, por su parte, tiene muchas limitaciones: no tiene perfil de Facebook, ignora lo más básico de Internet, se viste anticuadamente y no entiende muchas cosas del mundo frenético de Jules; sin embargo, tiene algo especial: ha vivido 70 años, tiene una enorme simpatía y posee una gran experiencia de vida mezclada con sentido común que, poco a poco, mientras se va desarrollando la película, se transformará en un regalo invalorable para Jules y toda la empresa.
The Intern es una comedia preciosa que narra la historia de la inesperada amistad entre Jules y Ben. Ayer la vi y me ha encantado. Quisiera comentar algunos elementos de la película que me han parecido muy oportunos para la evangelización y que creo que pueden servirnos en nuestro apostolado. Me esforzaré por no llenar mis reflexiones de spoilers 😉 No se preocupen.
1. El valor de la edad y la experiencia
Vivimos en mundo tecnológico donde los jóvenes hemos empezado a creernos todopoderosos y despreciamos el pasado y a quienes vivieron o nacieron ahí. Grave error. El personaje de Ben muestra constantemente cómo su edad, su humanidad y su experiencia llenan muchos vacíos y espacios ciegos que tiene la empresa y sus compañeros de trabajo. Incluso les dará algunos tips a estos muchachos para conquistar una que otra chica.
2. Las prioridades en la vida
El trabajo, la carrera y el dinero parece que se han convertido en las prioridades número uno de la vida moderna, especialmente entre los jóvenes; pero la realidad es un poco más compleja, piensa un segundo: ¿A qué le temes más, a la soledad o al fracaso profesional? Creo que la gran mayoría responderíamos “a la soledad”, y sin embargo vivimos y morimos entrenándonos para no fracasar. ¿Dónde han quedado los esfuerzos para aprender a amar? Jules es la típica joven exitosa que piensa que el amor cae del cielo y que todos (esposo e hija) tienen que hacer sacrificios a su alrededor para que ella siga adelante con sus proyectos. En la película verán cómo este horizonte de mazapán se despedaza rápidamente.


3. El nacimiento de una amistad: dejarse querer, aunque sea un poquito
Jules no tiene amigos, para ella todos son empleados o piezas dentro de su proyecto. El estilo fresco y la mirada humana que la llevó a crear su marca digital poco a poco han ido decayendo hasta convertirla en una mujer acelerada y poco atenta a sus compañeros de trabajo, a su familia, e incluso a sí misma. Ben es todo lo contrario: es reverente, paciente, humilde, atento y esas actitudes llevarán a Jules a percibir algo especial en él. Pero la historia no acaba en amistad tan rápidamente… Jules tiene un miedo enorme de que Ben entre en su vida y de que su mirada aguda le evidencie que su imperio mediático está construido sobre la arena de decisiones personales y familiares muy cuestionables. Ocurren muchas cosas (que no te quiero contar para no dañarte la película), pero ninguno de los dos quiere quedarse sin el otro. Jules, a pesar de su miedo, reconoce que Ben es una tesoro para ella y decide dar pequeños pasos para conocerlo e involucrarse en su vida. Por su parte Ben admira a Jules, cree que es una líder excepcional y quiere ayudarla en todo lo que esté a su alcance para permitirle ser una mejor persona. Conforme se va desarrollando la amistad la vida de los dos mejora. Esto es algo muy hermoso: Jules adquiere rasgos de Ben y él de ella.
4. La consolidación de una amistad: abrir el corazón
Como era obvio, la vida familiar de Jules entra en crisis y Ben está ahí para escucharla y acogerla. Ella— en una escena preciosa donde Hathaway confirma que es una actriz excepcional — abre su corazón como nunca lo hizo en su vida: habla de sus miedos, de sus expectativas y de toda la inseguridad que ha acumulado durante años; se revela, como dijimos arriba, un enorme temor a la soledad antes que al fracaso profesional. Ben, por su parte, recientemente viudo y con el hermoso recuerdo de un matrimonio de más de 50 años, ofrece a Jules un corazón sólido y sabio dónde apoyarse, una gran capacidad de escucha y el don inapreciable de la compasión (padecer-con). Después de este momento la amistad entre los dos se ha sellado definitivamente.
5. ¿Un matrimonio puede volver a empezar?
Esto solo lo menciono, porque por donde me mueva podría dañarles la película y mi idea es que la vean 😉
6. La amistad es conducir al otro al bien (a Cristo)
Ben entra en el mundo de Jules pero termina por acercarla a su mundo. Es muy sugestivo que en la última escena ella aparezca haciendo Tai-chi, que es una de la actividades que Ben realizaba antes de ir al trabajo. La amistad implica amar a la otra persona tal y como ella es pero eso no quiere decir que debamos quedarnos callados ante las cosas que le hacen daño a nuestros amigos. Debemos ser conscientes de que una auténtica amistad (especialmente si es cristiana) nos exige ayudar al otro a sacar lo mejor de sí mismo y a evitar aquello que lo aliena de su identidad. Esta es una de las grandes lecciones de Ben: su amistad está siempre en tensión hacia el bien de Jules, aunque eso algunas veces haya sido difícil. Sin embargo, esa búsqueda del bien del amigo pasa por la valoración y el reconocimiento respetuoso del mundo del otro. En esto Ben es ejemplar. Él no entra en el mundo de Jules para enjuiciarlo, condenarlo y adaptarlo a sus propias categorías; más bien hace un esfuerzo sincero por comprender a su amiga dentro de su propia vida, velando por ayudarla a madurar sin separarla de un horizonte de significados que muchas personas mayores de 70 años hubieran fácilmente juzgado de frívolo, vano, superficial y nocivo.
Pd: Solo recordarles que es una película para adultos.
Marissa espero me identifiques con mi nuevo nombre. Tremendos y hermosos tiempos donde Jale’ al Opus Dei a mi Página. Apareciste tú en mi vida.
Me interesa la película, la razón del mensaje y como Robert de Niro es mi novio desde que tenía yo 50 años pues mejor
Ya cumplí 68 Marissa sin embargo estoy fuerte y con muchos ánimos de cerrar mi círculo de vida siempre emprendiendo!
El Señor nos Unió de Nuevo Marissa! Gracias