Cuando la certeza de Dios se hace evidente en nuestra vida es algo difícil de olvidar. El primer encuentro con Dios y la certeza de que su amor es real y verdadero llena nuestro existir de un júbilo sin precedente. Es un sentimiento tan intenso que nos sobrepasa y marca nuestras vidas para siempre. Es innegable, estamos ante el primer gran amor.

Pero, como humanos que somos, la intensidad de ese sentimiento no dura para siempre. Cuando los sentimientos se calman y viene la madurez del amor, muchas veces ese dejar de “sentir” nos confunde. No pocas veces pensamos que ya no es lo mismo (efectivamente ya no es lo mismo) y las dudas y la tentación aparecen.

Ciertamente la intensidad del primer encuentro no necesariamente volverá de la misma manera, pero su recuerdo sirve para alimentar nuevos momentos y como referencia para esos momentos en que el brillo de la luz no es tan intenso. No olvidemos que el amor es mucho más que un sentimiento.

Uno de nuestros lectores nos presenta algunos consejos que nos pueden ayudar cuando el sentimiento se calme y necesitemos recordar la intensidad del primer amor:


Un día cuestionando el porqué no siento lo mismo que en el primer amor, meditaba: Dios sigue siendo el mismo desde el comienzo de mi camino espiritual, el que he cambiado he sido yo. No estoy amando como el primer día, ciertamente he cambiado y a veces es necesario que me lo recuerden, y entonces me pregunto: ¿cómo hacer para recordar? Te diré que no siempre habrá alguien (humano) para recordarte cómo volver a ese inicio de tu enamoramiento con Dios. Para ello tengo algunos consejos que particularmente me han servido:

1. Conoce tu interior

Para saber si eres más visual, auditivo o si tal vez la escritura es lo tuyo, la idea es empieces a entender tu sensibilidad frente a las cosas de este mundo, pero que a la vez te ayuden a entrar en contacto con Dios. Dependiendo de lo que aprendiste de ti mismo toma acciones, por ejemplo: si eres muy visual trata de colgar en tu pared cosas alusivas a tu amor con Dios, imágenes, frases, citas bíblicas o lo que tu creas que te sirva.

2. Pon una fecha especial para ti y Jesús, como una fecha de aniversario

Recuerda Jesús ha estado, está y estará eternamente enamorado de ti, ¿como tratarías al amor de tu vida? Los detalles, las fechas, las citas, los encuentros, todo cuenta y es importante.

3. Escribe tu historia con Jesús

Y siempre que veas la necesidad léela, dale vueltas y medita en ella, o como te dije anteriormente; en tu fecha especial con Jesús, ten un detalle de amor con Él.

4. Ten citas a solas con el Amor de los amores

Visitas al Santísimo en especial. Él no es solo tu Padre, es tu enamorado, es tu mejor amigo. Ve y habla con Él de aquello que te preocupa, te emociona o te entristece. Pasa tiempo con el amor de los amores.

5. Sé tu propio motor para avanzar en la vida espiritual

Tienes algo importante y único que el Señor te ha regalado para cuidar: tu alma. Recuerda que Él murió por ella.  No la descuides, aliméntala constantemente como una planta que si no se la riega, muere.

«No solo nos ha ofrecido el amor, ante todo lo ha vivido primero y toca a la puerta de nuestro corazón en muchos modos para suscitar nuestra respuesta de amor. El amor no es solamente un sentimiento, pertenecen a él también la voluntad y la inteligencia. Con su palabra, Dios se dirige a nuestra inteligencia, a nuestra voluntad y a nuestros sentimientos, de modo que podamos aprender a amarlo «con todo el corazón y con toda el alma»» (S. S. Benedicto XVI- Presentación “Deus caritas est” a la revista Famiglia Cristiana).

Recuerda siempre quién es la razón de tu vida: Cristo, solo en Él encuentras las respuestas.

Escrito por Isabel Lombeida Suarez.