

El video para la reflexión de hoy, tomado del canal de YouTube Buzz, es un breve reportaje de Telemundo sobre Paris Hilton y sus deseos de construir una familia. Es un tópico espinado porque toca temas controversiales, como la Fecundación In Vitro, por ejemplo.
Paris Whitney Hilton es una empresaria estadounidense que durante la pandemia de COVID-19, según confesó, se sometió a procesos de fertilización y de Fecundación In Vitro. Fruto de esos intentos, ella y su esposo, han congelado 20 embriones, todos varones. No fue hasta hace dos meses que pudo tener su primer hijo. Sin embargo, la empresaria confesó que le gustaría tener una niña y continuará intentándolo hasta que así sea.
Antes de entrar en materia recordemos brevemente lo que es un vientre subrogado o vientre de alquiler.
Fertilización artificial o Fecundación in Vitro
La fertilización artificial es una técnica médica que se utiliza para ayudar a las parejas que tienen dificultades para concebir un hijo de manera natural. También puede ser utilizada por personas que desean tener hijos sin una pareja sexual o por parejas del mismo sexo que desean tener hijos biológicos. La técnica más común de fertilización artificial es la Fecundación In Vitro (FIV).
En la Fecundación In Vitro, se extraen óvulos de la mujer y se fertilizan con espermatozoides en un laboratorio. Una vez que se ha producido la fertilización, los embriones resultantes se cultivan durante varios días antes de ser transferidos al útero de la mujer con la esperanza de lograr un embarazo. En el caso de Paris se utilizó el vientre de otra mujer, no el de ella. Eso es vientre de alquiler.
Estos procedimientos médicos son de gran controversia. Una de las implicaciones es que durante el proceso se generan «embriones excedentes», como en el video. No son implantados, sino que congelados, dispuestos para investigación o incluso desechados.
Dejémosle las cuestiones más técnicas a los bioéticos. Hablemos del inicio de la vida y el don que significa.
Inicio de la vida
Una pregunta muy buena al hablar sobre aborto y fertilización artificial es: ¿cuándo inicia la vida humana? La respuesta es más objetiva de lo que parece: desde su concepción, cuando se unen los dos gametos (el espermatozoide y óvulo) y se convierten en cigoto.
Este hecho está respaldado por una amplia y sólida base científica, afirmando que él contiene la identidad biológica de un nuevo individuo humano. Solo por mencionar un white paper al respecto: «When does human life begin? A scientific perspective» por la Dr. Maureen Condic.
Sobre esto, la «Declaración sobre el aborto» de 1974 por la Congregación para la Doctrina de la fe, menciona en los números 11 y 12:
«El primer derecho de una persona humana es su vida. […] Una discriminación fundada sobre los diversos períodos de la vida no se justifica más que otra discriminación cualquiera. El derecho a la vida permanece íntegro en un anciano, por muy reducido de capacidad que esté; un enfermo incurable no lo ha perdido. No es menos legítimo en un niño que acaba de nacer que en un hombre maduro. En realidad, el respeto a la vida humana se impone desde que comienza el proceso de la generación. Desde el momento de la fecundación del óvulo, queda inaugurada una vida que no es ni la del padre ni la de la madre, sino la de un nuevo ser humano que se desarrolla por sí mismo. No llegará a ser nunca humano si no lo es ya entonces».
El regalo de la vida
Un día de estos, en misa, el Padre preguntaba: ¿quién de nosotros compró su vida? La respuesta es que nadie. La vida es un regalo y hay que tratarlo como tal. Si la vemos como una adquisición que hemos ganado o pagado, nos creeremos dueños de ella. Son dos actitudes muy distintas: administradores (que nace del agradecimiento) y dueños (que nace del adueñarse).
La vida es un regalo de Dios creador; el auténtico autor de la vida, el único dueño de la creación. Esto significa que la de los hijos e hijas es igualmente un don. Lo dijo mejor el Papa Francisco en su audiencia general del miércoles 11 de febrero de 2015:
«Los hijos son la alegría de la familia y de la sociedad. No son un problema de biología reproductiva, ni uno de los tantos modos de realizarse. Mucho menos son una posesión de los padres… No. Los hijos son un don, son un regalo. Cada uno es único e irrepetible. Se ama a un hijo porque es hijo, no porque es hermoso o porque es de una o de otra manera; no, porque es hijo, porque es hija. No porque piensa como yo o encarna mis deseos. Un hijo es un hijo: una vida engendrada por nosotros, pero destinada a él, a su bien, al bien de la familia, de la sociedad, de toda la humanidad».
Preguntas para reflexionar
Con los puntos anteriores podemos concluir con unas preguntas para reflexionar personal y/o comunitariamente.
- ¿Entiendo que el derecho a la vida es fundamental para todo ser humano?
- Si se ha optado por este tipo de técnicas médicas: ¿he pensado en las implicaciones que trae consigo la manipulación de embriones?
- Si soy madre o padre: ¿acepto que la vida de mis hijas e hijos es independiente de la mía?, ¿vivo con tal libertad o les trato como una extensión de mí, como si me pertenecieran?
- Si pienso en tener familia: ¿la quiero por amor o por motivos egocéntricos como mi realización personal?, en otras palabras, ¿voy por la vida amando o usando a las personas?, ¿por qué el amor tiene que ver con la familia?
- Si tengo dificultades para tener familia: ¿qué alternativas dignas existen para dar vida?, ¿entiendo que mi maternidad o paternidad involucran toda mi identidad?
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