

Si pudieras pedir para Navidad el regalo más valioso, ¿Qué pedirías? Es la pregunta que tratan de responder los niños de este video, que participaron del experimento realizado por IKEA. Ellos nos muestran lo que verdaderamente quieren para Navidad.
Al acercarse la celebración de estas fiestas, es tradición para muchos niños empezar a hacer la lista de regalos. Es importante tener en cuenta que este no es un regalo cualquiera, el regalo de Navidad es el premio al esfuerzo acumulado de todo un año de estudios o del compromiso por portarse bien. Por ello, es común que las cartas de Navidad contengan realmente el regalo más preciado y esperado que cada uno quiere tener. Lo sorprendente del experimento que les compartimos en este video, es que justamente busca descifrar qué es lo que realmente hay en el interior de estos niños y cuáles son sus deseos más sinceros; aquello que en verdad desean con todo su corazón tener en la noche de Navidad. Los resultados fueron sorprendentes y hermosos.
El experimento consistía en escribir dos cartas para Navidad, una para los Reyes y otra para sus papás. La primera carta fue escrita con gran fluidez, enumerando una lista de varios juguetes que al parecer estaban ya perfectamente identificados en la mente de los niños y que sin duda se caracterizan por ser muy buenos. La segunda les costó un poco más de tiempo escribirla, y aunque solo contenía un solo deseo o dos, sin duda expresó lo más profundo del corazón de estos niños y llevó a sus padres a derramar lágrimas después de leerla.
“Que estés más tiempo conmigo”, “Que me leas un cuento”, “Que estemos un día juntos”. Estos pedidos de los niños a sus papás, a pesar de su sencillez, son regalos insustituibles, y aunque no representen ningún costo material son muchas veces los más difíciles de conseguir, porque no consisten en dar “algo”, sino en darse a sí mismos como el mejor de los regalos.
Esta verdad parecen tenerla muy clara los niños: ningún celular será mejor que el tiempo que conversas con tus seres queridos, ningún wii mejor que un juego de vaqueros con tu papá, ningún juguete más divertido que tu papá te haga cosquillas. ¿Pero por qué nos cuesta tanto regalar cosas tan sencillas? Tal vez el consumismo de este tiempo y la cultura de la novedad nos han hecho quitar el valor a las pequeñas cosas de la vida, compartir algo tuyo, tu tiempo, tus dones, tu corazón. La lección de estos pequeños nos llega a todos, obviamente entre la carta a los reyes y la otra carta escogieron la de sus papás, pues ellos son sus verdaderos tesoros, y sus corazones el mejor regalo que les puedan dar.
Que las respuestas de estos niños nos iluminen durante este tiempo de Navidad sobre lo que regalamos a otros, y también sobre lo que nos hace falta recibir, y que en la Noche de Navidad podamos dar a otros el mejor y más valioso regalo del mundo: nosotros mismos.
Les propongo un ejercicio:
Conversemos en familia sobre la siguiente pregunta: ¿si pudieras pedir el regalo más ansiado para Navidad, qué pedirías?
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