

El pasado 20 de marzo, el papa Francisco se pronunció acerca de la situación que vive la humanidad frente al tema del coronavirus (COVID-19). Hace referencia particularmente al tema de cómo este virus nos trata a todos por igual y nos incluye a todos sin excepción.
En una entrevista para el diario italiano La Stampa el papa habló de la Pascua que se acerca, de cómo enfrentar este tiempo y de cómo tendremos que volver a empezar. Quiero compartir contigo unos puntos importantes que espero, puedas compartir y hablarlos en familia.
Que estás palabras clave del papa Francisco resuenen en nuestro corazón. Y que este tiempo en casa pueda generar un fortalecimiento de los lazos familiares y un acercamiento en la fraternidad del hogar.
1. «Solo podremos salir juntos de esta situación»
«Aquí se llora y se sufre. Todos. Solo podremos salir juntos de esta situación, como una humanidad entera».
Actualmente, 175 países tienen presencia de este virus, y tenemos cientos de enfermos que están luchando contra esta situación. El papa Francisco nos hace un llamado fuerte a la unidad, a descubrir que solo como humanidad podremos vencer esta prueba.
Cuando hablamos del sufrir y el llorar, no es solo poniendo la mirada en el sufrimiento que ha causado y causa este momento. Sino en la capacidad de empatía que debemos fomentar, empatía que nos impulse a estar en los zapatos del otro.
Y esto se hace con cosas tan sencillas como el cumplir con las indicaciones de cuarentena y de salubridad. Buscando no generar más contagios, orando por quienes están enfermos y por quienes ayudan en la lucha contra el COVID-19.
2. ¿Cómo vivir este momento?
«Con penitencia, compasión y esperanza. Y humildad, porque muchas veces olvidamos que en la vida están las ‘áreas oscuras’, los momentos oscuros. Creemos que solo pueden pasarle a alguien más. En cambio, esta vez es oscuro para todos, nadie está excluido.
Está marcado por el dolor y las sombras, que han entrado en la casa. Es una situación diferente de lo que hemos experimentado. También porque nadie puede permitirse el lujo de sentirse cómodo, todos comparten estos días difíciles».
Estamos en una Cuaresma especial. Si bien es cierto que el tiempo de la Cuaresma es un tiempo de desierto, de preparación y reflexión que nos prepara para la vivencia de la Pascua del Señor, debemos ver este momento «oscuro», como un tiempo especial.
Tiempo en el que la preparación y reflexión se hacen desde lo íntimo del hogar. Desde la oración en familia por el mundo entero, desde la vivencia de la misericordia y la caridad con tu seres queridos y con tus vecinos más cercanos.
Esta Cuaresma es un regalo del Dios, es un tiempo kairos en el que Dios actúa constantemente en pro de sus hijos, para prepararnos fuertemente a una Pascua de verdad. La penitencia, la compasión y la esperanza, deben ser peldaños en nuestro camino hacia la Resurrección.
Muchos hemos escuchado la famosa expresión que dice «después de la tormenta viene la calma». Pues preparémonos de verdad para una calma extraordinaria, donde veremos el actuar de Dios en nuestra vida.
3. ¿Qué pasará luego según el papa Francisco?
«Debemos pensar que será un poco como después de la guerra. Ya no habrá ‘el otro’, pero será el ‘nosotros’. Porque solo podemos salir juntos de esta situación. Tendremos que mirar aún más las raíces: abuelos, ancianos.
Construyendo una verdadera hermandad entre nosotros. Recordando esta experiencia difícil que vivimos todos juntos. Estas serán las palabras clave para comenzar de nuevo: raíces, memoria, hermandad y esperanza».
Todos estamos soñando y anhelando el momento en que esto sea solo un recuerdo, pero que bueno que no sea un querer volver a la normalidad que teníamos. Sino un nuevo despertar en el espíritu. La invitación es la fomentar una nueva sociedad, no seremos los mismos luego de esto.
4. Preparemos el corazón para una Pascua que nos renueve a todos
Este tiempo especial de Cuaresma nos debe llevar a resucitar siendo mejores, que seamos cristianos nuevos, con familias transformadas por la Pascua. Una sociedad que ilumine con la luz de la Resurrección.
Y esto solo es posible si recuperamos a Jesús en nosotros. En otras palabras, es como nos dice la carta a los Hebreos: «Los ojos fijos en Jesús». Volvamos los ojos del corazón a lo esencial, a lo que, en palabras del Principito, «… es invisible a los ojos».
Que este momento en casa y estas palabras del papa Francisco para esta Cuaresma especial, te lleven a ti y a mí a generar un acrecentamiento de la unidad familiar y de la fe. De manera que nuestro apostolado hoy se vea retado y fomentado a la creatividad, pero siempre, empezando por nosotros mismos y nuestras familias.
¡Recuerda que en esto, no estamos solos, somos Iglesia unida en la que Cristo vive eternamente!
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